Sábado 6 de octubre de 2001

 

La mulata de fuego encendió anoche el Ruca Che

 

En andas de la ovación, la cubana Celia Cruz sintió en carne propia que su cetro de reina de la salsa también es reconocido en Neuquén. Brindó anoche un espectáculo excepcional.

 
NEUQUEN (AN).- "Azúcar", saludó Celia Cruz a las 22,45 en punto. Con un traje plateado y verde y una peluca al tono la cubana comenzó a moverse al ritmo de "Toro mata". La fiesta: con "Qué rico el mambo" y los cubanos residentes bailando en la platea. Después "Mango", "Go-da" y muchos más. Medio siglo de historia musical sobre el escenario. El acontecimiento trascendente sucedió aquí y los amantes de la región fueron testigos de lujo. En el Ruca Che, cerca de 1.500 personas se pusieron de pie anoche. Celia Cruz y sus doce músicos dieron a vuelo de pájaro, apenas, una porción de esos cincuenta años interpretando.
Es una mulata de fuego. Lo de mulata está a la vista y el fuego se encendió el 3 de agosto de 1950, "cuando empecé con la Sonora Matancera, o sea que son cincuenta y uno".
No es necesario adivinar cómo se siente la reina, sobre el tablado. Lo dijo a este diario. "Aquí es como si fuera el primer día, los mismos nervios, el mismo temor de que a la gente no vaya a gustarle lo que voy a hacer. Pero ya, por fortuna, cuando comienzo mi show, el público se pone de pie y me da la respuesta de que sí voy a gustarle (sonríe con gesto de alivio); que me conocen.".
¡Y vaya si no! en Neuquén su recital se contagió de las ardientes llamaradas de la cubana. Llenó la escena de "muchísimos recuerdos, una cita con distintos modos de ser, distintas emociones, distintos estados de ánimo", como lo había prometido a "Río Negro" y lo cumplió.
"Si algún miedo me viniera, Pedro, mi esposo, está allí. El me dirige los números". El hombre que la acompaña a todas partes, estuvo muy cerca, en el concierto de anoche, se lo vio atento a todos los detalles y eso es un reaseguro para la cantante, porque se sabe contenida con el afecto de su confianza. Pedro, a veces dirige la orquesta en algunas canciones. "Con los músicos que estén, siempre me gusta que los conduzca y me entiendo muy bien con él. Lo conocí en la Sonora Matancera, con que me di a conocer. El ha tocado casi todos los temas que la gente hoy, todavía me está pidiendo."
Por ahí los temores de Celia, ante un recital en un lugar desconocido, son fundados. No ganó fácilmente el mercado . "No pasaba nada hasta que me encontré con Los Fabulosos Cadillacs". La mezcla fue muy buena. En una misma noche grabaron cuatro temas, porque se tenía que ir para Colombia. "Llegué, comí con ellos, por la noche grabamos y al otro día me marché. Rápido, rápido". Con el tiempo, ellos editaron "Vasos vacíos" que pegó y fuerte.
"Me costó mucho trabajo entrar aquí", le confesó a "Río Negro". "Ver que el público me reconoce hoy, me pone contenta. Argentina y España eran dos países que yo quería conquistar y me costaba. Me preguntaba ¿por qué, cómo el idioma no ayudaba? Aquí venían mis canciones, las copiaban, las cantaban, y las versiones mías se guardaban".
Ya no más temores. Ver a la gente ovacionándola anoche, cantando de memoria sus temas, exigiéndole con obligatoriedad ineludible que haya bises, es reconocerle su perpetuidad como reina del género. Sin dudas.
   
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