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Lunes 29 de octubre de 2001 | |
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Huyó de la alcaidía con la ropa de su hermano |
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Sorprendió una nueva evasión en Roca |
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| ROCA (AR).- Los métodos para fugarse de la alcaidía de Roca no dejan de sorprender. Cuando nadie lo esperaba, un interno burló la seguridad carcelaria "camuflado" con la vestimenta de su hermano, quien lo fue a visitar horas antes y decidió ocupar el lugar del detenido. La maniobra no fue advertida por los policías presentes en la guardia, quienes -por el aspecto del que se retiraba- pensaron que la persona que en ese momento cruzaba las rejas y se dirigía tranquilamente hacia la calle se trataba de un familiar más. Al cierre de esta edición, los uniformados aún no tenían rastros sobre el paradero del evadido. El hecho trascendió a las 11 de ayer, horario en el que a los internos se les permite recibir visitas de sus familiares. Gustavo Ariel Solo de Saldivar, según lo identificaron las fuentes policiales, se alojaba en el pabellón 3 de la cárcel de encausados. El joven cumplía una condena a 8 años de prisión y estaría pronto a recibir otra por un delito cometido antes de que lo apresaran por la causa principal. Para la sorpresa del celador de turno, en el momento de hacer el recuento de internos ocurrió que al nombrar a Saldívar, el efectivo se encontró con la presencia de su hermano, Gabriel Saldivar, dentro del pabellón junto a los demás detenidos y condenados. Inmediatamente y sin resistencias fue trasladado a la comisaría para que prestara testimonio ante el juez sobre el episodio protagonizado junto a su hermano, aunque la policía no lo detuvo. Saldívar habría ingresado a las 9 al pabellón, horario en el que comienzan a transitar las primeras visitas. Como uno más de los que llegan a la alcaidía para encontrarse con un familiar detenido, le fue otorgado el permiso y fue revisado por la policía. Nadie se imaginó una fuga de esa manera. Las dos horas que transcurrieron hasta que el detenido escapó fueron más que suficientes para que los hermanos intercambiaran las ropas y así camuflar la huida. El hecho puso nuevamente en evidencia las dificultades para controlar a los internos en la cárcel de encausados roquense, que alberga alrededor de 400 personas, entre procesados y condenados. |
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