Miércoles 31 de octubre de 2001

 

Mató de una trompada en el pecho a su hija adolescente

 

Fue en el barrio Anai Mapu, en Cipolletti. El agresor avisó a la policía, se entregó y confesó todo.

  CIPOLLETTI (AC).- Un nuevo episodio de violencia extrema mantiene en vilo a la comunidad cipoleña. Una nena de 13 años murió ayer como consecuencia de los golpes recibidos de parte de su padre, quien fue detenido y anoche se hallaba incomunicado en el destacamento de las 1.200 Viviendas, a disposición del juez Pablo Iribarren, que entiende en esta causa.
De acuerdo con la información proporcionada en la Comisaría 24 por su vicejefe, Marcelo Gómez, el sujeto le dio a su hija una trompada en el pecho, en el marco de una "reprimenda", según las propias palabras del matador.
Cuando la vio inconsciente llamó a una ambulancia, se entregó a la policía y confesó, dijo el uniformado. La patrulla que llegó al lugar encontró al padre con su hija en brazos, ya sin vida.
"A mí me rompió la cabeza con una maza y me mandó al hospital, hace unos seis años. A nuestro hijo mayor, Leonardo, también le pegaba mucho. Por eso me separé y me fui. Yo le preguntaba a Marilina si le pegaba y ella me lo negaba. La quería conmigo pero nunca quiso dejarlo", relató ayer la mamá, con la cara bañada en llanto, muy angustiada.
El hecho ocurrió en la casa de Lamarque 1.847 del barrio Anai Mapu, en el noroeste de la ciudad, entre las 7.30 y 8.30 de la mañana.
Allí tiene su domicilio el autor del crimen, Domingo Lagos, de 46 años, corpulento, y vivía solo con la víctima, su hija Marilina Janet, de 13, morocha, menuda y muy delgada.
Hasta no hace mucho estuvo con ellos otro hijo, Leonardo (17) pero se fue con su madre presumiblemente hastiado de los malos tratos.
Lagos estaba casado con Alicia Bustos (43), quien hace unos seis años dejó el hogar porque también era golpeada por su marido. Con ella partieron Jorge (9) y Suyai (6), y luego hizo lo propio Leonardo.
Del drama en la calle Lamarque no hay testigos. Pero vecinos que pidieron reserva de identidad aseguraron que la nena habitualmente presentaba moretones y golpes, pero que siempre ponía como argumento alguna caída y cuestiones por el estilo. Empero, los pibes del vecindario dijeron que la nena "andaba siempre con moretones" y que en más de una ocasión había comentado que "le pegaban en su casa".
La chiquita concurría a la escuela 294 del Anai Mapu. La directora, Patricia Maneiro, y la vice Stella Maris Ortega, consignaron que la nena llegó con golpes -al menos visibles- al establecimiento, pero como era tan retraída, callada y en especial porque les extrañaba que viviera solita con su padre, intuían alguna situación especial. "Hablamos con ella varias veces pero nunca dijo nada. El papá parecía una persona normal, la traía en moto todas las mañanas. Pero siempre queríamos hablar con la nena porque algo nos decía que no andaban bien las cosas", comentaron.
Un vecino, de nombre Alberto, también contó la agresión que sufrió la señora Bustos y dijo que cuando regresó ayer a su casa y se enteró lo que había ocurrido con Marilina pensó "esta es la misma historia".
Para Alberto siempre fueron "muy sospechosos" los moretones y golpes de la nena y de acuerdo con su apreciación mucha gente responsabilizaba al padre como un golpeador.
En el Mapu había conmoción ayer. Se suspendieron las clases en la escuela y ya a media tarde llegaba gente al Centro Comunitario porque allí iban a ser velados los restos de la niña, que hasta anoche se hallaban en Roca sometidos a la autopsia de rigor en la morgue judicial.
"Sería bueno que haya más control sobre la violencia en este barrio, en especial para defender a las mujeres y los pequeños. Esto va a volver a pasar, tarde o temprano", advirtió una señora mayor, entrada en canas, mientras hablaba del caso, muy compungida, con otras mujeres frente al salón comunitario.

"No lo voy a dejar"

CIPOLLETTI (AC).- "Yo le decía: hijita, venite conmigo. Y ella me contestaba: no mamá, no lo voy a dejar solo. Como me había golpeado, y a mi hijo Leonardo, yo siempre la quise llevar de ahí, porque sospechaba", relató ayer Alicia Bustos, mamá de Marilina Janet, y esposa de Lagos.
"Hace unos seis años (Lagos) me pegó con una maza tres veces en la cabeza. Me la partió y me mandó al hospital. Se entregó, pagó una multa y salió al otro día. Una verguenza".
Alicia dijo que su marido, después del castigo, se justificó explicándole que "se había perdido".
La mujer no aguantó más y hace seis años partió con sus hijos más pequeños -Jorge y Suyai- hacia la zona del Puente 83. "Después, me siguió mi hijo Leonardo, porque el padre también le pegaba".
"Marilina nunca me dijo que él la castigaba, pero yo me lo imaginaba. Y quería llevármela. Una vez el padre le sacó todas sus cosas afuera, en dos bolsitos, y la echó, pero ella igual se quedó", relató Alicia.
Las directivas de la escuela del Mapu aseguraron que la mamá les había dicho que el padre golpeaba a la chiquita.

Foto., La madre de la niña que recibió el feroz castigo ya se había ido a vivir a otro lugar porque su marido la golpeaba.

   
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