Salvaje y dramático asalto a una relojería de Roca

Tres delincuentes golpearon con furia al propietario.

ROCA (AR).- La relojería Totti de Roca se convirtió ayer por la mañana en un terrible escenario de dramatismo y violencia. A cara descubierta, tres delincuentes golpearon brutalmente a su dueño, agredieron a la esposa y balearon -sin puntería- a un albañil que trabajaba en una casa vecina y quiso detenerlos mientras huían.
Todavía no eran las 10.30 cuando Héctor Raúl Totti, de 68 años, despidió amablemente a un cliente en el local de Rodhe 1.282, casi Santa Cruz.
Meses atrás lo habían asaltado y desde esa oportunidad mantenía la puerta cerrada con llave. Conociendo esa costumbre, un malviviente aprovechó la salida del comprador y antes de que el comerciante trabara el acceso ingresó exhibiendo en su mano una cadenita y preguntó "si tenía arreglo".
Vestido con saco y portando un maletín, no despertó ninguna sospecha en Totti, que comenzó a analizar el elemento a reparar. Fue allí cuando el joven puso el maletín sobre la vitrina, sacó un arma y exigió a su víctima que se quedara quieto porque se trataba de un asalto.
En vez de amedrentarlo, no hizo más que enfurecer a Totti, que rápidamente lo tomó del cuello con una mano e intentó sacarle el arma con la otra.
En cuestión de segundos se trenzaron en un forcejeo, que incluyó golpes mutuos, gritos e insultos.
A todo esto, Berta, la esposa del comerciante, se encontraba en un local vecino al que había concurrido a hacer compras temprano y tuvo que regresar cuando advirtió que se olvidó de unos productos.
Mientras ella compraba, su esposo luchaba con el delincuente, una pelea que rápidamente se definió en favor del malviviente porque en la relojería aparecieron dos cómplices y agredieron bestialmente a Totti para librar a su compañero del ahorcamiento que sufría.
Con el sexagenario en el piso, la violencia llegó a niveles extremos, ya que lo llevaron hacia la casa, contigua al comercio, le patearon la cara, el cuerpo y le aplicaron culatazos en el rostro. Según comentaron luego sus familiares, en ese momento se produjo un disparo, aunque aún no se sabe si el proyectil impactó en su cabeza o no.
La situación se hizo más tensa aún cuando la esposa de Totti regresó y vio la puerta abierta de la relojería, algo que nunca pasaba.
Delante de la vitrina estaba el joven de saco que ingresó primero, que intentando persuadirla le dijo que su marido "se había descompuesto".
Apenas dio un par de pasos hacia el interior se dio cuenta del asalto y empezó a gritar.
Al mismo tiempo intentó salir para pedir ayuda, pero el delincuente la tomó de la campera para inmovilizarla.
Con la misma resistencia demostrada por su esposo, pegó una patada y se liberó.
Ya en la calle, exigió auxilio con gritos desesperados. Al escucharla, un albañil que trabajaba en una casa vecina decidió acercarse al lugar.
Desde adentro, el asaltante vestido con saco escapó en dirección a la calle Santa Cruz. Segundos después, sus dos compañeros hicieron lo mismo y al advertir en la carrera que el albañil intentaría detenerlos le dispararon. Afortunadamente no acertaron. Tanto el hombre que intervino como otros vecinos aseguraron que los delincuentes se subieron a un taxi Fiat Duna con un cartel verde.
Incluso el móvil fue visto circular a contramano y alta velocidad por las calles aledañas.

Búsqueda sin resultados

Anoche, la Policía los buscaba pero no tenía resultados positivos.
Lo único que se encontró durante las pericias fue una carpeta con diversas anotaciones y textos, que se suponía respondían a fórmulas de magia negra. Aparentemente se cayó del maletín utilizado por los asaltantes, que finalmente no robaron nada y también dejaron en el lugar la cadenita exhibida para engañar al comerciante.
En tanto, Totti fue trasladado a un sanatorio privado de la calle Buenos Aires.
Sin perder el conocimiento durante toda la jornada, al atardecer se encontraba estable y los médicos se disponían a operarlo, para determinar si tenía alojada una bala en su cabeza, que aparecía brutalmente golpeada.

Foto: Los delincuentes lograron ingresar a la joyería y ahí golpearon al propietario con saña.