Lunes 1 de Octubre de 2001

 

Por un mejor físico, se pone en riesgo la salud

 

Muchos hacen cualquier cosa por verse mejor para el verano. A veces, los ejercicios y las dietas no son controlados por profesionales. Proliferan en Roca los gimnasios en manos de "aficionados".

  ROCA (AR).- La obsesión por exhibir un cuerpo perfecto lleva a que decenas de argentinos se internen por día, en los más agotadores ejercicios y las más inhumanas dietas. Es así como preocupados por cumplir con el estereotipo de hombres y mujeres fibrosos y musculosos que por estos días parece constituir la imagen a seguir, se amontonan en los gimnasios olvidándose a veces de los muchos peligros a los que se exponen.
Más aún en Roca, en donde el hecho de que casi todos los gimnasios estén bajo el mando de "aficionados" que proliferaron amparados en la ausencia de una ordenanza municipal que regule su funcionamiento, facilita muchas veces que la futura calidad de vida de muchos roquenses sea puesta en riesgo por un negocio que se expande sin controles de ningún tipo.
Recién en las semanas venideras, los concejales roquenses empezarían a tratar por primera vez un proyecto de ordenanza que busca reglamentar la "actividad gimnástica y deportiva" luego de haber escuchado durante años las quejas de quienes sí reclamaban un ordenamiento para el sector, que por estos días en algunos barrios logró convertir numerosos garages en incómodos gimnasios.
"Si un profesor que no es tal me ordenó realizar un ejercicio fuera de lugar y realicé un esfuerzo desmedido, en la adultez mi corazón puede fallar porque ya se exigió antes de tiempo" advirtió Marcelo Moro, uno de los pocos profesores de Educación Física que en la ciudad dirigen gimnasios, un aspecto que la iniciativa que los concejales tratarán próximamente, pretende convertir en obligatorio para todos.
"Es que vos no te hacés arreglar las muelas con el verdulero, ni mandás a tu hijo enfermo a que lo diagnostique un mecánico que sepa algo de medicina. En la actividad física es igual de importante que quienes la lleven a cabo sean profesionales" opina Moro. "Lo peor de todo son los garages particulares que se alquilan para dar clases, o los centros de jubilados que por asegurarse veinte pesos para pagar el gas, también alquilan el salón a señoras que sin ningún título igual dan clases de gimnasia". También, el lugar es un problema, "en habitaciones reducidas, que no fueron construidas para ese fin ponen a cinco o seis mujeres a trabajar sin que nadie los pueda controlar".
Pese a eso, Alejandro Pellegrini, el coordinador de actividades deportivas de la municipalidad de Roca, considera que "los peligros van a existir aunque la actividad esté regulada. Lo grave ahora es que un relevamiento que hicimos en Roca demostró que la mayoría de los gimnasios no tienen profesionales que estén capacitados para estar a cargo de la salud de tanta gente. A veces nos encontramos con que los maneja gente que ha hecho cursos de dos o tres meses que nada sabe de fisiología del ejercicio o anatomía muscular", reveló el funcionario.
"Nadie dice que un mal ejercicio pueda llegar a matar a nadie, pero a la larga provoca lesiones que al principio no se notan y que en pocos años traen consecuencias" aseguró Pellegrini, para quien "el ideal sería tener profesionales con conocimientos básicos sobre el cuerpo, que se aplique un test de esfuerzo a cada uno de los que ingresan a estos centros para determinar cual es la cadena de peso que tienen que agregarle a cada ejercicio. No puede ser que haya habido casos de chicos que el primer día de gimnasio y sin preguntarles nada, los hayan mandado a levantar pesas por varios kilos arriba de lo recomendado para esa persona".

Condiciones necesarias

Asegurar a los clientes de que cada uno de los gimnasios tiene un profesional a cargo es otro aspecto que todos creen necesario.
Además, "cada local debe contar con un seguro mínimo que ante cualquier accidente o lesión cubra tanto al cliente como al dueño del gimnasio, como también una forma de asegurar de cara al futuro que no haya problemas legales. Por otro lado, la planilla médica es muy importante, porque es necesario saber cuales son las lesiones que tuvo una persona antes de empezar una rutina de ejercicios" precisó Pellegrini.
Lo único cierto es que éstas son condiciones a las que los gimnasios se van a tener que ajustar si los concejales sancionan una ordenanza en este sentido. Caso contrario, la actividad se seguirá regulando sola y en la mayoría de los casos se seguirá priorizando la puesta al día de la cuota mensual y no el verdadero cuidado de la salud de los que allí concurren.

Vigorexia ¿una enfermedad?

El culto al cuerpo tan característico de nuestros días originó que diversos especialistas se pongan a discutir si es conveniente o no hablar de una nueva enfermedad relacionada al consumo de la imagen como placer visual.
Es así como todos coincidieron en señalar a la vigorexia como una excesiva preocupación por la imagen del cuerpo, de tal forma que los individuos que padecen tales síntomas se entregan de forma desenfrenada a la práctica de cualquier tipo de deporte o ejercicio físico con un objetivo claro y único en sus mentes: obtener esa belleza corporal tan deseada.
Aquellas personas que en general padecen la vigorexia son en general varones que oscilan entre los 17 y 36 años de edad, que poco a poco van dedicando más tiempo a la práctica física en detrimento de las otras actividades que forman parte de su cotidianeidad y que empieza a condicionar también su forma de alimentación.
Es que a partir de ahora cada aspecto de la dieta será rigurosamente controlado y buscarán, sin importarles el precio, alimentos ricos en fibras, en hidratos de carbono, con proteínas, bajos en grasa.
Sin hablar de la enfermedad, Marcelo Moro también habló de la misma obsesión en los roquenses. "En general es por estos meses que suelen empezar a aparecer los que lo único que quieren es verse bien para el verano. Yo siempre le digo a la gente que llega al gimnasio esperando que en pocos meses convertirse en flacos y atléticos, que tienen que usar el álbum de fotos de la familia y no las fotos de las revistas. Porque si tu mamá es petisa y regordeta, lo más probable es que seas parecido a ella. A lo sumo podrás hacer gimnasia pero cuando llegues a tu tamaño óseo, no vas a bajar". (AR)

Centros informales

Un garaje en donde un "profesor" da clases de Tae-Bo y Yoga. El salón principal de un centro de jubilados que una mujer utiliza para enseñar step y "localizada" a cinco mujeres que tres veces por semana se reúnen para moldear la figura a cambio de quince pesos mensuales. Un céntrico gimnasio en el que se suceden las clases de kick-boxing y Aero-box.
Estos son los costados más informales de un negocio que no tiene controles de ningún tipo y que se convirtió en otra alternativa ante la crisis para cientos de aficionados a la actividad física que desempleados vieron en ella una segura posibilidad laboral.
"Hay muchas personas que luego de asistir unos pocos meses a cursos de distintas disciplinas, instalan en algunos de estos lugares su propio gimnasio y dan clases sin ningún problema. Todos sabemos que manejar estas disciplinas puede llevar años de estudios, pero a ellos solo les alcanza con unas escasas semanas" comentó Moro.
Es que en verdad, con la aparición de numerosos profesores y gimnasios ofreciendo lo mismo, de un tiempo a esta parte la oferta se diversificó y aparecieron así nuevas disciplinas que no solo conforman una nueva alternativa para aquellos que quieran aprender estas técnicas sino que es una posibilidad laboral para mucha gente. "Hay muchas de estas disciplinas que implican mucho de filosofía de vida oriental y las enseñan". (AR)

   
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