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Miércoles 12 de setiembre de 2001 | |
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Hostería en tierras de Parques en total abandono |
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Está ubicada a 4 kilómetros de San Martín y domina una de las más bellas vistas sobre el lago Lácar. Desde los "90 hay disputas sobre el destino y uso de la concesión otorgada por Parques. |
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| SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Mientras Parques evalúa opciones legales sobre el incierto futuro de una hostería levantada en sus tierras que, se sospecha, no era explotada como tal, la construcción que da a uno de los más bellos balcones sobre el Lácar se encuentra hoy abandonada y en rápido deterioro. El destino inmediato del supuesto tres estrellas "Cerro Abanico" parece ser el de refugio de alimañas y albergue improvisado para mochileros de paso en los veranos. No debería ser así. Parques concedió las tierras en 1985 con la única finalidad de que el privado adjudicatario construyera allí hotelería, en las alturas del cerro que domina playa Catritre, a 4 kilómetros del centro de San Martín. El primero de los dueños fue Julio Alberto Saraví Casco, que por resolución 0141/85 firmó un contrato de concesión y venta sobre unos 20.000 metros cuadrados del "Area de Desarrollo Recreativo Cerro Abanico, Reserva Nacional Lanín", con la expresa obligación de construir una hostería con servicio mínimo equivalente a tres estrellas. El artículo 23 del pliego establecía que ni el adjudicatario ni sus sucesores podrían bajo ningún concepto modificar el destino de la concesión. Saraví Casco concluyó la obra que fugazmente funcionó como hostería. En los 90, el propietario original vendió el inmueble a la familia Moreira, también dueña aquí del hotel Patagonia Plaza. Comenzaron luego los problemas sobre el destino real de la hostería. En 1997, el entonces intendente del Parque Lanín, Nantlais Evans, se encontró con un cartel al frente del ingreso al predio, que decía: "propiedad privada, no pasar". Se trataba de una curiosa forma de entender el funcionamiento de una "hostería". ¿Mansión privada? Desde entonces se sucedieron las notas, las intimaciones y los descargos sobre el destino del inmueble. Las autoridades sospechan que se utilizaba como una especie de mansión privada construida en piedra voladura, con madera de primera calidad y de 13 habitaciones y vista al lago. Incluso hasta el Deliberante pidió informes a Parques, en 1998. Sin embargo, en algún momento entre 1999 y el 2000, el edificio volvió a cambiar de manos, porque Moreira ya no figura como el último propietario en el expediente que tiene Parques. Lo cierto es que a 16 años de aquella operación, la Administración Nacional de Parques se encuentra con un edificio abandonado que no le pertenece pero que está en tierras de su propiedad. Parques no puede disponer del inmueble y si lo quiere debe pagarlo porque no es suyo, a pesar de los fuertes indicios de que las obligaciones impuestas por la concesión de la tierra fueron incumplidas. En tanto, en el lugar ya están desapareciendo luminarias y otros elementos de valor. El temor es que el sitio termine convirtiéndose en un peñón de nadie, envuelto en uno de esos litigios que suelen durar años en los tribunales. El presidente de la APN, Marcelo López Alfonsín, dijo que existen discrepancias entre los departamentos jurídicos de Parques y de la Secretaría de Turismo de la Nación, sobre las acciones a seguir. "Estamos analizando opciones. Hay un planteo de retrocesión de la tierra, pero no lo veo viable por la imposibilidad de que Parques pueda pagar el inmueble y hacerse cargo de las mejoras", dijo el funcionario. Fuentes consultadas por este diario dijeron que el último propietario de la fallida hostería pretendería una suma cercana a los 2.000.000 de pesos, pero estimaron que la tasación no debería superar 1.000.000 pesos. |
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