Viernes 12 de octubre de 2001

 

Nobel de Literatura para un crítico del Islam

 

La Academia sueca premió al escritor británico V. S. Naipaul.

 
ESTOCOLMO (Reuters) - El escritor trinitario V. S. Naipaul, cuyas críticas opiniones sobre las grandes religiones del mundo han provocado protestas, ganó el Premio Nobel de Literatura del 2001.
Naipaul obtuvo el galardón dotado de 1 millón de dólares por combinar los géneros literarios existentes para lograr un estilo propio, desdibujando la diferencia entre la ficción y la realidad, y narrando las historias de los subyugados, dijo la Academia Sueca al explicar su decisión.
Naipaul, que ha sostenido una amarga y altamente publicitada disputa literaria con su ex protegido Paul Theroux, vive en Inglaterra desde la década de 1950, pero es difícil determinar dónde se siente en casa. Los estudios del exilio que ha publicado Naipaul, un maestro del estilo de la prosa inglesa, lo han llevado desde el Caribe a su país adoptivo y a la India, Africa y a las naciones islámicas de Asia. "La prosa de Naipaul es la mejor que se escribe actualmente en idioma inglés", dijo a Reuters el escritor y académico sueco Kjell Espmark. Los temas abarcados por Naipaul -la inmigración, el impacto del colonialismo y el nacionalismo en los países en desarrollo, y el aspecto negativo de la religión, como el Islam- figuran entre las cuestiones más importantes que dominan a este joven siglo.
Pero al reconocer a Naipaul, quien estuvo nominado largamente al galardón, la Academia Sueca nuevamente ha causado la controversia que ha caracterizado a los recientes laureados, como el exiliado chino Gao Xingjian, galardonado el año pasado, y el escritor izquierdista italiano Dario Fo en 1997.
Su obra de no ficción incluye "Among the Believers: an Islamic Journey" (Entre los creyentes: un viaje islámico), publicado en 1981, que fue criticado por algunos lectores musulmanes que dijeron que tenía una visión estrecha y selectiva del Islam. "Si se sigue toda la obra de Naipaul, critica mucho a todas las religiones", dijo a Reuters el escritor y académico sueco Per Wastberg. "El considera la religión como el flagelo de la humanidad, que apaga nuestras fantasías y nuestro deseo de pensar y experimentar".
"Me siento completamente encantado. Es un espaldarazo inesperado. Es un gran tributo para Inglaterra, donde vivo, y para India, la patria de mis ancestros, y a la dedicación y apoyo de mis agentes Gillon Aitken", dijo Naipaul. Su obra está conformada por cuentos, novelas y relatos de viajes.
La escritura de Naipaul expresa la ambivalencia del exilio -una característica de su propia experiencia, ya que su familia procedía de la India y se instaló en el Caribe- y la situación del intelectual nómada en un mundo postcolonial.
Naipaul, considerado el principal novelista del Caribe de habla inglesa, ha sido denominado "el escritor del mundo". Su primera novela, escrita a los 18 años, fue rechazada por los editores.
Cuando se piensa en él, todos los elementos se prestan a imaginar a un escritor inglés casi acogedor, satisfecho de sí mismo, feliz dentro de la conservadora sociedad británica. Pero las novelas, las historias y los ensayos de Naipaul son todo menos tranquilizadores, arraigados en el lugar o acogedores.
En cierto aspecto, Naipaul se puede comparar a su gran precursor Joseph Conrad, también novelista del mundo, un hombre exiliado y sin raíces.

"El regreso de Eva Perón"

"Quizás muy poco de lo que ocurre en Argentina es verdaderamente noticia, porque no hay ningún movimiento de avance, no se está resolviendo nada, la nación parece jugar consigo misma; y la vida política argentina es igual que la vida de una comunidad de hormigas o de una tribu de la selva africana: llena de acontecimientos, llena de crisis y de muertes, pero la vida no es más que un ciclo y el año siempre termina como empieza.
No hay historia en la Argentina. No hay archivos; sólo hay graffitis en las paredes y polémicas y lecciones en la escuela. En la Argentina la historia es menos un intento de dejar constancia y entender, que un hábito de reordenar hechos inconvenientes; es un proceso de olvido".
(Extracto de "El regreso de Eva Perón, 1972)

