Lunes 24 de setiembre de 2001

 

Neuquén crece sobre terrenos usurpados

 

Vecinos pobres y ricos, particulares y empresas, han ocupado a largo del tiempo, y por distintos métodos, espacios públicos. La actitud pasiva de funcionarios alimenta sospechas sobre acciones coordinadas para quedarse con plazas y lotes fiscales. El fenómeno se repite y aumenta en tiempos preelectorales. El resultado es el crecimiento desordenado de la ciudad capital.

  NEUQUEN (AN) - Un tercio de las edificaciones de la ciudad está en terrenos públicos o no autorizados, la mitad de esas irregularidades se produjo en los últimos diez años y la arremetida más violenta de usurpaciones se registra en tiempos preelectorales, como el actual.
Las políticas para frenar un proceso de apropiaciones de plazas, paseos, otros espacios verdes y tierras fiscales, parecen escasas, y en consecuencia se profundizan a diario los problemas de urbanización.
Para buscar responsables hay que mirar a los usurpadores, los protagonistas directos; a las autoridades municipales y provinciales, que no sólo han hecho la "vista gorda" sino que alentaron las irregularidades; y por lo ocurrido en un barrio recientemente, a la Justicia y la Policía, por su presunta inacción.
Hace tres semanas que un grupo de familias está tomando media hectárea en el barrio Melipal. En un cerro al que bautizaron "Monte Sinaí", destinado a espacio verde, están levantando sus casillas de chapa, madera y polietileno. La municipalidad denunció el caso, la Policía tomó nota y la Justicia abrió un expediente. Pero nadie detiene la ocupación (ver aparte).
"La usurpación de espacios públicos en Neuquén es una cuestión cultural, que han alentado funcionarios, políticos y punteros de barrio, ante la indiferencia de la Justicia, como ocurre hoy en Melipal", dijo el subsecretario de Gestión Urbana, Carlos Di Camillo.
La estrategia es simple: se instalan sorpresivamente; avanzan lo más rápido posible armando casas precarias; mientras más tiempo pasa, más se afianzan; después de un tiempo piden servicios de agua y luz -inicialmente se "cuelgan" de los vecinos-; y cierran el proceso gestionando la desafectación de la tierra como espacio público para que la pasen a "terrenos sociales" y les den el título de tenencia. "Lo hacen porque terminan quedándose con los predios", dijeron los funcionarios municipales.
El avasallamiento de las ordenanzas que regulan lo criterios de edificación y trazados urbanísticos ha sido sistemático. Ello ha provocado una alarmante pérdida de calidad de vida y comprometido seriamente el futuro diseño de la ciudad. Un sombrío panorama que se traduce en una progresiva contaminación ambiental, el colapso de los servicios y un deterioro generalizado que condiciona el crecimiento.
La saturación de redes cloacales, la insuficiencia de agua potable y los basurales en la calle y baldíos, son postales cotidianas de la ciudad.
"Los usurpadores son, en un caso, pobres que no tienen dónde ir y toman por un lugar, tal los asentamientos del sector oeste. La mayoría después fue regularizado, oficializándose la pérdida del espacio público y lo que es peor, convalidando esas irregularidades. Allí se cometió el "pecado original" que dio lugar al desmadre", dijo Di Camillo.
También los ricos, con la anuencia de funcionarios, acometieron sobre plazas y paseos. Casos típicos son los vecinos de la rotondas de acceso de la ruta provincial 7, que ocuparon los terrenos y hoy se arrogan derechos sobre ellos.
"Es sintomático cómo las usurpaciones organizadas ocurren en tiempos de elecciones", señaló Estela Barnetche, directora de Tierras Fiscales municipal.
La violación de una normativa de urbanización no sólo pasa por la usurpación de la tierra, sino también por construir donde no se debe. "El caso del híper del bajo es un claro ejemplo. No sólo se levantó una mole de cemento y metal en un lugar destinado a espacio verde, sino que no se respetó el porcentaje del espacio que debe quedar libre", comentó Susana Canggiano, coordinadora de Gestión Urbana.
La usurpación de un espacio verde en barrio Cumelén, hace 18 años, es otro caso testigo. No fueron ricos ni pobres, sino una veintena de familias de asalariados que alentados por punteros políticos y funcionarios ocuparon un lote con destino a plaza. De los originales ocupantes sólo quedarían dos, el resto transfirió el dominio de la propiedad.
Hasta la actual gestión, que marcó un antes y un después en la política de tierras, la municipalidad regularizó por ordenanza la tenencia ilegal invocando que se trataba de un "hecho consumado". Pero en febrero de este año la Justicia rechazó ese argumento porque "en modo alguno legitima" su accionar "ni morigera las violaciones constitucionales en que incurre".
Barnetche dijo que el municipio entrega "terrenos sociales", pero lo hace en base a una planificación, atento a las exigencias de un desarrollo urbano y respetando un proceso organizado.

