Miércoles 24 de octubre de 2001

 

Barrabrava cipoleño acusa a Arriaga

 

La Justicia indagó ayer a David Ancao.

  CIPOLLETTI / ROCA (AR)- Pasaron casi cinco meses desde que David Ancao agredió al intendente cipoleño, Julio Arriaga, a la salida de un acto en las 1.200 Viviendas. El hecho derivó en una denuncia contra el barrabrava del Club Cipolletti por amenazas, injurias y daños. Sin embargo, ayer los roles parecieron invertirse y "El Tigre" Ancao acusó al jefe comunal de encomendar una persecución en su contra que, según asegura, llegó a un punto tal que no lo dejan salir de su casa.
Ancao declaró ayer en el Juzgado 12 de Roca por los hechos del 26 de mayo, cuando se presentó junto a su hermana y allegados en un acto oficial y se despachó con una andanada de insultos hacia el legislador Carlos González y otros funcionarios cipoleños. Minutos más tarde -siempre del mediodía de mayo- apareció Arriaga y los gritos cambiaron de destinatario, concluyendo la situación incluso con varios rayones sobre la camioneta 4x4 del intendente.
Ahora "El Tigre" Ancao asegura que la víctima es él. "Yo pensaba que después de eso (en referencia al episodio en el barrio cipoleño) cada uno iba a hacer su vida, pero me cerró las puertas en todos lados, como cuando quise ser presidente del club y habló con gente para cerrarme los caminos", señaló a la salida de los tribunales roquenses.
"Yo no tuve nada que ver con él ese día en las 1.200. Cuando salió quiso ostentar su poder y a mí esas cosas no me cierran. Yo nunca tuve un acuerdo, ni fui guardaespaldas suyo. Las diferencias se dieron a partir de una discusión", agregó.
Sin embargo, distintas fuentes aseguraron que Ancao era enlace entre Arriaga y distintos sectores barriales, pero un pedido del entonces puntero no complacido por el intendente fue el cortocircuito que dio inicio al enfrentamiento.
"Hubo persecución constantemente y otras cosas que no puedo comprobar pero aseguro que me pasaron. No me interesa denunciarlo, pero llegado el momento voy a tener que hacerlo, porque no puedo vivir tranquilo en mi ciudad", sostuvo.
"Después del problema en las 1.200 estuve casi dos meses sin salir afuera de mi casa. Si preguntás por mí te van a decir que en estos tres últimos meses sólo estuve un par de veces en el centro y yo soy un tipo que caminaba la ciudad, algo que hoy no puedo hacer tranquilo. Me siento inseguro y desprotegido. Necesito cambiar de aire porque si sigo así me voy a tener que ir de la ciudad", agregó.
La denuncia de Arriaga luego de la agresión de mayo no fue la primera que presentó contra Ancao. En el 2000 hizo una presentación por amenazas y extorsión, permaneciendo durante un mes con custodia policial.
   
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