Martes 16 de octubre de 2001 | ||
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Opinión: Los desafíos continúan siendo los mismos |
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La economía argentina de hoy, dos días después de una elección legislativa en la que el "voto bronca" se manifestó con una dureza que no tiene antecedentes, presenta hacia adelante los mismos desafíos del día anterior al comicio. Interpretaciones de cada dirigente político aparte, la realidad es que nuestro problema económico es el mismo hoy que la semana pasada, agravado en todo caso por el paso del tiempo a medida que las tendencias depresiva y deflacionaria se acentúan, por el temor y la incertidumbre que la falta de sostenibilidad fiscal genera hacia el futuro. Deflación y depresión que, de paso, se convierten a su vez en la causa que retroalimenta el problema fiscal, vía el derrumbe de la recaudación impositiva. Es, de algún modo, la rueda de círculo vicioso que empezó a gestarse en Argentina a partir del default de Rusia en Agosto de 1998 y continuó con los sucesivos shocks externos sufridos a partir de enero de 1999 con la devaluación del real en un 40%, del euro en un 25%, el derrumbe del Nasdaq en marzo de 2000, y el reciente trágico ataque a las torres gemelas que probablemente va a profundizar la recesión mundial que ya se insinuaba desde principios de Julio de este año. Es la pinza que nos apretó en los últimos casi 4 años, una combinación maligna y retroalimentada de deflación, con incertidumbre y tasas de interés (riesgo país) en constante alza, y con una fortísima aceleración desde marzo pasado. Es la llamada dinámica de la deuda pública que pasó de un 35% sobre el PBI en 1995, a más de 50% en 2000, mientras la carga de intereses pasaba de un punto a cuatro puntos del PBI en el mismo lapso. Dinámica que ya a fines del 2000 espantó y alejó a los inversores internacionales que antes compraban nuestros bonos y que en adelante debieron ser suplantados por los organismos multilaterales de crédito, y por los bancos y AFJP locales, para evitar la cesación de pagos. Hoy, en medio de esta incertidumbre, encontramos al gobierno siguiendo la única solución posible, la de tratar de recuperar la confianza de los mercados intentando una regla estricta para el fisco y esperando el apoyo financiero externo para una operación internacional que, en base a garantías de alta calidad, permita abaratar el costo de la deuda transformándola en "manejable". Operación que, por otra parte, está tan plagada de interrogantes sobre su viabilidad técnica y jurídica que hoy no permite realizar pronóstico alguno sobre su viabilidad. Completados satisfactoriamente los distintos tramos del canje local que está en marcha con bancos y AFJP para aliviar el costo de la deuda pública nacional y provincial por alrededor de 15.000 millones de dólares, en los próximos tres meses toda la atención va a estar puesta en el tramo internacional de la operación. De su viabilidad o no, dependerá una salida más o menos ordenada de la actual recesión a una situación aún peor, o a la tan ansiada recuperación sostenida de la economía. No vivimos una situación de equilibrio que pueda perpetuarse sin mayores cambios durante mucho tiempo. O nos caemos, o salimos. El gobierno nacional, el Tesoro de los EEUU y los organismos internacionales de crédito tienen la responsabilidad de evitar la caída y conducirnos a la recuperación y al crecimiento sostenido de la economía. (DyN) Miguel Bein |
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