Sábado 15 de setiembre de 2001

 

Prometen tomar recaudos en la Isla 10

 
  FERNANDEZ ORO (AC).- Los vecinos de la Isla 10 de Fernández Oro temen que comiencen a aparecer distintas enfermedades en el barrio, después de las crecidas. Pero desde Salud Ambiental aseguran que se están tomando "todos los recaudos" y que hasta ahora no surgieron problemas.
"Riesgos hubo, hay y seguramente seguirán existiendo. Las modificaciones en las condiciones ambientales del sector no son las mismas después de la inundación, que en años anteriores. Pero los pobladores de la Isla 10 no sufren mayores riesgos que los de algún otro barrio ribereño en el Valle", aseguró ayer Juan Aninao, supervisor de la Unidad Regional de Epidemiología y Salud Ambiental.
De todos modos, a 45 días del pico máximo de la crecida del río Negro, la delegación no tiene registros que indiquen la presencia de enfermedades en el sector. Sólo algunos pocos casos de diarreas aparecieron.
Como no se descarta que aparezcan otros problemas, se siguen adoptando distintas medidas.
Ayer, para que los chicos de la escuela del barrio pudieran volver a clases, se instaló una batea sanitaria en la puerta del establecimiento para desinfectar el calzado.
Además, personal del colegio se encargó de reforzar la limpieza de los pisos.
Medidas similares a las establecidas en la escuela se implementarán en otros lugares de concentración de personas, como el salón comunitario.
Aninao dijo que las medidas de prevención comenzaron a adoptarse en forma conjunta con la municipalidad de Fernández Oro y los vecinos del barrio, aún cuando la gente estaba evacuada.
Lo primero que se hizo -comentó- fueron los chequeos exhaustivos de la red de agua, para asegurar "que no modificara las condiciones de potabilidad".
Esta tarea se sigue realizando actualmente "pero con mucho más énfasis", teniendo en cuenta que la gente ya volvió a sus viviendas.
El supervisor reconoció que había un cierto riesgo de que colapsara la planta que provee el agua al barrio porque está a orillas del río y a unos 2.000 metros de las casas. Pero esto no sucedió.
Al sector de viviendas de la Isla 10, no sólo ingresó el agua del río sino también del desagüe colector que desemboca a unos 500 metros.
"La carga bacteriológica que arrastró la inundación fue importante", se informó. A esto se sumó que la mayoría de las casas tienen pozos ciegos y se produjo un arrastre de materia fecal. Cuando descendieron los niveles, "esa contaminación quedó en las aguas estancadas y en los sectores donde la radiación del sol no tiene mayor incidencia".
Para controlarlo, "desde hace 25 días", según mencionó Aninao, se están aplicando desinfectantes sólidos.
El temor de la gente del barrio es que estas modificaciones de las condiciones ambientales ayuden a la propagación de distintas enfermedades. Los vecinos aún recuerdan los brotes de hepatitis A que tuvieron en el `94 y el `96, y no quieren volver a tener problemas.
   
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