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Lunes 1 de Octubre de 2001 | |
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Para las prostitutas "ya no hay gringos" |
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Maldicen en Brasil a Ben Laden. El turismo en ese país cayó desde los atentados. |
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| Las prostitutas de Río de Janeiro están sufriendo en carne propia las consecuencias de los atentados en Estados Unidos, que deprimieron dramáticamente el turismo y las dejaron de brazos cruzados. Según empresarios del ramo consultados por el diario "Jornal do Brasil", setiembre y octubre son los meses preferidos por los turistas estadounidenses en busca de sexo. Sin embargo, los bares y casas nocturnas de Copacabana están desiertos. "Ya no hay gringos", dijo una prostituta identificada como Néia en una esquina del paseo marítimo, para agregar que "el movimiento (de clientes) está muy flojo y los pocos tipos que aparecen quieren regatear". Paula, otra prostituta, dijo estar sintiendo los problemas del terrorismo internacional y maldijo al saudí Osama Ben Laden, el sospechoso número uno de haber planificado y financiado los cruentos ataques terroristas contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington. "Mi público son los estadounidenses y ellos ahora tienen miedo de venir a Río de Janeiro", contó Paula en la penumbra de un bar desierto. Los ataques terroristas afectaron inmediatamente a la industria aeronáutica, que sólo en Estados Unidos despidió a más de 100.000 empleados. Según la Brazilian Incoming Tour Operators, una asociación que reúne a las agencias de turismo, la tercera parte de los 300.000 turistas que visitan Río de Janeiro para esta época del año se quedaron en casa. "El tipo de Los Angeles que sale conmigo hace dos años llamó para decir que esta vez no venía, que temía que su avión fuera secuestrado", añadió Néia. Agostinho Gonzalves, dueño de la casa nocturna Cicciolina, sacó cuentas y calcula que tras los atentados el negocio cayó un 30 por ciento. "Hay muy pocos extranjeros, pero la vamos llevando", dijo. En Vila Mimoza, un tradicional prostíbulo-cooperativa que está ubicado cerca del estadio Maracaná, ya no llegan todas las semanas furgonetas rebosantes de "gringos". "Con tantas preocupaciones en la cabeza ¿quién logra tener sexo?", se preguntó Maria das Grazas, líder de la asociación de prostitutas de Vila Mimoza. |
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