A prisión por abusar de una niña
Héctor Villagrán pasará ocho años en la cárcel.
La dramática situación se vivió en Fernández Oro entre los últimos meses de 1999 hasta principios de 2000, cuando la madre de la niña fue informada en un centro médico que los vómitos y mareos de su primogénita se correspondían con las 14 semanas de embarazo que tenía. Luego de una dura charla, en la que su hija se resistió a decir la verdad en principio, escuchó la confesión. El responsable era su vecino, alguien de quien la mujer jamás sospechó porque se comportaba con su hija "como si fuera su propio padre", según la declaración durante el juicio que comenzó la semana pasada y terminó ayer en la Cámara Tercera.
Hecha la denuncia y autorizado el aborto porque se trataba de una menor, comenzó a descubrirse la terrible historia entre el condenado y la niña.
De las declaraciones de la propia menor y su madre, sumadas a los análisis médicos, se estableció que Héctor Manuel Villagrán abusó al menos durante cinco meses de la chica, que ante la ausencia de su madre pasaba todo el día en la casa de los vecinos. Incluso se supo que llegó a hacerlo frente a su propia hija, de igual edad que la menor abusada, mientras los tres se acostaban a dormir la siesta en la vivienda del ahora condenado.
Con lágrimas en sus ojos, la niña relató ante a los jueces que "se dejó lle-var" por Villagrán, confirmando que las relaciones eran con su consentimiento. Sin embargo, esto no jugó en favor del acusado ya que la edad de la nena al momento de los hechos se encuentra dentro de los parámetros que fija el artículo 119 del Código Penal para encuadrar un caso de abuso sexual. La menor agregó que no se lo contó a su mamá porque "Villagrán le decía que si lo hacía lo meterían preso y ella lo quería como si fuera su papá". El padre biológico de la víctima falleció en 1997. Durante la investigación también se conoció que el hombre hacía constantes regalos a la niña e incluso salía a bailar junto a ella y su hija.
A la hora de los alegatos en el juicio, el fiscal Eduardo Scilipoti solicitó que se condenara a Villagrán no sólo por el abuso sexual sino también por el delito de corrupción. Entendiendo que la confesión de la chica al decir que "lo hacía por las cosas materiales que recibía de Villagrán" se convertía en un avance hacia la prostitución, el representante del ministerio público exigió que se incluya la figura de corrupción a la hora de dictar sentencia contra el imputado.
Sin embargo, el tribunal integrado por Aldo Rolando, Fernando Sánchez Freytes y Jorge Bosch sólo lo condenó por abuso sexual con acceso carnal reiterado, coincidiendo con la defensa de Villagrán en que la conducta del imputado no perseguía torcer los instintos sexuales de la niña. Para esto también se valieron de la declaración de la chica, quien aseguró que las relaciones eran "normales" y nunca fue sometida a vejámenes. Sin embargo, la edad de la víctima y los medios utilizados para saciar sus apetencias sexuales hicieron que los jueces condenaran a Villagrán a pasar ocho años tras las rejas.
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