Una línea de renovación de los que galardonan

El Premio Nobel de Literatura a V. S. Naipaul provocó sorpresa en Estocolmo, pero también la sensación de que ya era hora.
Sorpresa, porque el escritor había pasado a un segundo plano tras muchos años de ser mencionado como candidato y además porque debido a sus controvertidos comentarios políticos se creía que tenía pocas posibilidades.
Pero Naipaul era mencionado ya desde hace más de diez años como uno de los más claros favoritos.
El hecho de que en el centenario del Premio Nobel por primera vez se otorgara el galardón a un escritor catalogado por algunos como "de viajes" se enmarca en la línea de renovación iniciada hace un tiempo por la Academia Sueca.
En 1997, fue distinguido el dramaturgo italiano Dario Fo, al que algunos despreciaban como "payaso". Horace Engdahl, desde hace dos años "secretario permanente" al frente del comité, anunció entonces que "todo lo que se edite en forma de texto" puede ser considerado.
Ya se trate de novelas, ensayos, testimonios del Holocausto, textos de canciones -como el caso de Bob Dylan- o relatos de viajes.
Si ya esa postura desató la controversia entre los quince miembros activos de la Academia y en la opinión pública, Engdahl deberá contar con debates aún más fuertes este año -hasta la entrega del premio el 10 de diciembre- que cuando se concedió el galardón al chino Gao Xingjian el año pasado o al alemán Guenter Grass el año anterior.
Naipaul se mostró en sus libros como duro crítico del Islam. Dado que el autor de 69 años además tiene una fuerte seguridad en sí mismo y no le escapa a las controversias, los días hasta la entrega del premio prometen ser polémicos, sobre todo teniendo en cuenta la actual situación política del mundo.
En ese sentido, de hecho, se le atribuían pocas posibilidades a Naipaul tras los atentados terroristas en Estados Unidos. Se creía que en el año del centenario del Nobel la Academia tendría un gesto especial y más bien se apuntaba a alguno de los escritores estadounidenses mencionados desde tiempo como Philip Roth, Joyce Carol Oates o Thomas Pynchon.
"La Academia nunca admitiría que se deja influenciar por la atención masiva suscitada en torno a los atentados en Nueva York. Pero sí que lo hace", opinó una periodista en Estocolmo que habitualmente suele adivinar los ganadores.
Esta vez, sin embargo, tanto ella como muchos otros estuvieron equivocados. Entre los últimos cinco nombres que se barajaban en las últimas votaciones, parece que no hubo ningún autor estadounidense.
De esta manera, la Academia volvió a hacer honor a su fama de "impredecible", aunque este año deberá contar con más polémica que en años anteriores. El hecho de que V. S. Naipaul sea un vegetariano convencido y que por eso evitará el plato principal del tradicional banquete de los Nobel en diciembre, probablemente será un problema menor.

Cosmopolita, conservador e infiel: tuvo una amante anglo-argentina

V. S. Naipaul se considera a sí mismo como un escritor cosmopolita y sin raíces a quien le horroriza la pobreza cultural de su país, la isla antillana de Trinidad, pero que no se siente cómodo ni en la patria de sus mayores, India, ni en la propia de adopción, Inglaterra.
Naipaul ambientó sus primeros libros en Trinidad (el primero que le dio la fama fue "Una casa para Mr. Biswas" donde trazaba un retrato de su padre) pero después viajó a lo largo y a lo ancho de todo el mundo para mitigar su desarraigo.
El escritor, que visitó varias veces India, se considera "un extranjero" en este país, y en Inglaterra no logra relacionarse o identificarse con los valores tradicionales de la nación.
Con los años se ha ido volviendo cada vez más conservador y ha aprendido a no disimular ni a ablandar sus ideas o posiciones sociales o políticas. Causó sensación su definición de un célebre novelista como E. M. Forster (Pasaje a la india) y del no menos famoso economista John Maynard Keynes, como dos homosexuales "que sodomizaban a los jovencitos pobres que frecuentaba en India y el otro a sus estudiantes de Cambridge". Este juicio, unido al de Joyce ("escritor incomprensible porque no sentía ningún interés por el mundo exterior"), aparecieron en una entrevista concedida el mes pasado a la revista Literary Review.
Naipaul se declaró asqueado de "Pasaje a la India" y declaró: "Forster no entendió nada de la India. Fue una vez sola, en 1921, y allí frecuentó solo a los ingleses, a la clase media india y a los jóvenes jardineros locales con los que hacía lo que quería. Pero al pueblo nunca se acercó".
Pero más escándalo causó una entrevista a la revista norteamericana New Yorker en mayo pasado donde confesó su pasión por las prostitutas. Allí, entre otras amenidades, declaró: "con la vejez las mujeres han ido bajando en mi estima... No me excitan más" aunque reconoció que cuando era joven las amaba mucho "sobre todo por sus voces y por la calidad de la piel".
Y afirmó en esa ocasión que "no veía nada malo en la infidelidad" y que "el matrimonio no excluye otras experiencias. Para mí, el aprendizaje de la seducción y de la satisfacción sexual fue tan importante como el aprendizaje literario".
Entre estas infidelidades figura un romance con una tal Margaret, una anglo-argentina madre de tres hijos que tenía diez años menos que él. "Estoy muy contento con esa relación. Hubiera sido terrible morirse sin haberla vivido. A ella no le importaba nada de lo que yo hacía, no había leído ni uno solo de mis libros", dice.
(ANSA y EFE)

   
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