Lunes 24 de setiembre de 2001 | ||
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La investigación científica no escapa a la crisis |
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El ajuste presupuestario amenaza la enseñanza del Instituto BalseiroTemen despidos en la Comisión Nacional de Energía Atómica. El presupuesto científico se redujo más del 50 por ciento. |
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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La suerte para la comunidad científica de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) parece estar echada. El ministerio de Economía le impuso una contracción presupuestaria de 19 millones de pesos para el año 2002 y cerró todas las puertas de negociación. alternativa. Todo el personal del organismo -desde el primer científico hasta el último maestranza- se declaró en estado de alerta e inició una campaña de concientización sobre las consecuencias que acarreará el estrangulamiento definitivo de la investigación nuclear para la Argentina. Conscientes de que su predica se puede distorsionar frente a las enormes necesidades que atraviesa una importante franja de la sociedad los científicos de la CNEA citan las palabras del primer ministro indio, Pandit Nehru: "la India es un país tan pobre que no puede darse el lujo de no invertir en ciencia y tecnología". El nuevo ajuste prevé la desvinculación de 519 empleados de la CNEA en todo el país, de los cuales un centenar de despidos recaerán sobre el Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro (CAB-IB). Pero, el ajuste acentuará la reducción del ya exiguo presupuesto operativo del organismo, que para este años fue de 13 millones de pesos, y su proyección futura como centro de investigación profundizará el proceso de expulsión de profesionales altamente calificados que se inició en el último lustro. En los últimos cinco años la CNEA perdió el 9,6 por ciento de sus profesionales y el 15,4 por ciento de sus técnicos. El dato resulta más preocupante si se tiene en cuenta este es su principal recurso y la edad promedio del personal de la institución ronda los 50 años. "Hay una década perdida de científicos, que orilla los 35 y 40 años, los cuales se fueron de la institución" señaló con pesar y preocupación Oscar Fernández, ingeniero del CAB enrolado en ATE. "Ellos tendrían que operar el recambio en la investigación con el aporte de sus iniciativas" explicó. (ver aparte) Desde su desguace en 1994, cuando el gobierno separo el sector productivo en Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA) y la Autoridad Regulatoria Nuclear como parte de un proceso de privatización que nunca se concretó, el sector de investigación quedó postergado y sin una política clara de desarrollo. Sin contar los recursos humanos, que son su principal capital, aunque imposible de dimensionar, el patrimonio neto de la Comisión Nacional de Energía Atómica ascendía a 543 millones de pesos en diciembre del año 2000. La CNEA como ámbito científico puro siguió sufriendo reducciones presupuestarias progresivas y pasó de manejar 101 millones de pesos en 1997 a los 72,5 millones del actual ejercicio. Los recursos del organismo no se componen únicamente del aporte presupuestario estatal, ya que cuenta con unos 8 millones de pesos en fondos propios y el canon mínimo de 15 millones que le corresponde pagar a las centrales nucleoeléctricas en calidad de "contribución parafiscal". Por motivos que se desconocen el gobierno eliminó el canon en el proyectado del 2001, pese a que la NASA le adeuda a la CNEA más de 70 millones de pesos por ese concepto, que a fin de año sumará otros 10 millones de deuda. La involución del canon NASA, que el año pasado se había reducido a los 15 millones originales a 9,7 millones de pesos, es la muestra más palmaria del fracaso de la política de privatización intentada en el sector durante la década pasada. En esta ciudad los científicos ven con suma preocupación los continuos recortes en el presupuesto de la CNEA y sobre todo la falta de una política clara hacia el futuro de la institución. Si bien el Instituto Balseiro (ver recuadro0 es una de las instituciones formativas de mayor prestigio en la Argentina y pese a los importantes reconocimientos internacionales en materia de reactores y satélites, cada año, el presupuesto par investigar se reduce. Falta de incentivo y proyección SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La falta de horizontes en la institución, relegada dentro de la política nacional, es la causal de mayor peso para que los científicos jóvenes decidan emigrar a la hora de planificar su futuro. A esto se deben sumarse las magras remuneraciones y la escasa movilidad a la que podrán aspirar si deciden quedarse en la Argentina Menos presupuesto El déficit cero y la reducción presupuestaria también afectará a la rama científica y tecnológica de Argentina. Nada de esto va a evitar que el ajuste previsto por el ministerio de Economía se traslade al Centro Atómico Bariloche y al Instituto Balseiro reduciendo en un 30 por ciento sus 13 millones de pesos de presupuesto que escasamente alcanzan para el pago de sueldos y servicios. El prestigio del Instituto Balseiro SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El Instituto Balseiro es un centro de formación de recursos humanos reconocido internacionalmente por la calidad de su enseñanza, lograda gracias al conjunto de características que lo distinguen. Ellas son la dedicación exclusiva que tienen los docentes (investigadores del Centro Atómico Bariloche) y de los alumnos (becados por la comisión Nacional de Emergía Atómica). |
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