Lunes 10 de setiembre de 2001
 

Un nuevo infierno de extremistas palestinos en Israel

 

Atentados suicidas dejaron seis muertos y cientos de heridos.Explosiones en una estación y frente a un colectivo repleto.

  Naharia/Jerusalén.- Extremistas palestinos prometieron el "fuego del infierno" al primer ministro de Israel, Ariel Sharon, y ayer cumplieron su palabra. Dos atentados suicidas en el norte y el centro del país y un asalto a un autobús en Cisjordania costaron la vida a 6 israelíes y dejaron un centenar de heridos.
En Naharia, en el norte de Israel, un palestino detonó los explosivos que portaba ante una tienda de la estación, donde en esos momentos había numerosos pasajeros que esperaban el tren para viajar a Tel Aviv.
El ataque, que fue reivindicado por el grupo radical islámico Hamas, provocó la muerte a tres israelíes, además de al autor, y dejó más de 90 heridos, algunos de ellos graves.
Según Hamas "estos ataques son una reacción natural a la agresión israelí contra nuestra gente. Es natural que nuestra gente se defienda por sí misma", dijo el jeque Ahmed Yassin, líder del ala política de la organización.
Por su parte, el responsable de la organización en Gaza, Ismael Abu Shanab, señaló que el atentado suicida "es un reto para la arrogancia sionista y es una insistencia palestina para finalizar la ocupación militar".
Como represalia por el atentado, aviones de combate israelíes dispararon ayer contra dos edificios del movimiento al Fatah, del líder palestino Yasser Arafat, en la ciudad cisjordana de Ramallah.
El ataque responde a la advertencia efectuada pocas horas antes por el gobierno israelí, que prometió tomar represalias por el atentado. El ataque militar dejó al menos cinco heridos leves.
También se registraron acciones de represalia en Jericó, donde los soldados dispararon contra un edificio del servicio secreto palestino, y en Nablus, donde tanques israelíes atacaron con granadas un puesto de la policía palestina.
Mientras tanto, otro atentado suicida en el transitado cruce de Bet Lid, entre la ciudad costera israelí de Netanya y la ciudad autónoma palestina de Tulkarem, provocó la muerte al atacante y heridas a varios israelíes.
La policía supone que el palestino kamikaze venía de Tulkarem e hizo entonces explotar su coche bomba.
Pocas horas antes del atentado en Naharia, miembros del grupo radical Yihad Islámica (Guerra Santa) dispararon en la ciudad de Jericó contra un autobús israelí, matando a dos personas.
El vehículo, que transportaba a profesores, fue adelantado por un coche ocupado por extremistas palestinos, que dispararon contra el bus israelí. Una profesora y el conductor resultaron mortalmente heridos, mientras que los otros tres viajeros recibieron heridas leves.
Al parecer, el verdadero fin de las acciones de los ataques palestinos fue oscurecer los esfuerzos internacionales para poner fin a casi un año de violencia en Medio Oriente.
La nueva serie de atentados pone sobre todo un signo de interrogación al encuentro entre el ministro del Exterior de Israel, Shimon Peres, y el líder palestino Yassir Arafat, planeado originalmente para esta semana.
(Reuters, DPA y EFE)

Testimonios del horror

Una vez más, imágenes de destrucción y desgarradores testimonios de testigos conmocionaron a Israel.
"Fue como en una de esas películas modernas de acción", explicó un hombre que presenció el atentado suicida en la estación de Naharia. "Vi como algunas personas eran catapultadas por el aire. ¡Fue horrible!".
La honda expansiva desplazó a los vehículos estacionados en la calle. El cuerpo del kamikaze palestino quedó completamente deshecho. Junto con él murieron tres israelíes y más de 70 sufrieron heridas.

     
     
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