Martes 30 de octubre de 2001
 

Hijos de los desaparecidos, un tema en el cine

 

Se exhibió en el Festival de Valladolid el filme "Los pasos perdidos" de Manane Rodríguez

 
VALLADOLID (ESPAÑA) (ANSA) - El drama de los hijos de desaparecidos argentinos adoptados por los mismos asesinos de sus padres ha vuelto a ocupar la atención de un filme (después de los promocionados de Fito Páez y Marco Bechis) exhibido en concurso en la cuarta jornada de la 46 Semana Internacional del Cine de Valladolid. Esta vez se trata de "Los pasos perdidos", segundo largometraje de la realizadora uruguaya Manane Rodríguez que vive desde hace un cuarto de siglo en España, y ha reunido un elenco prestigioso (los argentinos Luis Brandoni y Federico Lupi y las españolas Concha Velasco e Irene Visedo) para contar la historia de Mónica, una joven que se niega a conocer la verdad hasta que esta se le impone por la fuerza.
La coproducción hispanoargentina, ya estrenada en Buenos Aires y que lo hará en España a principios de noviembre, está dedicada a las madres y abuelas de Plaza de Mayo y "a todos aquellos que han luchado para impedir que también la memoria sea secuestrada". Mónica (Visedo) no sabe o bien tampoco quiere saber, el verdadero origen de su nacimiento.
Un poeta que dice ser su abuelo (aunque el personaje no es Juan Gelman, una poesía suya ocupa una de las secuencias más emotivas de esta obra) le ha dicho que quien ella cree es su padre en realidad es el torturador y asesino de sus progenitores. Ernesto (Brandoni) es un padre un poco invasor e Inés (Velasco) una madre amorosa pero manipuladora que cuando se aproxima la verdad descubren sus verdaderos rostros. Brandoni, en su debut en el cine español, expresa maravillosamente esa violencia agazapada de su personaje mientras Velasco sabe mostrar la fragilidad del suyo. Visedo se luce en el difícil papel de Mónica mientras Lupi juega con su autoridad de siempre.
Tal vez pueda achacársele al filme una falta de ritmo y un sosiego que atenta contra el dramatismo del tema pero esto se debe al deseo de la directora de no caer en el exceso opuesto: el del melodrama desaforado que definitivamente busca la complicidad del espectador y no su toma de conciencia.

"Wit", para llorar y llorar

El que en cambio lo lleva de las narices hacia el paquete de pañuelos más cercano es "Wit", un telefilme de la HBO de Mike Nichols en el que Emma Thompson interpreta a una profesora de literatura inglesa del siglo XVII enferma de cáncer terminal.
Inspirada en una pieza de Margaret Edson que ganó el premio Pulitzer de teatro, adaptada por la misma Thompson como vehículo personal, el filme es la desgarradora descripción de una enfermedad que se come a toda la protagonista menos a su ingenio y buen humor (el Wit de título) que no la abandonarán hasta el final.
La profesora se ve obligada a comparar la falta de humanidad de los médicos, que la consideran un mero caso clínico, con su propia actitud inflexible ante los estudiantes de los que no quiso saber nada de sus anhelos, necesidades o su vida privada. "Wit" es un filme que emociona y conmueve porque nos muestra un posible espejo de nuestro futuro y nos sugiere que ahora cuando estamos sanos es el momento de redimirse y de pensar de manera diferente nuestra relación con el prójimo.
Excelente también el tercer filme de la jornada, "Little Senegal" de Rachid Buchareb, que muestra el viaje del guardián de un museo de la esclavitud en Senegal siguiendo el camino de sus compatriotas de siglos atrás en las galeras de los traficantes rumbo a Estados Unidos.
Aquí encuentra a la gente de su raza que siguen siendo esclavos sin siquiera el beneficio de la solidaridad que reinaba en una época y tras una experiencia traumática vuelve a su país tras descubrir que la esclavitud es una enfermedad del alma que no se cura simplemente con la desaparición de las cadenas.
"Little Senegal" es un filme simple y emotivo contado desde el punto de vista de los marginados y que no es vengativo ni rencoroso, más bien casi resignado a la ineluctabilidad de la injusticia humana.

Domésticas

Un filme brasileño que enfoca la vida a través de los ojos de las que nos libran de las tareas más engorrosas, las criadas, fue presentada fuera de concurso en la 46 Semana Internacional de Cine (SEMINCI) de Valladolid.
"Domésticas" de Fernando Meirelles y Nando Olival es una comedia que acumula personajes y situaciones a ritmo de ametralladora para hacer ver al espectador un mundo generalmente invisible, compuesto por una miríada de seres humanos que tratan de vivir de la mejor manera posible la marginación, la indiferencia y las humillaciones que tal vez sin querer les infligen sus patrones.
Las criadas rezan al Dios que sigue dando mucho a los ricos y cada vez menos a los pobres, se reúnen entre ellas para cambiar experiencias, ilusiones y direcciones de trabajo y se resignan a ocuparse de ellas mismas después de haber servido a sus patrones.
Meirelles, a su segunda aventura en el largometraje, y Olival en el primero, pero con una larga carrera de spots publicitarios (y la concisión de las escenas y el ritmo frenético del montaje lo demuestran) cantan un mundo oculto del que apreciamos su presencia cuando nos falta. La sala llena de las dos proyecciones en la sección "Punto de encuentro" (Informativa) y los aplausos que siguieron al final de las mismas demuestran que ese mundo es idéntico en todos los países y que el filme podría tener una exitosa carrera fuera de Brasil. Ahora sólo que da esperar lo que dirán los circuitos más comerciales al respecto.

El otro Tosca

Una curiosa transposición de la ópera "Tosca" de Giacomo Puccini en el marco de la corrupción y la inestabilidad política de América latina es el fime venezolano "Tosca, la verdadera historia" de Iván Feo que tuvo su estreno mundial en Valladolid. Presentada fuera de concurso, el filme se toma algunas libertades con el libreto de la ópera, escrito por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica e inspirado en el drama de Eugne Scribe "Ante él temblaba toda Roma". Lo que han hecho Feo y sus coguionistas es darle cierto toque de contemporaneidad: Tosca es aquí, una actriz de cine, Mario un cineasta y Scarpia un militar de una dictadura corrupta.

Foto: Luis Brandoni y Federico Lupi y las españolas Concha Velasco e Irene Visedo forman parte del elenco.

   
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