Domingo 14 de octubre de 2001
 

Fidelidad a pleno por Los Nocheros en Neuquén
 

Unas cinco mil personas ovacionaron anoche en el Ruca Che al más exitoso grupo folclórico del momento
 
NEUQUEN (AN).- Impresionante. Con nada menos que folclore argentino, convocaron casi 5 mil almas. El espectáculo de mayor repercusión en cuanto a público en el 2001 en el Ruca Che.
El recital se dividió en dos partes. En la primera "a la carta": el público pudo pedir "Angélica", "Ausencia", "Algo Sobrenatural", "Una Carta". La ovación enorme para "Sin complejos".
El segundo tramo fue a gusto de Los Nocheros. Se sumó la banda completa conformada por seis músicos más. Vibró el estadio con "Fiesta en la cueva", "Guitarras de medianoche", "Tu y yo", "No saber de ti". En total presentaron 23 obras.
Si la duda aún persiste, ahí va "Señal de amor" para ponerle sello y firma de la inclinación romántica-amorosa, baladística o cuanto intento de definición, fallido o feliz, se le haya querido colocar al cuello -de por sí folclórico- de Los Nocheros.
Cuando allá, hace una década, se hablaba de que se quitaron bombachas y ponchos y vistieron de "civil" según normas IRAM de la moda actual, no sólo que se "sacaron", sino que "pusieron": fueron perfeccionándose en los tecnicismos de avanzada y hasta en la obsesión de cada detalle. Resultado: un show impecable y ¿por qué no? grandilocuente, en recursos luminotécnicos y de apoyatura a una banda que en lo instrumental no lleva mucho más que bajo, teclado, batería, cuerdas, profusa percusión. No mucho más pero lo principal, ellos mismos, llenándolo todo con una potencia sonora y vocal, como para acomodarse en el asiento e ir confirmando lo que ya se sabe.
Es decir, lo que ya se sabe de la temática de sus placas antecesoras. Pero además y sobre todo, los grandes éxitos que la gente les fue pidiendo y los del último compacto "Señal de amor" ¡Que para eso llegaron hasta Neuquén!
"La cerrillana" o "Angélica" ultraclásicas pero a la vez remozadas, no se les pueden ni acercar a ese "te voy a comer el corazón a besos" y más si en la variedad está el gusto, y tal lo prometido por el grupo "la fórmula es la misma, la sorpresa está en las canciones": así fue nomás. Llegó la homónima canción de la cual copiaron el título que le otorgó identidad al disco, esa "Señal de amor" a percusión plena.
No se sabe bien, eso ellos no lo van a decir jamás, pero por cábala quizás, habiéndose llevado a raudales aplausos y venta de discos como si fuera pan caliente con "Entre la tierra y el cielo" -será por eso, decíamos- que volvieron a convocar al Paz Martínez. Descontado el fragor del tema nombrado, cayó de perlas aquello de "El amor de mi vida" y sigue... "es tu voz encendida, es tu amor, el amor de mi corazón". Es que Martínez les dio buen rinde a la cosecha "nochera" con los re-re-aplaudidos "Roja boca" y "Yo soy tu río". "¡No, ni hablar!", como dicen los chicos, estos salteños son de hacerle perder los estribos de la compostura a más de mil mujeres juntas (hombres también que los hay), sobre todo si esos mismísimos miles son fanáticos, como los que se vieron en el Ruca Che. Más de un político, de los que en horas más hurgarán con hambruna de poder en las urnas, quisieran tener la fidelidad y confianza que la gente profesa, al borde de la adoración a Los Nocheros. Fenómeno que aún sorprende, se reitera y multiplica.
   
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