Domingo 30 de setiembre de 2001 | ||
"Pensamos que se trataba de una broma" |
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La familia Duarte llegó a Manhattan hace doce años, procedente de Cutral Co. El día del atentado a las Torres Gemelas estaban muy cerca del lugar y hoy cuentan su experiencia. |
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NEUQUEN (AN).- Hace poco más de un año, este diario publicó una entrevista realizada a una familia de Cutral Co, instalada en Manhattan desde hace doce años. José y Haydée Duarte, el matrimonio joyero que dejó la ciudad petrolera para instalarse en la gran manzana, contó, en aquél encuentro con "Río Negro", lo duro que había resultado para ellos, unirse a sus cuatro hijos, quienes viajaron a Estados Unidos, dos años después. También hablaron de la sociedad estadounidense, de la nostalgia que aflora por algunas cosas vividas en Argentina, de sus costumbres como latinos, ahora "neoyorquinos". Los Duarte continúan con su joyería en el Downtown de Nueva York. Una nueva comunicación con ellos, pero ahora ya no para hablar de las vivencias de una familia tipo de inmigrantes, sino para contar lo que viven por estos días, después de las dos semanas que separan del ataque terrorista a Manhattan. La mañana del martes 11, como siempre, llegaron a la isla desde Nueva Jersey, donde viven. Entraron como de costumbre por el Holland Tunnel, uno de los accesos a Manhattan ubicado en el sur de la ciudad. Como tenían que realizar la rutina de bancos, se acercaron al área donde estaban ubicadas las Torres Gemelas. Eran las nueve menos cuarto, cuando ya estaban en la calle nuevamente, luego de pasar por el primer banco. Iban en su auto escuchando en la radio, "El Vacilón", el programa que más audiencia tiene dentro de los millones de latinos residentes. Como es un magazine radial matutino, en él se escuchan quejas, bromas, información variada. A unas quince cuadras de las torres, los Duarte, escucharon a una mujer que llamó por teléfono al programa, diciendo desesperada que un avión se había metido adentro de una de las torres. "Como esta ciudad da para todo", dice Haydée Duarte, "nosotros continuamos el viaje hacia nuestro negocio. La verdad es que pensamos que se trataba de una broma, por lo que no le prestamos mucha importancia, hasta que dijeron que un equipo de reporteros ya estaba en el Empire State, y que la noticia se confirmaba. Un avión se había metido en la torre". Haydée continúa con su relato: "Cuando a esta noticia la tomamos en serio, al rato, escuchamos el estruendo del segundo avión, y la gente que corría desesperada por las calles. Todo era un gran caos. Estacionamos el auto, lejos, en un lugar donde ya no había tanta movilización de gente, y nos bajamos con la cámara para tomar algunas fotos de lo que acababa de ocurrir. Por la dimensión que tenían las torres, parecían cerca. Mientras las mirábamos con José, pensábamos, ¿cómo carajo harán para arreglar semejante agujero? Ya ni recuerdo si fue mucho o poco el tiempo que pasó después de nuestra duda, cuando la torre se cayó". Ese día, la joyería de los Duarte no abrió. "Lo único que queríamos era escapar de Manhattan. Tardamos cinco horas en poder llegar a casa", dice esta mujer que tuvo cuatro hijos en Cutral Co, donde vivió 17 años de su vida. El negocio de José y Haydée está ubicado en la Clinton Street y Deelancey, en el Downtown de Nueva York. A diferencia del otro comercio que tenían en la calle Sarmiento casi Roca, de Cutral Co, éste tiene un gran sistema de seguridad. Para protegerse de los ladrones, atienden a sus clientes detrás de una protección de acrílico que va desde el mostrador hasta el techo. Comentaron que en la ciudad, las consecuencias del ataque se reflejan en la poca gente que arriba ya sea de paseo o por negocios. En las calles no se ve tanto movimiento, y, si bien es cierto que los comerciantes siguen con sus locales abiertos, la clientela disminuyó notablemente. "Pero hay que seguir trabajando, a rey muerto, rey puesto", dice Haydée. Los trabajos de limpiar el área atacada continúan; la gente se comunica con los programas de televisión y radio, para repudiar los asesinatos que ya suman más de seis mil. La gente opina que "Estados Unidos se ganó todo lo que tiene y todo lo que le pasa". Cada día aparecen nuevas denuncias de gente de los países árabes pidiendo que los grupos xenófobos, cesen con los ataques hacia sus negocios y con los insultos por las calles. La mayoría de los taxistas en Nueva York son árabes, por lo que mucha gente opta por no pararlos. También se escuchan los pedidos de nuevos empleos. Se estima que quedaron más de cien mil personas sin trabajo, y aunque la seguridad social les cubre el 80 % del salario que tenían antes, no todos los "neoyorquinos" tienen asegurada la entrada al reino de Bush. A no olvidarse que muchos de estos cien mil, están de manera ilegal. Oscar Sarhan Nueva York y un futuro gris NUEVA YORK (EFE).- Con muchas empresas afectadas por el desastre que aún no funcionan a pleno rendimiento, problemas en los servicios telefónicos y de electricidad, restaurantes y tiendas vacías y los inmigrantes y estudiantes extranjeros huyendo a sus países, el "boom" económico de Nueva York de los años 90 se colapsó al igual que el World Trade Center. Manifestación pacifista con algunos "roces" WASHINGTON (ANSA).- Una manifestación pacifista que se desarrolló ayer en Washington atravesó momentos de tensión entre las fuerzas de seguridad y los "duros" del movimiento antiglobal. Foto: José y Haydée Duarte dicen que el 11 de setiembre pasado sólo querían escapar de Manhattan. |
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