Domingo 9 de setiembre de 2001
 

Desde Cipolletti se puede ver nevar en la cordillera

 

La AIC recibe al instante los datos de casi 60 estaciones meteorológicas en la región.

  CIPOLLETTI (AC).- Todas las mañanas, un ingeniero de la Autoridad de Cuencas se sienta en su despacho, echa por la ventana una mirada sobre Cipolletti, prende su computadora y se entera con una exactitud asombrosa cuánto nevó esa noche en puntos recónditos de la cordillera. Y puede que hasta sienta en su cuerpo el frío que la pantalla le indica que hace en la base del centro de esquí de Caviahue.
Es posible que el personaje no exista pero bien podría ser cualquiera de los profesionales del área de Hidrometeorología de la AIC que se encargan de analizar los datos que transmiten a través del satélite las doce estaciones de medición de la nieve montadas en puntos estratégicos de las montañas neuquinas.
Son los artefactos que permitieron determinar la semana pasada que los deshielos de este año aportarán un 15% más de agua a los ríos de la cuenca.
Pero como las máquinas no son infalibles y mucho menos los seres humanos que a veces se dedican a dañarlas, a finales del invierno Cuencas organiza sus campañas de comprobación "in situ" de la acumulación de nieve. Uno de estos periplos iba a comenzar la semana pasada, pero lo postergaron para hoy, debido a las nevadas que insistían en caer sobre la cordillera.
Parece mentira que esa estructura de 4,5 metros de altura pueda quedar sepultada bajo la nieve y aun así seguir funcionando.
En tiempos de tanto asombro tecnológico, su funcionamiento puede resultar sencillo y ciertamente lo es. Unas almohadillas de láminas de acero inoxidable que son fácilmente "abollables", llamadas "snow-pillow", se llenan de una mezcla de agua y alcohol. De cada una sale un caño que lleva el líquido a un tubo.
Cuanta más nieve se acumula sobre las almohadillas, más sube el nivel del tubo. Hay dos formas de medir ese incremento: a través de un flotante sostenido por un cable de acero que mueve una polea sensible a las variaciones o con un artefacto introducido en el tubo que registra el aumento o el descenso de la presión.

Al satélite

Estos "abrigos de alta montaña", como llaman a las estaciones, generan energía solar y la acumulan en baterías. Gracias a ello pueden transmitir la información mediante un satélite a las oficinas de la Autoridad de Cuencas en Cipolletti.
Hasta el jueves, por ejemplo, en el cerro Mirador, en cercanías del paso internacional Puyehue, se habían acumulado 10,33 metros de nieve. Esa era la información que manejaba Luis Fernández Miranda, un ingeniero de Hidrometeorología de la entidad, que cada seis horas puede ver en su computadora el comportamiento del cielo sobre la cordillera.
Además de la de cerro Mirador, hay estaciones de este tipo en la zona de Moquehue (son dos: cerro Casa Quila 1.600 y 1.800), en la naciente del río Catan Lil, en el cerro Batea Mahuida, en el cerro Chapelco (frente al lago Meliquina), en Pampa del Chacaico (en la zona de Las Lagunas de Varvarco), en el paso Buta Mallín, en la base del centro de esquí de Caviahue, en el cerro Litrán (zona del paso Pino Hachado), en el cerro El Mocho (lago Hermoso) y en el cerro Nevado (al norte de Puerto Blest).
En realidad, la AIC cuenta con más de 60 estaciones de medición. Casi todas registran aspectos meteorológicos (temperatura, presión, humedad, viento), pero así como se mide la nieve caída, diariamente se registra el caudal real de los ríos de la cuenca.

Cómo calculan los deshielos

CIPOLLETTI (AC).- No todas las nevadas se comportan de la misma manera a la hora de los deshielos, pero se calcula que el calor del sol transforma, en esta época del año, un bloque de dos metros cúbicos de nieve en uno de agua. Para determinar los pronósticos, es necesario luego determinar de qué manera se incorpora ese líquido a los arroyos, ríos y lagos de la cuenca.
En las campañas de los profesionales de la AIC se analiza en el lugar donde están montadas las estaciones si la medición ha sido correcta.
Con un instrumental llamado "catador" (un tubo con una especie de trépano en la punta) se extrae un cilindro de nieve y se lo mide.
Luego se introduce la nieve extraída en una bolsa y se la pesa. "Del volumen y el peso se saca la densidad de la nieve", explicó el ingeniero Luis Fernández Miranda.
La compra del equipamiento y el montaje de cada una de estas estaciones le costó a la Autoridad de Cuencas, en promedio, unos 40.000 pesos. La tecnología utilizada tiene casi 20 años de vida y fue desarrollada en Estados Unidos y en Canadá.
En los costos influye el precio del instrumental pero en gran medida también la mano de obra de montaje, ya que muchas de estas estaciones se colocaron en sitios remotos de la cordillera.
La estructura que protege los aparatos de medición, transmisión y provisión de energía son de hierro, madera y chapa galvanizada.
Junto a los "abrigos de alta montaña" se levantaron estructuras que registran la cantidad de lluvia caída. En su extremo superior tienen una corona que protege la medición de las distorsiones que provoca el viento.

Martín Belvis

Foto 1: Una de las estaciones de medición en época estival. La estructura mide 4,5 metros de alto. Las llaman "abrigos de montaña".

Foto 2: Una de las estaciones de medición en época estival. La estructura mide 4,5 metros de alto. Las llaman "abrigos de montaña".

   
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