Miércoles 10 de octubre de 2001

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EE. UU. ya es dueño del cielo afgano y ataca sin limitaciones

 

Bombas mataron a 4 trabajadores de la ONU

 

Un misil fuera de ruta impactó en un edificio en Kabul dedicado al desminado

  Kabul (Télam-SNI).- Cuatro afganos que trabajaban para las Naciones Unidas (ONU) murieron anoche en Kabul a causa de los bombardeos estadounidenses, mientras que los talibanes anunciaron hoy que 35 civiles murieron o resultaron heridos desde ayer a raíz de los ataques sobre Afganistán.
Cuatro trabajadores afganos de ONU fallecieron en los bombardeos lanzados anoche contra Kabul por aviones estadounidenses, dijeron ayer fuentes sanitarias.
"Estábamos dormidos. Era de madrugada cuando el edificio fue alcanzado. Cuatro de mis colegas murieron y yo tengo una herida en la cabeza", dijo Mujaoor, un guardia de seguridad del edificio de la Consultoría Técnica Afgana (CTA).
Residentes locales dijeron creer que un proyectil crucero fue el causante de la destrucción de las oficinas de la CTA. Las cuatro víctimas formaban parte de los equipos de Naciones Unidas encargados de retirar minas contrapersonas, tareas que se encuentran suspendidas desde hace semanas por orden de los talibanes.
Según fuentes del hospital Waziz Akbar Khan, las víctimas murieron sepultadas por los escombros de la oficina de dos plantas en la que se encontraban al registrarse los ataques.
Las oficinas del programa de desactivación de minas están a escasa distancia de un repetidor de radio, uno de los objetivos de los bombarderos estadounidenses. Por su parte, los talibanes informaron que 35 civiles murieron o resultaron heridos desde el lunes como consecuencia de los ataques estadounidenses.
No hubo explicación de Washington sobre cómo o por qué ocurrió el ataque contra la CTA."Esta es una área civil y ellos han matado a cuatro guardias de este edificio", dijo un funcionario de la CTA, Shah Wali.
Por su parte, el líder supremo de los talibanes, el mullah Mohammed Omar, escapó ayer por apenas 15 minutos a un ataque contra su casa en la sureña ciudad de Kandahar, considerado el centro político de la milicia islamista.
"Está vivo, gracias a Dios", declaró a la prensa el embajador de los talibanes en Islamabad, Pakistán. "Hubo ataques alrededor de la casa, pero el mullah la había abandonado", explicó un responsable de ese grupo religioso.
Según la agencia AIP, basada en Pakistán, un civil murió en los ataques. "Se confirmó que 35 civiles murieron o resultaron heridos", declaró Abdul Hai Mutmaen, portavoz del líder supremo de los talibán, quien no dio más precisiones.
"El balance podría ser más elevado. Pero los muyaheidin del Emirato Islámico de Afganistán y los muyaheidin que son nuestros invitados (principalmente paquistaníes y árabes) no sufrieron baja alguna", dijo el vocero desde Kandahar.
"La mayoría de las víctimas se encuentran en la provincia de Nimroz (sureste)", precisó.
Según el vocero, aviones estadounidenses bombardearon las afueras del norte y oeste de Kandahar en la mañana de hoy y dijo que "atacaron estos sectores porque sospechan que ahí hay presuntos campos terroristas". En Islamabad, el embajador de los talibanes, Abdul Salam Zaif, anunció que los ataques de EE.UU y Gran Bretaña dejaron "decenas de muertos".


Riesgo en operaciones

En el Palacio de Vidrio existe preocupación por el futuro de las operaciones humanitarias que se realizan en Afganistán luego del caso del misil fuera de ruta que demolió el edificio de la ONU en Kabul.
Su secretario general, Kofi Annan, se dijo "preocupado" por la seguridad de quienes trabajan para las Naciones Unidas en Afganistán y definió como "un duro golpe" el caso del misil que terminó en el edificio del poblado de Yaka Toot ocupado por trabajadores de un grupo contratado por la ONU para liberar los campos de minas. Si los que desarrollan actividades humanitarias no están seguros -razonaron en la ONU-, será muy problemático hallar colaboradores locales.
El problema es de por sí complicado por los bombardeos p ara el transporte de artículos de primera necesidad que es costoso que lleguen a destino porque " no muchos camioneros están prontos" para viajar a la zona.

Defensa planea pasar a la segunda fase: la de los comandos

Después de tres jornadas de bombardeos sobre Afganistán, el Pentágono sopesa ahora cómo y cuándo pasar a la siguiente fase de una ofensiva limitada y selectiva de tropas terrestres para neutralizar la red terrorista de Osama ben Laden.
Expertos militares estadounidenses admitieron que la próxima fase del ataque sobre Afganistán consistirá en el despliegue de tropas terrestres, y, descartada una invasión masiva, las puertas quedarán abiertas a la acción selectiva de los comandos de las "fuerzas especiales".
Según reveló ayer el Washington Post, "el Pentágono planea iniciar la siguiente fase de la guerra enviando un significativo número de tropas terrestres adicionales al Medio Oriente y Asia Central". Sin embargo, señaló el diario, "el papel que cumplirán estas tropas todavía no está claramente definido".
Tanto el presidente George W. Bush como su ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, confirmaron el domingo que estas incursiones son solamente el principio de la guerra contra el terrorismo. Tras el "ablandamiento" del terreno con los bombardeos masivos, la presencia de los soldados "nos posicionará de una manera en la cual podremos contar con un amplio abanico de posibilidades", dijo una fuente del Pentágono.
"Estados Unidos no puede ganar sólo con los bombardeos", dijo uno de los jefes militares de la oposición anti-talibán, Haji Almaz. Y en el Pentágono parecen darle la razón.
Complicado el ingreso de grandes grupos de soldados a causa de la negativa de Uzbekistán y Tajikistán a prestar sus territorios para lanzar este tipo de ofensivas, la acción en Afganistán parece estar reservada a los comandos de élite de las fuerzas armadas: los boinas verdes y los rangers del ejército y los Seals de la marina. "Los más jóvenes entre los Marines se dan cuenta de a poco de que se quedarán con las ganas de entrar en Afganistán -señaló una fuente cercana a uno de los campos de entrenamiento de esa fuerza-. Los muchachos se están convenciendo de que esto no será tarea de ellos sino de las "fuerzas especiales"".

Bush no descuida la campaña diplomática

El gobierno de Estados Unidos quiere dar un nuevo impulso a la acción diplomática para mantener unida a la coalición global contra el terrorismo , temiendo que los ataques aéreos sobre Afganistán creen conflictos entre los aliados, especialmente entre los que adhirieron a última hora.
El presidente George W. Bush recibió ayer en la Casa Blanca a el canciller alemán Gerhard Schroeder y el lunes que viene lo hará con el líder italiano, Silvio Berlusconi. Bush también recibió ayer el apoyo del presidente de Senegal, un país musulmán, Abdulaye Wade
El secretario de Estado, Colin Powell, vía telefónica, cumple con su parte en la tarea. Así EE.UU busca evitar que elementos importantes de la coalición, como Arabia Saudita , tomen distancia de la acción militar. (EFE)

     
     
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