Jueves 4 de octubre de 2001 | ||
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Paran las clases para poder servir la comida en Viedma |
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Ocurre en la escuela especial número 7, donde lo único que sobran son las carencias. Los chicos comen en el hall de entrada y apenas terminan allí mismo dictan clases de educación física. |
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VIEDMA (AV)- A veces la igualdad de oportunidades se quiebra generando desequilibrios. Muchos de estos síntomas atraviesan los alumnos y equipo docente de la escuela especial 7 de esta capital, que cada año que pasa tiene menos infraestructura y más demandas. Los chicos comienzan la actividad a las nueve pero el dictado de clases matutinas tiene que interrumpirse mucho antes de lo previsto para armar el comedor y que puedan almorzar en dos turnos, pese a la paciencia que las maestras le procuran. La galería de entradas sirve para todo: comedor, sala de música y clases de educación física. "Nosotros ya nos acostumbramos a vivir achicados y es parte de nuestra cotidianeidad, y hace tres años que venimos reclamando la ampliación", afirmó la directora Liliana Quiroga. Para los directivos los problemas "son más de uno". A la estrechez de las comodidades se sumaron la creciente demanda de los servicios de extensión y la falta de reconocimiento de las enfermedades laborales. Desde su creación a mediados de la década del "70 la escuela fue proyectada para 80 alumnos y 20 docentes. Sin embargo la ocupan en la actualidad 120 chicos, 62 docentes, más los empleados de servicios generales y del comedor escolar. Quiroga contó a "Río Negro" que "en principio, los chicos comían en un saloncito pero tuvimos que ocupar todo el hall de entrada, en el cual hacemos de todo". Agregó que "cuando concluye el almuerzo tenemos que levantar todas las mesas en tiempo récord, limpiar todo y dejar listo para arrancar la clases de educación física de la tarde, pero para nosotros esto es habitual". La directora advirtió que "hay alumnos de mayor discapacidad que necesitan una atención pormenorizada a la hora del almuerzo, tardan más y entonces tienen que comer en su aula". "Si tuviéramos un comedor -apuntó- es probable que estén en un lugar como se debe, y no en el aula que no es lugar pedagógicamente adaptado para esto". A todo esto, el proyecto de integración les agregó más tareas que los docentes deben cumplir fuera del establecimiento, es decir escuelas comunes donde estudian chicos con disminuciones auditivas, sensoriales o visuales, con lo cual el plantel de docentes aumentó a 62 con un escaso equipo directivo. "Esto "sobreexcedió" la posibilidad de control de gestión por lo tanto también hemos reclamado (sin éxito) el desdoblamiento porque ninguna escuela de la provincia cuenta con semejante cantidad de maestros", alertó la directora. A cada momento, los maestros ponen mucho de sí para hacerle pasar un rato agradable a los chicos a riesgo de que nadie reconozca su esfuerzo en el tiempo. Hoy ya desaparecieron las jubilaciones especiales, las patologías propias de la actividad no están contenidas, sobre todo cuando en promedio hay muchos diagnósticos médicos de artrosis. Esta es parte de la realidad de la educación rionegrina. Planes de arreglos sin fecha VIEDMA (AV).- Los problemas edilicios ya fueron cuantificados por el ministerio de Educación, y la solución aparecerá en el horizonte aunque sin fecha precisa durante este año. Por ahora su ampliación figura en las agendas oficiales en el orden "prioridad uno". Por lo menos el transporte funciona bien VIEDMA (AV)- Al menos los chicos, maestros y padres no tienen que pasar tantos nervios ahora, ya que el transporte escolar está funcionando normalmente a partir del gerenciamiento de la empresa Aguas Rionegrinas. |
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