Sábado 8 de setiembre de 2001

 

Irak echó a observadores argentinos

 

Forman parte de un grupo de ocho empleados de la ONU acusados de "espionaje"

  Bagdad (Télam/EFE).- El Gobierno iraquí expulsó a dos argentinos integrantes del cuerpo de observadores de la ONU desplegados en la frontera entre Irak y Kuwait, según acusó una fuente gubernamental, "por llevar a cabo actividades en contra de la seguridad nacional".
Una fuente del Ministerio iraquí de Asuntos exteriores informó a la agencia española EFE que los dos argentinos, a los que no identificó, fueron expulsados el 22 de agosto.
Aunque sin más detalles, las autoridades iraquíes esgrimieron la misma acusación para expulsar recientemente a otros seis empleados de la ONU, también extranjeros dedicados a labores humanitarias.
Los dos argentinos formaban parte de la Misión de Observadores de la ONU desplegada en la frontera iraquí-kuwaití (UNIKOM), compuesta por 1.500 efectivos de distintas nacionalidades.
UNIKOM fue establecida en 1993, después de haberse fijado la demarcación fronteriza entre Irak y Kuwait, con el fin de vigilar cualquier violación territorial a lo largo de los 210 kilómetros de frontera común.
Los otros empleados de la ONU expulsados son cuatro nigerianos y una mujer bosnia, tres de los cuales abandonaron el pasado día 2 de septiembre el país, mientras que los otros tres ya se habían ido.
A ellos, se suma un holandés que abandonó Bagdad el pasado 31 de agosto también por acusaciones de espionaje. El portavoz de Annan también reveló que en abril último las autoridades de Bagdad expulsaron a otros dos miembros de la misión de UNIKOM, formada por 195 observadores militares y 904 soldados, por llevar a cabo actividades fuera de sus funciones normales.
Estas tareas, consistieron, a igual que en el resto de los casos, "en sacar fotografías en el área, que está prohibido".
Todos ellos trabajaban en la aplicación del acuerdo de intercambio de "petróleo por alimentos" que permite a Irak adquirir mercancías de primera necesidad a cambio de ingresos por sus exportaciones de crudo, bajo estricto control de las Naciones Unidas.

Las acusaciones

El gobierno iraquí acusa a estos funcionarios de "enemigos del estado" por realizar actividades de espionaje para Estados Unidos que afectan la seguridad nacional.
El director del programa de la ONU en Irak, Benon Sevan, negó las acusaciones de espionaje y reiteró su petición de "información y detalles que justifiquen las expulsiones".
La ONU, que controla las ventas de petróleo y el dinero que genera para la compra de artículos de primera necesidad como alimentos y medicamentos para los iraquíes, decidió que los empleados expulsados abandonaran el país lo antes posible "por cuestiones de seguridad personal".
En estos momentos, según las cifras de la ONU, hay 882 empleados de la ONU en Irak que trabajan para el programa humanitario "Petróleo por alimentos", de los cuales 364 se encuentran en Bagdad y 518 en la zona norte de Irak.
Desde que las tropas de Bagdad ocuparon Kuwait, en agosto de 1990, Irak está sometido a un estricto embargo internacional. Los soldados iraquíes fueron expulsados del emirato en 1991, por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos.
Desde entonces, se han producido varias incursiones armadas aéreas hacia Irak, en especial desde la llegada de George W. Bush al poder.
El presidente estadounidense asegura que Irak viola periódicamente las restricciones al espacio aéreo decidido por los aliados.
     
     
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