Picún Leufú se volcó a las rutas para reclamar ayuda de la provincia

Los vecinos realizan cortes en la 237 y la 17.

PICUN LEUFU (AN) .- La comunidad de Picún Leufú salió a la ruta para que sus reclamos se escuchen en Neuquén capital. Una sola consigna domina el ánimo de la gente que desde los primeros minutos de la madrugada de ayer levantó sendos piquetes a la entrada y salida del pueblo y cortó las rutas 237 y 17: lograr que funcionarios del Gobierno provincial "bajen" a darle soluciones a su pedidos de trabajo genuino para 570 desocupados, con sueldos de 350 pesos y tickets canasta.
"Estamos cansados de promesas incumplidas", dijo José Luis Vallejos, quien desde hace 20 años vive en Picún Leufú y asegura que "jamás se vivió una crisis económica tan profunda".
Los manifestantes exigen que el Ejecutivo neuquino ponga en marcha lo antes posible planes de obra pública y destrabe los proyectos productivos que presentaron en 1999 para el desarrollo agroindustrial que beneficiaría a unos 200 productores. La última obra que se levantó en el pueblo fue una escuela cuya ejecución finalizó hace cinco meses y ocupó a 30 trabajadores.
En una histórica protesta popular, que es un espejo de lo sucedido hace tres semanas en Zapala, los vecinos de la localidad se volcaron masivamente a la rutas y protestaron con el ya clásico recurso de interrumpir la circulación del transporte. La decisión se tomó en una asamblea realizada sobre el filo de la medianoche del jueves, cuando se rechazó la propuesta que esgrimió el gobierno en su intento de abortar los reclamos. Y obligó a los transportes a desviarse unos 110 kilómetros por la ruta 20 hasta la 40 para arribar a Zapala y desde allí hasta la ciudad de Neuquén. Desbordados por las decisiones populares -no hay dirigentes ni voceros y todo se resuelve en asambleas-, la intendenta Celia Paredes y los concejales quedaron relegados después de las gestiones que realizaron en la casa de Gobierno el jueves. La comunidad rechazó de plano la oferta de emprender una serie de obras de mejora de los canales porque son trabajos transitorios que no solucionan el problema de la desocupación.
"Ya no queremos ganar 150 pesos por un beneficio, necesitamos ganar nuestro sueldo trabajando", dijo con la voz entrecortada uno de los manifestantes.
Los vecinos sostienen que no piensan ir a Neuquén para hablar con los funcionarios, sino que aguardarán una respuesta positiva al petitorio de 40 puntos que presentaron a través de la intendenta, en el que entre otras cosas solicitan un aporte no reintegrable de 30.000 pesos, la construcción de 50 viviendas, ampliación del hospital, gestionar un crédito para sistematizar el riego de 1.300 hectáreas y la realización de desagües y obra de drenaje para contrarrestar la salinización de la tierra.
El vicejefe de Gabinete, Marcelo Fernández Dotzel lamentó que el acuerdo alcanzado con la intendente Paredes y los concejales del MPN y el PJ "haya sido desvalorizado" porque eso era lo que la provincia podía dar en el crítico marco actual. Desde San Martín de los Andes, el ministro de Desarrollo Social, Jorge Lara, anticipó un proyecto para crear 30 hectáreas de viñedos, y deslizó la sospecha de que detrás de los "legítimos reclamos de los desempleados", hay "intereses políticos y electorales".
De los casi 5.000 habitantes que tiene el pueblo, un alto porcentaje se unió en la protesta y dicen que están dispuestos a "aguantar" porque "como vamos ya poco nos queda por perder".
Uno de los cortes, que concentra la mayor cantidad de manifestantes, se armó en el cruce del acceso al pueblo, y otro en el puente. Al ritmo frenético de la música del litoral, matizada con el más clásico folklore argentino que lanzaban una radio FM, al caer la tarde las mujeres preparaban en grandes ollas un estofado para los manifestantes. En una carta dirigida al gobernador, 110 vecinos tacharon el acuerdo del jueves de expresión de "buenas intenciones" y denunciaron la utilización "artera" del petitorio para "legitimar políticamente" el reclamo de la deuda que la provincia mantiene con Nación y reclamaron la presencia de funcionarios del gobierno.

