Domingo 16 de setiembre de 2001 | ||
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Con la mano tendida para que otros vivan |
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La tarea de dos mujeres que comenzó respaldada por un subsidio a los desocupados se transformó en una auténtiva vocación por lograr donaciones de órganos en Viedma y Patagones. |
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Van y vienen todo el día, se las encuentra en todo gran acontecimiento. Se llaman Mabel Sessa e Irma Alvarado, y pese a su bolsillo estropeado, peregrinan por las calles de Viedma y Patagones ofreciendo su propio reconocimiento a la imperiosa necesidad de concientizar a la comunidad sobre la donación de órganos, un problema social que por ahora sólo les incumbe a quienes toca de cerca. Comenzaron hace cuatro años dentro de un grupo de 20 personas que reunió la Unión Trabajadores Desocupados (UTD), sostenidas monetariamente con un beneficio de 150 pesos mensuales de planes Trabajar. Cuando el programa de financiamiento comenzó a dar tumbos, no aparecían las renovaciones o tardaban demasiado, el sacrificio hizo mella en los más vulnerables y comenzó la diáspora. Primero quedaron 10, después seis, luego cuatro, hasta que finalmente la consolidación llegó para ellas dos. Reciben pagos a cuentagotas, no saben nada de futuros pagos, y en consecuencia su situación renguea. "Iniciamos esta labor creyendo que todas las personas necesitan de otras, porque solos el camino es más duro y juntos se puede crecer más y luchar mejor", confiesan. También admiten que "nos quedamos con esto por vocación, anduvimos haciendo pasillo (para que les renueven el cupo), y seguimos llevándolo adelante porque la gente nos dice que no abandonemos. Nos damos cuenta que más allá de ponerle el hombro y llevarlo adentro, no queremos desperdiciar la capacitación que recibimos". En forma previa al grupo que se formó en 1997 tuvieron su entrenamiento con equipos interdisciplinarios, sobre todo lo vinculado con ablaciones, trasplantes y el contacto con la gente. En todo este tiempo gastaron mucha suela de los zapatos en charlas en escuelas, contacto con los medios de comunicación, constituyeron mesas de información en plazas, supermercados, hospitales, organismos públicos, y además le metieron un folleto en el bolsillo a cuanto curioso participó de fiestas provinciales y nacionales. Su particularidad es emplear el mismo lenguaje que usa la gente, sin términos científicos como lo haría un médico. Así ganan adeptos para que los entrevistados incorporen esta cuestión tan compleja en sus charlas cotidianas de familia. Mabel e Irma tienen sus bajones anímicos. Si bien reciben aliento, reconocen que "a veces no es fácil llevar adelante todas estas actividades y más en estos tiempos en que vivimos. Nos falta apoyo de los médicos y de decisiones políticas de funcionarios, quienes todavía no se dieron cuenta de la importancia de este trabajo para la comunidad y del esfuerzo que significa mantenerlo". Ambas se conocieron en 1997 cuando la realidad les hizo perder su condición de amas de casa, y hubo que salir a ganarse el pan. Hoy, son como hermanas, les cuesta mucho llevar la moneda segura pero sus familias las comprenden. "Mi marido tiene un taller y la verdad que en casa soy una visita. A la mañana estoy en la oficina que tenemos en la subsecretaría de Trabajo, y a la tarde ando en la calle porque vamos a dar charlas donde nos llamen. Cuando nos necesitamos por razones laborales nos complementamos con Irma", indicó Mabel festejando con una sonrisa la picardía de estar poco junto a los suyos. Su trabajo de hormiga ya trascendió las fronteras. Merced a la colaboración oficial pudieron llevar la voz rionegrina a diversas jornadas y encuentros nacionales de actualización informativa. Hubo un granito de arena en el VIII Congreso Nacional de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Salta, donde se analizó la modificación a la Ley Nacional NÂș 24.193 de Trasplantes. Seguirán trabajando en silencio, por los miles que ya sonríen y por los que aún esperan, como lo señala su propio refrán. Fracaso electoral En las próximas elecciones nacionales de renovación parlamentaria convocadas para el 14 octubre no habrá recolección de voluntades. Quinientos rionegrinos en espera Unos 500 rionegrinos mantienen encendida la llama de la esperanza de ser trasplantados dentro de los 5.600 enfermos que integran la lista de espera del Incucai. Enrique Camino |
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