Verani mira las urnas y busca ordenar la UCR
Convocó a toda la dirigencia a reunirse en Choele Choel.
Preocupado -en parte por las encuestas-, pero más alarmado por el internismo desatado en el seno del partido, el mandatario acordó esta convocatoria ayer con el presidente del radicalismo y candidato a senador Luis Falcó.
Ambos se reunieron en Capital Federal. "El objetivo es juntar a toda la dirigencia para conversar sobre la campaña electoral", anticipó Falcó a "Río Negro".
Con ese programa general, el gobernador reiterará en un auditorio totalmente favorable que "no hay opción en el 2003 si no hay triunfo electoral en octubre", e insistirá en desactivar las pugnas internas originadas por esas proyecciones. Verani no ocultó en los últimos días su malestar con el vicegobernador Bautista Mendioroz y el diputado Fernando Chironi.
Hoy, ambos presentarán en conferencia de prensa la Agenda Legislativa, una propuesta de trabajo destinada a jerarquizar la tarea del Parlamento provincial.
Aunque no esté así confesado, la Agenda Legislativa apunta a poner coto a uno de los métodos más habituales del gobierno provincial en el manejo de su poder: convertir la tarea parlamentaria en una simple herramienta de los designios del Ejecutivo.
Método facilitado en el radicalismo debido a la mayoría terminante con que maneja la Legislatura.
La Agenda Legislativa surgió en el ala no veranista del bloque oficialista. Así, convergen en ella los diputados de la lista Blanca que lidera el vicegobernador Bautista Mendioroz, los dos que responden con desigual coincidencia al ex gobernador Horacio Massaccesi, grupos a los que se suma el legislador Fernando Chironi, del Movimiento de Acción Radical. En total, bancas que, en función de llevar adelante la Agenda Legislativa, reciben el apoyo de los dos diputados del Frente Grande rionegrino: Eduardo Chironi y Guillermo Wood.
De la mano de esta Agenda Legislativa está abierta la posibilidad de que -en el marco de la dialéctica que le es propia al trámite parlamentario- el veranismo vea significativamente relativizado su poder sobre el conjunto de la bancada oficial.
No son pocas las preocupaciones que mantiene el gobernador Verani en relación con la situación del oficialismo.
Un caso. Horas atrás el gobernador señaló a sus allegados que el enfrentamiento surgido en la bancada oficial la semana anterior por la designación del defensor del pueblo fue producto de "caprichos". Se sabe que Verani no deja de hablar del tema.
En Choele Choel, el gobernador priorizará el llamado en alinear a todo el radicalismo en función de las elecciones de octubre.
Además expondrá la estrategia de municipalizar la elección, por lo cual la convocatoria también alcanza a los intendentes. El mandatario quiere hacer descansar en ellos gran parte de la campaña electoral.
Mientras tanto, Falcó y Amanda Isidori cumplirán hoy campaña en Viedma. A las 17, la diputada -candidata a senadora en segundo lugar- se reunirá en el hotel Austral con mujeres de distintos sectores -afiliadas e independientes- para "escuchar demandas y exponer sus propuestas".
Ofrecimiento a Acattino: Fruticultura
VIEDMA (AV).- El gobernador Pablo Verani ofreció al legislador Juan Acattino la Secretaría de Fruticultura, que actualmente ocupa Miguel Quadri.
El diputado -enrolado en el sector Blanco de la UCR, o sea no veranista- no contestó y todavía anoche evaluaba esa propuesta gubernamental que le hizo el primer mandatario el lunes último. Acattino es, además, hombre de extrema confianza del ex diputado y ministro Oscar Machado.
Algunas fuentes aseguran que Acattino se mostró sorprendido y entusiasmado, pero supeditó esa aceptación al análisis en el sector Blanco, que hoy se reunirá en Viedma para hablar de política legislativa.
Pocos hombres del gobierno sabían anoche del ofrecimiento. Esta posibilidad se gestó a partir del estrecho contacto de Acattino con el flamante secretario de Desarrollo Social, Daniel Sartor. Ambos mantienen diálogo y compromiso, aun en los peores momentos políticos entre veranistas y "blancos".
Mientras tanto, Verani pondrá en funciones mañana a las 11, en el Salón Gris, a Alejandro Betelú en el Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Anoche, no se descartaba que asumiesen además las nuevas autoridades en Trabajo y en Acción Social. Pero se admite que no están confirmados los recambios y recién hoy Verani resolvería entre Yamir Direne (subsecretario de Infraestructura Social) o Carlos Toro (director general de Políticas Alimentarias) para la secretaría social que deja Juan Carlos Peña, que será el jefe de Asesores de Sartor en Capital Federal.
Las mayores dudas están centradas en la Secretaría de Trabajo.
El gobernador estaría dispuesto a mantener ese cargo vacante, con obligaciones dispersas: el secretario de Gobierno, Fabio Rey, asumiría el compromiso institucional y Betelú seguiría con la función operativa.
Análisis: Entre la certeza y los problemas
De cara a las elecciones de octubre, Pablo Verani está lejos de computar una derrota del radicalismo rionegrino, viga maestra de la Alianza.
Está persuadido, por mil motivos, de que el bloque en el poder sigue siendo definidamente hegemónico en la geografía política provincial.
Sólo en la noche del 14 de octubre se sabrá de lo acertado o no de su diagnóstico.
Pero siempre en relación con las urnas, aquella certeza no significa una ausencia de temores en el mandatario. Veamos.
* Teme no poder sustraer a la Alianza rionegrina del creciente cuestionamiento al gobierno nacional que se evidencia en amplias franjas de la sociedad argentina. En consecuencia, Verani no descarta que aquí el voto castigo recorte el tradicional poder electoral del radicalismo. Máxime si se computa la propia situación fiscal de la provincia. Todo un escenario que complicaría el logro de una aspiración del gobernador: que en Río Negro el triunfo de la Alianza se proyecte como el más contundente a nivel nacional que logre esa convergencia.
* Inquieta además a Verani la muy débil instalación que tienen en la opinión pública los tres principales candidatos al Parlamento que lleva la Alianza: los radicales Luis Falcó y Amanda Isidori -a senadores- y Julio Acavallo, del Frente Grande, a diputado nacional. El gobernador no ignora que en el marco del fuerte desencanto existente con la dirigencia política, marchar a elecciones con candidatos virtualmente desconocidos puede transformarse en un doble problema.
* Verani computa además que por primera vez en la transición, la UCR camina a una elección general con escasa cohesión interna a la hora de hacer campaña. El partido, como conjunto, no está movilizado en función de las urnas. Sólo lo está una de sus alas: el veranismo. Un sector que sospecha que el resto de la fuerza es renuente a sumarse debido a la nula gravitación que suele otorgar el veranismo a otras franjas del partido, a la hora de la toma de decisiones que hacen a la totalidad del radicalismo.
En fin, hay cerrazón sobre la UCR.
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