El canal costó ocho millones

NEUQUEN (AN).- El proyecto del canal La Picacita -una versión disminuida del original, denominado La Picaza- demoró 40 años en realizarse. Se inauguró en 1998, con un costo de construcción de ocho millones de dólares como parte del programa Neuquén 2020 del gobierno de Felipe Sapag.
Para la recorrida de 40 kilómetros desde el río Limay, el canal tiene dos sistemas de derivación: el primero por gravedad y el segundo por bombeo. Este último sufrió problemas de abastecimiento de energía.
El sistema está preparado para regar 7.500 hectáreas, pero los propietarios de las tierras deben hacerse cargo de las redes secundarias y, por falta de recursos no se construyeron.
Elevar el agua desde la estación de bombeo tiene un costo de alrededor de 100.000 pesos al año que por ahora solventa el Estado, lo mismo que el mantenimiento del canal. Los productores no pueden hacerse cargo por falta de rentabilidad. El mantenimiento del sistema costaba, en 1999, entre 250.000 y 400.000 pesos, y además de la energía se requiere un equipo de entre 10 y 12 personas que se ocupen de las tareas que demanda el canal.

Lara propone reconversión productiva

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- El ministro de Desarrollo Social, Jorge Lara dijo que el gobierno se propone conformar una unidad de gestión para atacar los problemas de desempleo y reconversión productiva que enfrenta la localidad de Picún Leufú, sacudida en las últimas horas por un piquete de desocupados.
El ministro anticipó un proyecto para la puesta en marcha de 30 hectáreas de viñedos, y deslizó sospechas de que detrás de los "legítimos reclamos de los desempleados", hay sectores que fogonean los conflictos por "intereses políticos y electorales".
Lara visitó esta ciudad en el marco de la campaña proselitista que desarrollan los candidatos del MPN al Congreso. En un breve contacto con la prensa, el ministro dijo que la propuesta que el gobierno le acercó a las autoridades de Picún Leufú consiste en trabajar en forma conjunta para lograr un "replanteo de las actividades productivas", así como mantener puestos de trabajo con aportes de planes provinciales. El funcionario se quejó por la "ausencia" de programas nacionales. Recordó que mientras el Estado generó 20.000 puestos de trabajo transitorios vía ley 2128 y otros programas, la Nación "apenas ha aportado 1.800 empleos".

Las protestas acamparon frente a la Casa de Gobierno

NEUQUEN (AN).- La plaza Roca era ayer un campamento de protestas. Los desocupados de Cutral Co duermen entre la arboleda desde el miércoles último, a la espera de planes trabajar que no llegan.
Unos metros más allá se observan pequeñas carpas que pertenecen a un grupo de vecinos del sector oeste de la ciudad que reclaman lo mismo. Y más lejos se encuentran otros vecinos, un grupo de estudiantes del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Comahue dictando una clase pública.
A la vuelta de la esquina hay una carpa más grande y vistosa. Es un campamento bien organizada, justo frente al despacho del gobernador Jorge Sobisch. Se trata del refugio de los empleados del EPEN que quieren una nueva legislación para mojar el pancito en el directorio de esta empresa de servicio público. Los estatales apenas si se cruzan con los otros, los de la plaza. Mientras los desocupados esperan que alguien en Desarrollo Social ponga la cara, la gente del EPEN y sus dirigentes ofrecen una conferencia de prensa para anunciar el fin a un paro de 48 horas y el inicio de otro de 72 horas para la semana próxima.
La esquina de calle Rioja entre Roca está cortada. Ahora es un estancionamiento improvisado que descomprime la ansiedad de automovilistas que buscan un lugar donde detener la marcha. Y encuentran el hueco, aprovechando que el malestar de la gente desordenó el tránsito, justo en las narices del poder político de esta provincia.
La marca del descontento está por todas partes. El monumento a San Martín tiene vestimenta de luto. Una tela negra lo envuelve, pero el general sigue allí, montando su caballo. El duelo es de los estudiantes universitarios que se oponen al recorte presupuestario dispuesto por el gobierno central.
Enfrente, una pequeña mesa se pierde entre los transeúntes. Hay dos o tres mujeres y un cartel que dice: Red Vida. Allí se invita a los vecinos a apoyar con su firma la ligadura de trompas en las mujeres y la vasectomía, en los hombres.
Cuando todo parece terminar, la realidad vuelve a decir que no es así. En el puente que une Neuquén con Cipolletti, menos de cien estudiantes de las facultades de Humanidades y de Derecho y Ciencias Sociales deciden cortar la ruta nacional 22.
Los chicos se adueñan del asfalto por unas horas, recogen sus banderas y regresan a un lugar incierto, tan incierto como una mañana en el centro de Neuquén.