Sábado 22 de setiembre de 2001

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Bush, dispuesto a echar al gobierno afgano

 

Estados Unidos amplía su amenaza a líderes talibanes. Continúa el despliegue de tropas hacia la zona del golfo Pérsico.

  WASHINGTON.- La Casa Blanca reiteró ayer que EE. UU. está dispuesto a expulsar a los talibán del poder en Kabul si no entregan Osama ben Laden, acusado de los atentados del pasado 11 de septiembre. El portavoz de la Presidencia, Ari Fleischer, apuntó que el mensaje de George Bush ha quedado "claro": "si siguen acogiendo a terroristas, serán derrotados".
"Si sacar a alguien ayuda a proteger del terrorismo a los estadounidenses y a todos los pueblos, se habrán cumplido los objetivos", añadió, precisando no obstante que, en principio, derribar gobiernos no es el objetivo de Estados Unidos.
Además, EEUU ha recordado que el ultimátum lanzado a los talibán para que entreguen a ben Laden no es "negociable".
Sin embargo, el máximo líder del movimiento Talibán rechazó el ultimátum de Estados Unidos para que entregue a Ben Laden, mientras que Wall Street cerraba su peor semana desde la Gran Depresión de hace siete décadas.
En la bolsa de valores de Nueva York, a unas pocas cuadras de donde dos aviones secuestrados destruyeron el World Trade Center el 11 de setiembre, los inversores siguieron vendiendo acciones y dólares por quinto día consecutivo en un clima de incertidumbre ante un inminente contraataque estadounidense.
Mientras continúan los preparativos militares para la operación en la zona del Golfo y del Océano Indico, ayer se produjeron arrestos en EE.UU. y en las principales ciudades del mundo, que incluso llegaron a afectar a un ex funcionario neuquino.
Después que el presidente George W. Bush advirtiera que se acerca la hora cero para la acción militar, los bombarderos y las tropas élite de Estados Unidos se preparaban el viernes para movilizarse dentro de una zona de combate en Afganistán.
Funcionarios de Defensa dijeron que aviones cisterna KC-135 crearon un "puente aéreo" para reabastecer a los bombarderos B-1 y B-52 enviados desde Estados Unidos al Golfo Pérsico y el Océano Indico, y confirmaron que un general de la Fuerza Aérea se encontraba ya en la región para supervisar cualquier ataque.
Washington acusó al movimiento Talibán de Afganistán de albergar al líder guerrillero Osama ben Laden, a quien señala como principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
El jueves por la noche, Bush advirtió de nuevo al Talibán que sería atacado si continuaba negándose a entregar a ben Laden a Estados Unidos.
"Prepárense", dijo Bush a los militares norteamericanos en un apasionado discurso ante el Congreso. "He puesto a las fuerzas armadas en alerta, y con razón. Se acerca la hora de actuar y ustedes serán nuestro orgullo".
Bush abrió la posibilidad de que sus fuerzas no sólo ataquen Afganistán, sino también a las bases de las guerrillas antiestadounidenses en otras partes de Oriente medio. Funcionarios de bases estadounidenses en los estados de Louisiana, Georgia, Idaho y Dakota del Sur se rehusaron decir si salieron de allí aviones grandes, capaces de lanzar bombas dirigidas con precisión y misiles de largo alcance.
Se esperaba que los bombarderos volaran al Golfo Pérsico y la isla británica de de Diego García, en el Océano Indico. Más de 100 aviones de guerra, desde bombarderos hasta cazas y otras aeronaves de apoyo, se encontraban en alerta para movilizarse hacia la región.
El Comando Especial de Operaciones del Ejército en Fort Brag, en Carolina del Norte, que podría realizar ataques contra las bases de ben Laden, en Afganistán y otros lugares de Oriente Medio, dijo que recibió orden de desplegarse, pero no dio más detalles. Washington pretende "acceso total a los campamentos de entrenamiento terrorista, a fin de asegurarnos que no seguirán operando".

Para no ofender

EE. UU. reiteró que su lucha contra el terrorismo no está dirigida al mundo islámico, del que necesita apoyo, por lo que ahora el Pentágono baraja nuevos nombres para la "Operación Justicia Infinita".
Consciente de que, de acuerdo con el Corán, sólo Dios puede imponer "justicia infinita", el secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, ha reconocido que el Pentágono tendrá que bautizar con un nuevo nombre el conjunto de represalias militares que prepara contra el terrorismo. "EEUU no quiere hacer o decir cosas que puedan dar una mala impresión o crear malos entendidos", afirmó Rumsfeld, en quien recaerá la responsabilidad de aprobar el nombre. Por ahora, el Gobierno sólo tiene clara una importante meta: "traer al enemigo ante la justicia o llevar la justicia a nuestros enemigos", en palabras del presidente George W. Bush.

Alerta por posibles ataques

BOSTON (EE. UU.).- El titular de Justicia de EE. UU., John Ashcroft, ha informado a Thomas Menino, alcalde de Boston (Massachusets), -ciudad de la que partieron los dos aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York- y a la gobernadora del Estado, Jane Swift, de la posibilidad de que se produzcan atentados en la ciudad o en sus alrededores durante el fin de semana.
Sin embargo, las autoridades de Boston han afirmado que no existen amenazas específicas . "Según la investigación de la policía, no existe información al respecto", ha explicado Menino. "No se nos ha comunicado que debamos extremar las medidas de seguridad durante el fin de semana".
El comisionado de la policía de Boston, Paul Evans, ha añadido que no existen amenazas concretas ni creíbles.

Foto: Las tropas estadounidenses continúan preparándose para una megaoperación en el este de Asia.

     
     
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