Domingo 14 de octubre de 2001

 

Apunte, dispare y haga

 
 
Historia y más historia.
¿Un rollo de exposiciones?: pura historia.
De esto o lo otro, pero historia. Historia que importa a unos pocos o historia que se incrusta para siempre en millones de seres.
Sí, sí: en cada "click", más historia.
Eso es la fotografía. Desde el agua bendita que el cura derrama fríamente sobre la pelada del bebé para afiliarlo a la cristiandad, a Eddie Adams captando el instante en que el general Loan asesina a sangre fría de un balazo en la cabeza, el 1 de febrero del "68, a un sospechoso de pertenecer al Vietcong. Fue en un Saigón abundante en sangre y muerte.
- "Lo volvería a hacer" - declaró años atrás Loan en los Estados Unidos, donde hasta que se murió tuvo un restaurante que lucía una copia ampliada de la foto.
- "Me di cuenta que lo iba a asesinar... disparé y disparé. Pegué un brinco... sentí calor, frío... era la muerte, ahí, junto a uno... todo en un instante" - recuerda Eddie Adams cuando le preguntan sobre aquel día en Saigón.
En un instante, Loan y el sospechado de camisa escocesa trascendían el presente.
El "click, click, click" de la cámara de Eddie Adams los metía en la historia.
Como Hos Maina se laceró metiendo en la historia con su Nikon la desnutrición y miseria del Africa negra.
O aquella noche calurosa del medio oeste americano. El pistolero Bill Doolin se descuidó y el sheriff Hech Thomas no dejó pasar por alto la oportunidad: lo dejó hecho un colador. Luego, llegó un reportero gráfico cuyo nombre se esfuma en el tiempo, y acribilló el colador durante más de una hora.
"Click, click, click" para testimoniar que el audaz Bill ya no se escurriría más. Estaba muerto. Era historia.
¿Y qué decir de esa foto que uno se encuentra en el librería del Congreso de los Estados Unidos? Muestra a una californiana y sus dos pequeñas hijas sumidas en la pobreza de los años treinta.
En una sola placa, Dorothea Lange atrapó parte de la penuria de un tiempo de los Estados Unidos que ya es historia.
Y Matthew Zimmermann, desentendiéndose casi con desprecio del rostro de niña traviesa de Marilyn Monroe. Pero persiguiendo obsesivamente los movimientos de Marilyn. Y mediante el fastidioso "click, click" haciendo la historia electrizante de aquella rubia.
Un "click" que arrincona el tiempo. Lo detiene. Y lo convierte en historia.

Carlos Torrengo
ctorrengo@rionegro.com.ar

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación