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Sábado 27 de octubre de 2001 | |
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La labor barrial llenó la plaza del Mapu |
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Opciones de trabajo y solidaridad se expusieron en la muestra del conglomerado cipoleño |
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| CIPOLLETTI (AC).- Primero llegaron de a grupitos, con cierta timidez, pero en poco tiempo la plaza del cipoleño barrio Anai Mapu se llenó de vecinos, todos orgullosos de mostrar que el sector es más que un exponente de violencia y marginalidad, problemas no exclusivos sino que se suceden en otros sectores de la geografía lugareña y valletana. El elemento convocante fue la exposición "El trabajo y la creatividad" que, desde las 14 hasta las 16, tuvo lugar en la "Plaza del Sol", organizada por los responsables del Plan de Mejoramiento de Barrios (PMB), Acción Social de la comuna y agrupamientos que actúan en ese conglomerado norteño de la ciudad. Por medio del PMB se construyeron en el barrio 146 viviendas, habitadas por quienes en un momento protagonizaron una toma de tierras y después fueron absorbidas en un proyecto que derivó en el logro de sus viviendas propias. En el amplio perímetro, ahora con verde gramilla en muchos tramos y juegos infantiles colocados por la comuna, se ubicaron los puestos, mostrando realizaciones públicas y comunitarias. En el stand del PMB se informó sobre la construcción de las casas y las acciones para la prevención de la violencia y alcoholismo, el rol de la mujer y métodos anticonceptivos, nutrición infantil y prevención de accidentes de hogar. En otro estuvieron los vecinos que producen verduras en la huerta comunitaria. Más allá, los que apoyan el periférico de Salud, mujeres en su gran mayoría, incluso con un pedido de medicamentos porque -dijeron- en el hospital no va quedando mucho. Los puestos de artesanías en madera, mimbrería y cerámica eran los más curioseados por los pobladores. ¿Yo también puedo aprender?, preguntó un pibe de unos 14 años, que quedó definitivamente "enganchado" en el tema, al que le tomaron los datos, como a otros, para iniciarse en varias prácticas. El Club del Trueque mostró la experiencia, ya probada en el barrio de manera particular pero expuesta ahora de forma concreta. Hubo intercambio de ropa, alimentos y artículos. Los viejitos del Club de Abuelos, los jubilados del Centro Huanguelén, las unidades de Acción Social, el comedor comunitario, el Centro Infantil y las madres del programa Jefas de Hogar también pusieron lo suyo, exhibiendo afiches y explicando con paciencia qué hace cada uno para que el barrio sea cada vez mejor. El purreterío corría, jugaba y miraba, atrapado por la novedad. "Esto es lo que vale. Que los chicos sepan que tienen cosas distintas, lugares de contención", expresó Josefina Miranda, mientras tomaba de la mano a una nena que, curiosa, a punto estuvo de desparramar una mesa con cerámicas. Fue una jornada distinta -sin patrulleros ni reyertas, como ha sucedido muchas veces- en un escenario de plaza y solidaridad donde se probó que con voluntad, trabajo, iniciativa y apoyo el cambio es posible, y está al alcance de cualquiera. |
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