Domingo 14 de octubre de 2001

 

Las flores devolvieron el romanticismo a Neuquén

 

La actividad de los quioscos, instalados hace poco, promete.

  NEUQUEN (AN).- "No sé si se forman parejas, pero lo que sí es que me ha tocado ver al hombre que compró flores tomando un café con la mujer que las recibió", explica Horacio que trabaja en un flamante quiosco de flores en el centro de esta ciudad.
La actividad de los quiosquitos de flores cumplirá tres meses en Neuquén y a pesar de las muchas dificultades que soporta el comercio en general los "floristas" son optimistas. "Mucha gente que no acostumbraba regalar flores se está dando cuenta que con dos o tres pesos podés quedar bien", afirma Jorge Rearte, el promotor de la iniciativa, por la que viene peleando desde 1992. No es casual el amor por las flores. Rearte nació en la Capital Federal, en la zona del Abasto, frente al mercado de la Flor. "Crecí viendo flores, mirando cómo se preparaban y preguntando a los que sabían", dice el comerciante que, desde hace tiempo, ancló definitivamente en esta ciudad.
En total, Neuquén tiene tres quioscos de flores en funcionamiento. Uno en la terminal de ómnibus, otro bajo los eucaliptus de la diagonal 9 de Julio y el tercero en la avenida Olascoaga casi en la esquina Sarmiento.
"Por ahora la peleamos, vamos a ver qué pasa", afirma Rearte que está al frente de dos de los tres puestos donde "florecen" rosas, claveles y fresias, por nombrar sólo a las más conocidas.
Las flores son, en su mayoría, importadas y todas se compran en Buenos Aires, en el mercado de la flor.
"Es llamativo, en el centro Pyme no tienen registro de ningún productor de flores, yo mismo revisé todas las nóminas", asegura Rearte. No obstante, desde que los quioscos abrieron, llovieron ofertas. "Han aparecido productores de El Bolsón, de Las Lajas, Chos Malal, Bariloche y San Martín de los Andes, creo que sería una buena alternativa".
Las que más compran son mujeres. La mayoría por encima de los 40. Horacio, todo un especialista en ventas, fue testigo de más de una escena llamativa. Una mujer compraba un ramos de rosas cuando llegó su marido al que enseguida le pidió: "Pagá vos, porque desde que nos casamos que no me regalás rosas".
El día del Amigo y el de la Primavera fueron trascendentes para los floristas. Es que ese día muchos jóvenes "descubrieron" que una flor (ni hablar de un ramo) puede ser la vía expresa para acercarse a la muchacha o al muchacho que, paradójicamente, a partir del regalo puede encaminarse a dejar la categoría de amigo.
"Esos días son días clave, porque no es un regalo caro pero es un regalo lindo", explica Rearte.
Desde que debutaron los quioscos "florecieron" los hongos (ambulantes) que no tributan impuestos y que por eso corren con ventaja. También hay muchos camiones de carga que traen mercadería desde otras provincias, sobre todo de Mendoza. "Yo no quiero que le impidan a la gente trabajar pero sí quiero que la actividad se regule de alguna manera", pidió el comerciante quien estima que de los dos quioscos que tiene a su cargo dependen unas siete familias.
Rearte está convencido de que la actividad tiene que ser rentable.
En la ciudad autónoma de Buenos Aires en los últimos 25 años se habilitaron 1.450 puestos, de los cuales sólo media docena dieron la baja comercial.
Las flores llegan a Neuquén en avión perfectamente embaladas.
   
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