|
PESHAWAR (ANSA) - Los militares paquistaníes, los talibanes y los líderes religiosos de Pakistán buscan hallar desesperadamente una solución aceptable a la difícil situación en la que los ha colocado su relación con el terrorista Osama ben Laden, cuyo paradero actual es un misterio.
La esperanza de que los talibanes afganos decidieran expulsar de Afganistán a Osama Ben Laden duró menos de un día.
Ayer, el embajador de los talibanes en Pakistán, Abdul Salam Zaeef, aclaró que la milicia no entregará nunca al extremista saudita acusado por los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y en Washington.
Se trataría, en caso de hacerlo, dijo Zaeef, de un verdadero "insulto contra el Islam".
Entretanto, la fábrica de la desinformación, que en Peshawar trabaja las 24 horas del día, trató de filtrar la noticia de que Ben Laden ya ha dejado el país.
El autorizado diario paquistaní News atribuyó la información a Nasirullah Babar, el ex ministro del Interior que está jugando un papel de primer nivel en las tratativas en curso entre los talibanes y el gobierno militar de Islamabad para encontrar una salida a la peligrosa encrucijada en la que se encuentran desde hace diez días.
Según el diario, Babar habría dicho que Ben Laden dejó Afganistán algunos días atrás, sin embargo y a pesar de los repetidos intentos, no fue posible obtener del ex ministro ni una confirmación ni una desmentida.
Babar, que fue designado el padre de los talibanes por el papel que jugó en el nacimiento del movimiento de los estudiantes islámicos - "taleb" quiere decir estudiante y "taliban" es su plural en afgano-, integraba la delegación que se dirigió días atrás a Afganistán para discutir con los dirigentes de la milicia.
Los líderes de los talibanes habrían confirmado la noticia, según informó News.
Fuentes de los talibanes afirmaron que el extremista árabe "partirá en los próximos días" y según las fuentes su destinado más probable es Chechenia.
Guerrilleros musulmanes de origen checheno están presentes en las fuerzas de Afganistán, donde se adiestran y a menudo combaten codo a codo con los talibanes contra las fuerzas de la oposición. Al mismo tiempo otro destino ha sido mencionado como probable para Ben laden: Irak.
News informó también que una de sus fuentes", muy próximas a los talibanes" dijo que "Osama abandonó Afganistán hace cuatro días ".
Cuatro muertos dejaron las protestas en Pakistán
Islamabab (Télam-SNI).- Manifestaciones anti-estadounidenses convocadas ayer por grupos islámicos radicales, que reunieron a unas 100.000 personas, derivaron en enfrentamientos con cuatro muertos en la ciudad de Karachi.
Las protestas, celebradas en un día festivo para los musulmanes, coincidieron con la convocatoria de una huelga general por parte del Comité para la Defensa de Afganistán y Pakistán, donde el 95% de sus más de 140 millones de habitantes son musulmanes.
Grupos islámicos radicales convocaron a manifestar contra eventuales ataques estadounidenses en Afganistán y el prometido apoyo del gobierno paquistaní a Washington.
Los únicos actos de violencia se produjeron en Karachi (ciudad portuaria e industrial del sur con diez millones de habitantes) en el barrio de Sohrab Goth, en su mayoría poblado por refugiados afganos que sirven de mano de obra barata.
La movilización fue convocada por el Jamiat Ulema-I-Islam (JUI, pro-talibán) y el Sipah-I-Sahaba de Pakistán (SSP), movimiento acusado de ser el instigador en las últimas semanas de asesinatos sectarios de numerosos chiítas, en este país de mayoría sunnita, como Afganistán.
Entre 5.000 y 6.000 personas de esta comunidad -según estimaciones gubernamentales- participaron en la manifestación que fue reprimida y en la que murieron cuatro personas, tres sufrieron heridas y quince policías fueron apedreados por la multitud.
Un primer manifestante fue abatido por disparos durante un tiroteo entre participantes y policías en el barrio de Soharab Goth y el segundo murió en el barrio de Malir cuando los islamistas intentaban incendiar un cine. Un tercer hombre murió cuando un guardia de seguridad abrió fuego sobre las personas que atacaban un molino, abierto a pesar de la huelga, y el cuarto falleció de una crisis cardíaca en circunstancias no esclarecidas.
Se trata de los primeros muertos desde el comienzo de las manifestaciones anti-estadounidenses en Pakistán la semana pasada, tras la decisión del gobierno paquistaní de brindar un apoyo total a las represalias de Estados Unidos por los atentados en Nueva York y Washington. Las manifestaciones reunieron sobre todo a pashtúes, la etnia predominante en Pakistán y Afganistán, de la que forman parte casi todos los talibanes. La manifestación más importante, con una participación de unas 50.000 personas, tuvo lugar en Banaras, un barrio pobre de Karachi, donde viven numerosos pashtúes y existen varias mezquitas y escuelas coránicas.
En la ciudad occidental de Peshawar, cercana a la frontera afgana y otro de los principales escenarios de las protestas, 10.000 manifestantes recorrieron las calles y amenazaron con el inicio de una "guerra santa" (jihad) en caso de que Estados Unidos ataque a sus hermanos afganos.
En Lahore, importante centro político y cultural del país con siete millones de habitantes, unas 20.000 personas manifestaron sin violencia.
Una potencia en aprietos
El delicado equilibrio de poderes en la potencia atómica Pakistán corre el riesgo de desestabilizarse en caso de producirse un ataque estadounidense contra Afganistán.
Las protestas contra Estados Unidos y el hombre fuerte de Pakistán, el general Pervez Musharraf, suman cada vez más adeptos, y los musulmanes radicales amenazan con una "guerra santa", que puede llevar a nuevas fuerzas al poder. Los expertos están preocupados, ya que tras las pruebas atómicas de 1998, Pakistán probablemente fabricó ya varias ojivas nucleares.
Ayer, las protestas se volvieron violentas. Alrededor de treinta grupos islámicos extremistas de Pakistán se unieron en un "Consejo para la Defensa de Afganistán". "Abajo con Estados Unidos, abajo con Bush", es el llamado que recorre desde hace días las calles de Karachi en el sur del país
Incluso en el país vecino India pidieron la palabra grupos de musulmanes extremistas, que luchan a favor de una anexión de la parte india de Cachemira a Pakistán.
Allí se refleja claramente el actual conflicto de Pakistán: Los grupos musulmanes en Cachemira, que mantienen buenas relaciones con la dirigencia paquistaní y los militares, rechazan las protestas contra EE.UU. y Musharraf. Los islamistas especialmente radicales, en cambio, llamaron a defender Afganistán.
Foto: Los manifestantes paquistaníes protestaron contra la actitud de Estados Unidos y su presidente Bush. |