Domingo 21 de octubre de 2001 | ||
El pterosaurio sobrevolaba el cielo neuquino |
||
Por primera vez hallaron estos fósiles en la Patagonia.El descubrimiento se hizo en marzo cerca de Los Barreales. |
||
NEUQUEN (AN).- Un tórrido día de marzo en la meseta patagónica. Un sol de rayos hirientes cae sobre hombres exhaustos que están de vuelta. Un vehículo sucio y sobrecargado que tropieza con piedras y matas achaparradas. La camioneta que no puede con todo. Los hombres que bajan y caminan. La rueda del vehículo muerde una roca que estalla. Y ojos entrenados descubren un hueso dentro de la piedra milenaria. La curiosa forma del fósil recién se identificó varios meses después, en los laboratorios de paleontología de la Universidad Nacional del Comahue (UNC). Era -se sabe ahora- un hueso hueco, de finísimas paredes, frágil como un capullo. Un hueso raro, aún para los ojos que ven más allá. ¿Cómo los de un pollo?: Exactamente. Pero mucho más ancho. ¿De un ave?: No. Eran los huesos del ala de un reptil que voló y caminó despatarrado sobre tierras neuquinas hace 90 millones de años. Eran los huesos rotos de un enorme pterosaurio del período Cretácico, que con sus alas extendidas habría medido seis metros de ancho, explican los científicos. Se trata de los primeros restos de un animal de estas características que se hallan en la Patagonia. Y por su envergadura es el más grande de los encontrados en Sudamérica. Estos bichos vienen con la popularidad en alza. Disney les puso chapa de ladronzuelos en su película Dinosaurio, donde uno de ellos se robó el huevo del que nació el héroe. Steven Spielberg no quiso ser menos y los hizo secuestradores inescrupulosos en su mundo Jurásico tercera parte. "Volvíamos con materiales y herramientas por un lugar muy difícil. Por eso decidimos que sólo el conductor quedara sobre la camioneta, hasta llegar a la ruta. No sé bien qué pasó, pero hubo una piedra que saltó y se rompió", recuerda el paleontólogo Jorge Calvo, del museo de la UNC. Fue el técnico Federico Poblete el que se dio cuenta que, encriptados dentro de la piedra, estaban los huesos que luego se comprobaría pertenecieron al ala de un pterosaurio. "La roca con los huesos tenía 15 centímetros de largo y sólo mostraba un anillo de hueso de un milímetro de espesor y cinco de diámetro, cuyo interior estaba relleno de sedimento", explica el investigador. Los huesos fueron identificados por Calvo y su colega brasilero Alexander Kellner, de la Universidad Federal de Río de Janeiro y del museo Nacional de ese país. El proyecto Los científicos trabajan en el proyecto Patagonia - Mato Grosso: Dinosaurios Gigantes y Misteriosos. Kellner es uno de los máximos especialistas en reptiles voladores de todo el mundo. La pieza de bicharraco alado alcanzó para la identificación, y para hacer una proyección del tamaño real que tuvo la criatura. Por el corte que hay en el fósil se sabe que en el sitio del hallazgo, todavía por explorar, existe por lo menos un fragmento complementario. Y muchas posibilidades de que haya nuevas piezas. "Vamos a trabajar en un radio de 30 metros alrededor del lugar donde encontramos el fósil", comentó Calvo quien durante los primeros días del año próximo encabezará una campaña que, además de la búsqueda de otros huesos del reptil volador, tendrá como objetivo desenterrar a un dinosaurio saurópodo que, probablemente, sea el más grande de todos los conocidos hasta la fecha. El operativo se llevará a cabo en las costas del lago Los Barreales, entre cuyas arenas arcillosas descansan los fabulosos reptiles milenarios. La campaña será financiada por la empresa Duke Energy, que desembolsará más de 60.000 pesos para el rescate. Estos lagartos voladores, pterosaurios, tenían dientes afilados y un pico u hocico con forma de pinza. Los fósiles encontrados en Los Barreales estaban en la formación geológica Río Neuquén por lo que esta criatura habitó la región hace 90 millones de años. El vuelo de animales vertebrados (los que tienen espina dorsal) se remonta mucho más atrás en la historia del planeta, desde hace unos 200 millones de años. En este reino perdido de criaturas del Cretácico, hasta este hallazgo sólo se habían identificado huellas de pterosaurio, en las costas del lago Ezequiel Ramos Mexía, en El Chocón. Los pterosaurios tenían alas con una suerte de membrana, como los murciélagos, y escamas en vez piel. Se cree controlaban con precisión el vuelo y que algunos integrantes de la familia consiguieron desarrollar una excelente técnica de planeo. Estas criaturas con algo de ave y de murciélago, mucho de lagarto y otro tanto de mito, tenían dos patas traseras con garras, pero para caminar apoyaban sus alas articuladas en las que tenían algo parecido a las pezuñas. "Científicamente el resto pertenece un individuo del grupo de los Tapejadoidea y dentro de ellos a un miembro de la familia Azdarchidae caracterizada por ser la que ha dado los más grandes pterosaurios como el Quetzalcoatlus (encontrado en México) que tiene el privilegio de ser el más grande de los reptiles alados del mundo, de doce metros de envergadura", afirmó Calvo quien después se encargó de explicar cómo se escribe cada uno de los nombres propios. En la localidad de Sierra de las Quijadas, en San Luis, se han encontrado materiales espectaculares de estos animales, entre ellos el pterodaustro Guiñazui, un rarísimo pterosaurio de pico alargado y dientes filamentosos como los de una ballena. En Los Barreales, a unos 70 kilómetros de Neuquén, un pariente empezó a aparecer. Huesos huecos y ligeros NEUQUEN (AN) - Uno de los grandes problemas para la preservación de los huesos de los pterosaurios es que la mayor parte de su estructura ósea es hueca y muy ligera. Rodolfo Chávez |
||
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved
|
||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación |
||
|