Jueves 25 de octubre de 2001

 

Rescatando al Humboldt austríaco

 

Historiadores vieneses quieren recuperar la figura de Thaddaeus Haenke.

  Un equipo de historiadores vieneses ha lanzado un proyecto para sacar a la luz las valiosas investigaciones que hizo el austríaco Thaddaeus Haenke en el siglo XVIII sobre aspectos de América Latina, como su geografía y lenguas locales. Los historiadores han decidido desvelar los valiosos estudios de este olvidado viajero, hijo de campesinos de Bohemia, que decidió vivir en América Latina y a quien comparan por sus logros, aunque no por su estilo, con Alexander von Humboldt.
Recomendado por la Corte Imperial de Viena a los Reyes de España, Haenke (1761-1816) fue uno de los pocos investigadores no españoles que estudió, para enviar sus conclusiones a la corona, los ríos en Ecuador, las lenguas en Bolivia, los volcánes y la fauna de Latinoamérica durante la época colonial. Con este proyecto se pretende "redescubrir al Humboldt austríaco", aseguró Gerhard Drekonja, profesor de historia no europea en la universidad de Viena al presentar la iniciativa.
Y es que para Drekonja, Humboldt es la figura que marcó el modelo de lo que sería "la investigación del Tercer Mundo": "el europeo que viaja a una región exótica, agarra y se lleva todo lo que le parece sin escrúpulos, mata animales, los diseca. Y aquí (en Europa) esa materia prima se convierte en la sabiduría y en la carrera del investigador. Así es como (el científico) se hace famoso y es nombrado catedrático; de esta forma se llenan nuestros museos y se escriben libros. Siempre en ello han estado presentes los ojos del imperio", señala el experto austríaco. Pero no fue así, sin embargo, en el caso de Haenke, quien convirtiéndose en cierto modo en "traidor de su cultura", según Drekonja, decidió quedarse a vivir en América Latina, aunque sin abandonar sus trabajos de investigador.
Haenke, quien se basó para sus investigaciones en sus estudios de medicina, química, astronomía y botánica cursados en la célebre universidad de Carolina en Praga, "recolectó y coleccionó mucho", dijo Drekonja. "Siguió escribiendo sus cartas a la Corte, dibujando plantas y llegó incluso a desarrollar una especie de transcripción fonética para las voces de los pájaros. Pero no publicó", dijo el experto, quien explicó que tanto esa razón como las intrigas en la Corte y la muerte repentina de Haenke contribuyeron a que no se hiciera famoso.
Haenke cultiva un "estilo completamente diferente", otra forma de tratar y conocer la naturaleza y las culturas no europeas, y que a diferencia del empleado por Humboldt, "no se impuso" como norma general. (EFE)
   
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