Viernes 26 de octubre de 2001

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La Alianza del Norte avanza, pero aguarda una contraofensiva talibán

 

Algunos rebeldes contrarios al régimen cuestionan los bombardeos a sectores civiles, que perjudican el apoyo de la gente

  Joyá Bahauddín, Afganistán (EFE/ANSA).- Con noticias que vaticinan una próxima contraofensiva talibán, la opositora Alianza del Norte ha reducido su estrategia militar al control del norte de Afganistán, donde ayer estrechó el cerco en torno a la ciudad de Mazar i Sharif.
La conquista de la aldea de Shurchi con sus cotas que amenazan a 15 kilómetros las defensas de Mazar i Sharif y la captura de 150 combatientes talibán levantaron el ánimo entre las tropas de la oposición afgana, convencidas ya de que los ultraintegristas son un hueso duro de roer.
Escudado tras su gafas de sol y con un impecable uniforme de camuflaje que contrasta con las camisas afganas de sus hombres, Attikullah Baryolái, viceministro de Defensa de la Alianza, no pudo ocultar la incertidumbre ante la defensa sin cuartel de los talibán.
Cuando fue preguntado por los periodistas por la fecha de una ofensiva a gran escala de la oposición, Baryolái desvió la mirada y contestó con un lacónico "sólo Dios lo sabe". Según este comandante tajiko-afgano de 38 años, la Alianza "está suministrando fuerzas a los diferentes frentes para garantizar los ataques", incluidas "maniobras de distracción". "Nuestros planes estratégicos apuntan a liberar de integristas todas las provincias del norte y llegar a las cercanías de Kabul", atacar a los talibán "donde se sientan débiles" y "liberar Talukán", capital de esta provincia de Tajar, afirmó.
Otros dirigentes de las facciones antitalibán criticaron ayer algunos bombardeos estadounidense, en social con las bombas racimo, a las que juzgaron como "ineficaces" y las definieron como "operaciones que reforzaron a los talibán". Los ataques de los aviones anglo-norteamericanos de las últimas horas en las línea del frente de los talibán "no fueron eficaces", y las que cayeron sobre la ciudad provocaron sobre todo víctimas civiles, dijeron fuentes del gobierno afgano en el exilio de Burhanuddin Rabbani.
Fuentes rebeldes subrayaron que los ataques contra las línea integristas en las ciudades de Kandahar, Mazar-i-Sharif y Bagram, al norte de Kabul, "constituyeron sobre todo una acción psicológica que no llevó a los resultados deseados". Además, los ataques del miércoles sobre la capital afgana provocaron sobre todo víctimas civiles y daños en las propiedades. Las operaciones "reforzaron a los talibán entre la población afgana" y no consiguieron los resultados perseguidos, dijo una fuente rebelde.

Un paso más en el diseño de un nuevo gobierno

Las Naciones Unidas diseñaron un plan para el futuro de Afganistán que incluye administrar el país interinamente durante un año y crear una especie de gobierno provisional de doce ministros, que asumirían la presidencia de forma rotatoria, dijeron fuentes diplomáticas.
Las fuentes resaltaron que el plan, todavía un borrador que necesita mucha concreción, ha sido discutido y negociado con Washington y Londres y, probablemente, sea uno de los temas centrales que discutirá el enviado especial de la ONU para Afganistán, Lakhdar Brahimi, cuando visite Islamabad y Teherán.
El plan señala que la ONU asumiría el papel de autoridad transitoria y supervisaría durante doce meses la creación de una nueva administración para el país que incluiría la formación de una especie de gobierno y de algunas otras instituciones estatales.
La presidencia de esta administración interina -más simbólica que real- sería rotatoria entre los doce ministros elegidos para representar la composición étnica del país. (EFE)

La ONU contra la "guerra sucia"

ISLAMABAD (ANSA) - Nueve civiles afganos murieron ayer alcanzados por las bombas de fragmentación que caen de los aviones suspendidas de un pequeño paracaídas que parece de juguete.
Hace días que se habla de este tema y que las organizaciones humanitarias lanzan llamados y señales de alarma contra la llamada "guerra sucia".
Ayer llegó la confirmación de parte de las Naciones Unidas: Estados Unidos utiliza los controvertidos dispositivos que producen decenas de "pequeñas bombas" que explotan a la altura del hombre y se transforman en minas.
Stephanie Bunker, la portavoz de la ONU en Islamabad, anunció que el lunes los aviones norteamericanos lanzaron bombas de este tipo en Herat, al centro de Afganistán. Otras terminaron en un pueblo cercano que fue inspeccionado por la ONU.
"Ocho habitantes murieron en el mismo ataque y otro falleció después de haber recogido una bomba que no había explotado; 20 de las 45 casa de la aldea fueron destruidas", contó el portavoz.
Las bombas de fragmentación fueron proyectadas para atacar blindados y la infantería del enemigo pero, por su escasa precisión, los que pagan las consecuencias son los civiles. Esta es la razón por la que las organizaciones humanitarias critican su empleo.
     
     
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