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Viernes 12 de octubre de 2001 | |
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Leo está despertando, pero peligra su terapia |
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Sobisch le prometió asistencia; la burocracia se la niega. |
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| NEUQUEN (AN) - Leo sonríe, toma mate, come algunas cosas sin ayuda pero peleando con sus manos torpes; también mira televisión y dibuja garabatos. Desde un sillón, el muchacho de 18 años lentamente comienza a despertar. Lo suyo es poco menos que un milagro que se impone a la mayoría de los pronósticos iniciales, que auguraban una postración definitiva. Pero todo va despacio, tan lento que puede detenerse: no por culpa de Leo ni de su familia, tampoco por ningún funcionario en particular sino por la maldita burocracia. Beatriz Cristaldo, su mamá, teme por la futura atención del chico y lamenta la demora estatal, a pesar de que hay un compromiso del gobernador Sobisch. En la cómoda de la casa de calle México 1338, Beatriz acumula boletas sin pagar: en total unos 2.000 pesos que le debe al kinesiólogo, al masajista, al fisioterapeuta y a la fonoaudióloga. "Nos dicen que no hay plata, que la provincia está mal, pero yo tengo un compromiso con toda esta gente que le ayuda a Leo", se lamenta Beatriz. La mujer cree que el gobernador es ajeno a esta situación: "Cuando él se comunicó con nosotros, todo se movió rapidísimo. Ahora apenas nos dan los pañales y parte de la medicación", explica. La mujer comentó que por decreto el gobernador le otorgó a Leonardo una beca de 240 pesos y la cobertura del Instituto de Seguridad Social de Neuquén. "La obra social no la podemos usar porque los servicios que necesita Leo recién van a estar habilitados dentro de seis meses". El 27 de junio del año pasado, Leo Cristaldo iba en la parte de atrás del auto de una tía que a su lado llevaba a un amigo del chico. Habían salido a buscar los dos muchachos que minutos antes habían robado una moto de la puerta de la casa de los Cristaldo. Por una mala maniobra, el auto cayó a un desagüe. El amigo salió ileso, la tía de Leo murió y éste quedó inconsciente bajo el agua. Tras superar diez días en coma, el muchacho permaneció en estado casi vegetativo. Cuando todas las puertas parecían cerradas, el gobernador tomó contacto con la familia y comprometió una colaboración directa e integral, e incluso el pago del tratamiento en un centro especializado de Cuba o en la provincia de Córdoba. "Leo mejora pero necesitamos ayuda y tenemos que responder a los profesionales, necesita una tomografía, un examen neurológico... Necesita una silla de ruedas especial (cuesta 3.500 pesos) y medicamentos que no alcanzo a comprar", explica la madre, quien enviudó hace algunos meses. "Todos creían que iba a quedar tirado para siempre, él está demostrando que no es así. Yo sé que la persona que decide no sabe que no nos han cumplido con el compromiso que asumió personalmente". |
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