El conflicto por una franja muy cotizada

NEUQUEN (AN).- Primero fue parquizar, luego aparecieron las plantas, después las piscinas y los quinchos, por último los cercos. Esta es la secuencia de la historia, que se parece a muchas otras, de una franja de tierra ultra cotizada que fue apropiada por familias pudientes.
El destino final que depara a este sector es incierto: el expediente está inmovilizado en el Concejo Deliberante y nada hace prever un cambio de actitud por parte de los ediles en el corto plazo.
Todo comenzó con el cambio de la traza de la ruta provincial 7, que dejó un remante de terreno que pasó a ser de propiedad municipal, por lo menos formalmente. Porque en la práctica las familias anexaron la generosa lonja verde a sus parques y magníficas viviendas, con el consentimiento tácito de las autoridades de turno y de las que les sucedieron.
Existió un intento de remediación durante la gestión anterior pero se diluyó en la rueda de la burocracia hasta caer la causa en el olvido total.
Con intimaciones y amenazas de juicio mediante, la actual pudo disciplinar las voluntades dispersas que no querían pagar, pedían cómodos planes de financiación y/o reclamaban sustanciosos descuentos por pago al contado.
La tasación oficial valuó en 1.000 pesos el metro cuadrado de terreno y esa fue la cifra que pidió el municipio a los que usurparon esos predios.
La propuesta ingresó hace meses al Concejo Deliberante, porque el cuerpo legislativo debía prestar conformidad al proceso desafectando el terreno del dominio municipal para ponerlo en venta.
El argumento en que se apoyó la decisión es que este sector nunca fue programado como espacio verde o reserva fiscal.

Se quedaron con una plaza

NEUQUEN (AN) - Desde hace tres semanas en barrio Melipal se está llevando a cabo la usurpación de un terreno destinado a espacio verde. Cinco días antes de que armaran la primera casilla y que las familias empezaran a instalarse, la municipalidad le pidió a la Policía que evitara la ocupación.
También antes de que se efectivizará el asentamiento, ante otra denuncia municipal, la Justicia abrió un expediente, pero el trámite ingresó en un terreno burocrático en el que hasta hace un par de días seguía estancado. En tanto, la usurpación se continúa afianzando.
Se trata de un sitio en Pérez Novella y Atreuco en el que los intrusos -reconocen esa condición- con una máquina niveladora prepararon las pequeñas parcelas para levantar sus casas. Lo denominan "Monte Sinaí", aunque nadie supo explicar por qué eligieron ese nombre, escrito con letras blancas desparejas en una chapa pintada negra, que clavaron en un poste torcido.
"La pasividad de la Justicia se plasma en un dato concluyente: cada día que pasa sin que nadie haga nada, más casas van apareciendo en la ladera del cerro", dijo el secretario de Gestión Urbana municipal Carlos Di Camillo, con inocultable malestar. Ante la consulta, fuentes judiciales dijeron a "Río Negro" que tras la denuncia que hizo Di Camillo de la situación en la comisaría, la Policía debió actuar de inmediato. Añadió que ante este tipo de hechos no necesita ninguna decisión judicial.

Un mosaico de irregularidades

NEUQUEN (AN).- El explosivo crecimiento de Neuquén está íntimamente relacionado con las ocupaciones y las ordenanzas de excepción que violan las reglamentaciones constructivas.
Si se mira con atención el plano de la ciudad es fácil darse cuenta que sólo el casco original se salvó de las invasiones y las salvedades.
Melipal alambró y dividió en un día los lotes en 1985; lo que hoy es Unión de Mayo surgió de una regularización "especial"; Huiliches y Cumelén perdieron espacios verdes; San Lorenzo Norte tiene lotes de 4,5 metros de frente. Son un puñado de ejemplos de irregularidades consentidas.
Si se mira mejor el espacio público se ha manejado en esta provincia como "un bien de cambio político" y contó -¿cuenta?- con algún nivel de complicidad oficial, razona el subsecretario de Gestión Urbana Carlos Di Camillo.
Durante años nadie sabía con certeza el patrimonio inmobiliario municipal y sin embargo los espacios verdes y las reservas fiscales eran blanco de usurpaciones organizadas, con llamativo manejo de información fidedigna.
A nivel provincial la situación no mejora: la gente avanza sobre tierras y viviendas y no siempre por necesidad social.
La línea conductual ensayada por la municipalidad empieza a mostrar algunos resultados, aunque a veces poco populares, como es no legalizar las tomas irregulares y resistir las protestas públicas. Lo compensa orientando las usurpaciones hacia zonas planificadas y respetando la lista de inscriptos para lotes, por estricto orden de urgencia social.

foto: Enel barrio Melipal un grupo de vecinos se quedó con un terreno destinado a espacio verde. Denuncian pasividad de la Justicia.

   
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