Lunes 24 de setiembre de 2001

 

Cuencas apuesta fuerte a la meteorología

 

Hace tres días que recibe los mismos datos que la NASA.El nuevo sistema puede detectar hasta las cenizas de un volcán.

  CIPOLLETTI (AC) - Desde el viernes la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas está conectada al mismo servicio del que se nutre el Centro de Huracanes de Miami y el Grupo Meteorológico Espacial de la NASA. A través de un satélite que "barre" permanentemente el continente, los meteorólogos de la AIC pueden observar ahora en la pantalla de una computadora, con una precisión asombrosa, cómo se comportan las nubes, la nieve, las heladas, los vientos, los incendios forestales y hasta las cenizas de una eventual erupción volcánica en cada kilómetro cuadrado de Río Negro y Neuquén.
El sistema se llama Earth Tracer y pertenece a la empresa Global Imaging. El servicio del satélite es provisto en forma gratuita por la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de Estados Unidos.
Los meteorólogos del Centro de Pronósticos Patagónico (Cepropa) de la AIC están entusiasmadísimos con la llegada de este equipamiento, que es único en Argentina.
Si con el equipamiento de mediana resolución que tenían hasta ahora y con sus más de 60 estaciones distribuidas en la cuenca, se habían convertido en un servicio de gran confianza para organismos públicos y empresas privadas de la región, este nuevo sistema de alta resolución ampliará el horizonte, otorgará mayor precisión y permitirá elaborar pronósticos de gran valor en la prevención de aluviones e incendios forestales.
Para instalar los equipos, calibrarlos y hacer docencia, está en Cipolletti desde la semana pasada un ingeniero electrónico californiano llamado Michael Guberek que, gracias a su experiencia en América latina, habla un español casi perfecto.
Aunque parezca un verbo inglés, GOES es el nombre del satélite; son las siglas de Geostationery Orbiting Environmental Satellite.
El satélite tiene cinco canales o bandas: uno es es el que fotografía el continente, el segundo registra el vapor en la atmósfera y los otros tres, mediante un sistema infrarrojo, se encargan de medir el resto de los indicadores.
En una órbita paralela al Ecuador, distante 30.000 kilómetros de la Tierra, el satélite viaja a la misma velocidad que el planeta y ello le permite permanecer en todo momento sobre América.
La información es transmitida por el mismo satélite a una antena parabólica de casi cuatro metros de diámetro que Guberek instaló en el techo del edificio de la AIC.
Tras pasar por un receptor y un sincronizador, los datos son procesados en una computadora con sistema Unix, tan poderosa que puede equipararse a 8 equipos Pentium 8 de 1.000 megahertz.
La alta resolución de la lectura de las cinco bandas del satélite se traduce en este rendimiento:
*Temporal: envío de información cada media hora.
*Espacial: la unidad mínima es un kilómetro cuadrado.
*Radiométrica: precisión de registro de temperatura de hasta 0,1 grado centígrado.
El satélite "barre" el continente cada tres horas y la labor le insume 30 minutos. En el interín se dedica a posar su mirada sobre puntos específicos de América.

Una antena en Cipolletti conectada al espacio

CIPOLLETTI (AC) - Una antena parabólica instalada en la azotea del edificio de Cuencas conecta el organismo con el satélite. Su adquisición y colocación, junto con el resto del equipamiento, costó unos 150.000 pesos, según explicó el presidente del comité ejecutivo de la AIC, Horacio Collado.
El organismo había intentado en mayo de este año hacerse de un equipamiento de alta resolución, pero la licitación fracasó por los altos precios de los oferentes y la falta de presupuesto. En un segundo llamado, resultó ganador el servicio de Global Imaging, que tuvo un costo de 150.000 pesos.
"El sistema permite aprovechar una de las ventajas de los satélites meteorológicos geoestacionarios que es la mayor frecuencia de recepción de las imágenes", dijo Collado.
Además de la NASA y el Centro de Huracanes de Miami, el servicio que tiene ahora Cuencas lo reciben en el Centro de Meteorología de la Aviación Civil de Kansas y el Centro de Hidrometeorología de Miniapolis.
"La diversidad de pronósticos que se realizan en la AIC -continuó- implican una constante vigilancia y contraste de las condiciones pronosticadas y reales, para acudir en tiempo y forma".

Mayor precisión para prevenir los derrames petroleros y los incendios forestales

CIPOLLETTI (AC) - Desde Rincón de los Sauces hasta Catriel, el río Colorado sufre todos los años las consecuencias de los derrames petroleros provocados por la rotura de ductos. Muchos de estos accidentes son ocasionados por lluvias denominadas "convectivas", que lanzan con furia muchísima agua en sólo unos minutos y dan lugar a la formación de aluviones que arrastran los caños en la búsqueda de un desagote.
La lluvias convectivas son de difícil pronóstico y más complicada aún detección. Con el nuevo servicio que tiene la Autoridad de Cuencas, se podrán anunciar con precisión y las petroleras dispondrán de varias horas para cerrar los ductos.
El nuevo sistema permite conocer con exactitud la altura de una nube, ya que el satélite puede "tomarles" la temperatura y cuanto más fría, más lejos de la Tierra está su "techo".
Las heladas se anticipan sobre la base de una confluencia de informaciones que, en la AIC, interpretan los especialistas del Centro de Pronósticos Patagónico.
Básicamente, ello no se modificará a partir de la llegada de estos costosos equipos, pero sí se podrá conocer, en tiempo real, cada kilómetro cuadrado afectado por este fenómeno que daña la producción frutícola en esta época del año.
Algo parecido ocurre con los incendios forestales que atacan durante el verano.
Cuencas tendrá más precisión para alertar sobre las zonas de mayor riesgo porque desde el satélite se enviarán datos sobre humedad, temperatura y posibilidades de tormentas eléctricas en cada sitio de Río Negro y Neuquén.
Una vez en llamas, desde el cielo se podrá saber el tamaño exacto de los focos y prevenir sus comportamientos.
Además, el canal del satélite que mide el vapor del aire registra la cantidad de agua por cada metro cúbico de aire.
Otra de las novedades es la posibilidad de conocer cómo se comportará la ceniza en la erupción de un volcán.
El dato es esencial en el manejo de una emergencia como la que se vivió con el Copahue, en el noroeste neuquino, el año pasado.
En una foto satelital, la ceniza puede confundirse con una nube por su color, pero como el satélite GOES registra además la temperatura, por el calor pueden identificarse los fluidos que escupe un volcán.

   
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