Una chica con raros peinados nuevos
La cantautora Irupé Tarragó Ros acaba de editar su CD "Jazmín"
Irupé es una chica rara. Por su look y forma de ser está más cerca de ser una de esas porteñas "modernas" (que escuchan Bjork, Bowie y Beck) que describe Leo García en su hit "Morrissey", que de una folclorista última generación.
Es hija de Antonio Tarragó Ros, pero a pesar de su herencia su estilo está más emparentado con cantautoras pop sensibles del estilo de la estadounidense Tori Amos que del tradicionalismo mal entendido del "folclore joven" que suena en las radios. De hecho, dos de sus mayores referentes son la irlandesa Sinead O"Connor y la islandesa Bjork.
"Jazmín" es una colección de canciones en las que la artista logra combinar su singular forma de ver el mundo con unas raíces folclóricas palpables y reconocibles, pero ubicadas en un contexto diferente y original.
"Al folclore le hace falta un poco de aire. Está asfixiado", comentó Irupé a Infosic al hablar sobre sus canciones "con aires" (como aclara el booklet del CD) a chamamé; samba; huella; milonga; bailecito y vidala.
"La verdad que me parecía forzado hacer algo tradicional. Las canciones me salen así, sigo mi propia inspiración. Vienen y yo las decodifico, agregando sentimientos y elementos propios", comentó en alusión a sus temas.
Con su flaquísima figura y su cabellera teñida de violeta, la vocalista comentó que la suya "es una propuesta distinta", que intenta "volver a la belleza en todas las artes".
"El que viene a verme que no espere nada. O que espere sorprenderse", explica.
Y claro, lo suyo es una propuesta sumamente íntima en la que no hay espacio para las puestas en escena grandilocuentes ni para el romanticismo for export que domina el panorama folclórico local.
Sus intenciones son claras y bastante arriesgadas para un momento en el que la música popular del mundo es más un shopping que un conglomerado de artistas.
"Yo trato de recrear un bosque donde haya un piano, en el que toque mis canciones y pueda compartir mi mundo interior. Me hace tanto mal lo que está pasando que tengo que hacerme una coraza de jazmín", manifestó.
A pesar de la crisis generalizada, para la joven Tarragó Ros mantener la esperanza es la solución a todos los males. "Es un momento difícil de ánimo y eso genera un encerramiento. Por eso es tan importante la fe. Si no crees en algo es muy probable que te estanques", aseguró esta chica que cree en la conexión de la magia y la naturaleza y que sostiene que es completamente necesario retomar el contacto con lo natural.
La cantante y compositora comentó, además, que pertenecer a una familia de artistas le brindó una formación más que sólida. "Trabajé 10 años con mi padre como pianista y corista. Para mí fue una academia. Con papá aprendí la profesión, desde la producción y la organización hasta cómo moverme en el escenario. Además de lo que me enseñó el resto de mi familia. Me dieron un techo privilegiado", indicó.
En "Jazmín", hay composiciones de Irupé, versiónes de "Horizonte de Octubre", de Arsenio Aguirre; y "La Añera", de Atahualpa Yupanqui, y un tema, "Desde el aire", en el que la artista canta junto a su hermana Laura Ros con una participación especial del multifacético Alfredo Casero.
"Con "Alfred" nos conocimos en un avión, le di mi disco y nos pusimos en contacto a través de un amigo en común. Vino a mi casa a escuchar unos discos en una época en la que yo estaba muy deprimida. Me dio mucho ánimo. Y terminé un año y medio cantando como invitada en "Sólo para entendidos"", detalló.
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