Sábado 13 de octubre de 2001

 

Condenan a dos policías por golpear a menores

 

El hecho ocurrió en Bariloche en 1998 y los uniformados, pertenecientes al grupo BORA, dijeron que los detuvieron en averiguación de un hecho delictivo y que habían atacado con piedras al móvil en que se desplazaban. Los jueces afirmaron que los abollones del vehículo no se correspondían con pedradas y que los testimonios y certificados médicos corroboran la versión de los menores. Les dieron un año de prisión en suspenso y realizarán un curso de derechos humanos.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los jueces de la Cámara Segunda del Crimen condenaron a un año de prisión en suspenso y dos de inhabilitación para ejercer funciones policiales al ex jefe del Bora y a un suboficial a su cargo por el delito de "vejaciones en acto de servicio" que se sanciona con penas de hasta cinco años de prisión.
La condena está referida a un hecho ocurrido el 25 de noviembre de 1998 en las calles de la ciudad, a las 20.30, cuando los imputados, el oficial principal Eduardo González y el cabo Juan García, detuvieron sin causa aparente a tres menores, los obligaron a subirse a un vehículo policial, los tomaron de los cabellos y los golpearon en distintas partes del cuerpo con las manos y sus bastones.
Luego de la agresión los imputados llevaron a los menores hasta la comisaría Segunda del Centro Cívico, y al día siguiente, al saber que habían sido denunciados, iniciaron una causa por presunto "atentado a la autoridad". Sin embargo, los jueces entendieron que los policías habían urdido la causa para encubrir lo que realmente aconteció.
Los responsables de los menores hicieron que los revisara el médico forense, quien constató diversas lesiones en los tres damnificados, y realizaron la denuncia en la fiscalía .

La versión de los policías

González expuso que esa noche realizaban un operativo con el furgón del grupo Bora, con motivo de un robo calificado, y que en la esquina de Elflein y Rolando fueron atacados a pedradas por un grupo de jóvenes. Explicó que momentos después pudieron identificar a los atacantes y trataron de interrogarlos, pero como guardaron silencio decidió llevarlos a la comisaría.
Aseguró que no los golpearon y que tampoco llevaban bastones ni otro elemento disuasivo, y que los entregaron en perfectas condiciones en la unidad policial.
El fiscal Enrique Sánchez Gavier sostuvo el reproche contra los acusados y tanto él como los jueces entendieron que con los testimonios de las víctimas y las certificaciones médicas el hecho estaba acreditado con certeza. Desestimaron la declaración del sargento que oficiaba de chofer y testimonió en favor de los imputados, y las excusas sobre las piedras arrojadas, porque la pericia demostró que los abollones que presentaba el vehículo no correspondían a pedradas.
"No me cabe duda que, tal como refirieron las víctimas, cuál es la peligrosa situación que pasaron al converger el trío con el móvil policial", expuso en la sentencia el juez César Lanfranchi.
El magistrado, en voto al que adhirieron los jueces Silvia Baquero Lazcano y Edgardo Camperi, entendió que el entonces jefe del grupo Bora y su subordinado les cortaron el paso a los menores, los detuvieron de manera ilegal "y los golpearon brutalmente para exhibir su poderío".
Como pauta de conducta especial, además de someterse a patronato, la sentencia le impuso a los condenados realizar estudios sobre derechos humanos y deontología profesional.

Prisión en suspenso por un ataque a traición

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- La Cámara Segunda condenó a seis meses de prisión en suspenso a un joven que atacó de manera imprevista a un menor y le provocó una doble fractura del maxilar inferior.
Tanto el fiscal como los jueces encontraron acreditado el hecho pero descartaron la calificación original, más gravosa para el imputado, al entender que la agresión no le había producido una deformación permanente en el rostro a la víctima y que no se trataban de lesiones graves, pese a que las fracturas tardaron más de 30 días en curarse.
El episodio ocurrió durante la madrugada en una discoteca de El Bolsón, con posterioridad a la discusión que mantuvieron en la entrada al local Gustavo Andén, el imputado, y el menor Ulises Moraga.
El imputado explicó que había discutido con Moraga porque el menor le reclamaba una entrada que él ya había pagado, y que al salir de la discoteca la víctima junto a otros tres jóvenes lo corrieron para golpearlo.
Aseguró que se había defendido a patadas desde el suelo para que lo dejaran ir y negó haber lastimado a Moraga mientras ambos se encontraban dentro del salón.
La víctima no se presentó en la audiencia, pero en cambio declararon tres testigos que aseguraron haber observado el momento en que Andén golpeó a Moraga, desde un costado y a traición, cuando éste estaba sentado en el escenario conversando con un amigo.

   
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