Miércoles 5 de setiembre de 2001

 

EE. UU. y México, lejos del acuerdo

 

A pocas horas de la visita del presidente mexicano Vicente Fox a Estados Unidos, ambos gobiernos intentaron bajar las expectativas sobre un posible acuerdo migratorio y adelantaron que la negociación "llevará un tiempo" que podría durar años. Los cancilleres destacaron avances en algunos temas fronterizos.

  Washington (EFE).- Estados Unidos y México lograron un acuerdo sobre seguridad alimentaria y avanzaron "sustancialmente" en las negociaciones para un nuevo acuerdo migratorio durante la XVII reunión de la Comisión Binacional EEUU-México, anunciaron ayer las autoridades de ambos países.
Pero el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advirtió desde Washington contra las "expectativas excesivas" sobre la cumbre y descartó la posibilidad de que su gobierno declare una amnistía general para los cerca de cuatro millones de inmigrantes ilegales mexicanos en su país, un día antes de recibir al presidente de México, Vicente Fox.
Bush dijo que ciertos sectores mexicanos "albergaron expectativas irreales" acerca del alcance de una reforma de la inmigración que propicia su gobierno, pero que encuentra resistencias en el Congreso norteamericano. En consonancia con la postura de Bush, el presidente mexicano señaló al periódico Washington Post que una reforma completa de los asuntos migratorios entre Estados Unidos y su país llevará de cuatro a seis años.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, afirmó en rueda de prensa que, junto a su homólogo mexicano, Jorge G. Castañeda, "podremos presentarle mañana (por hoy) a nuestros presidentes los resultados" de los diversos grupos de trabajo que conforman la Comisión Binacional.
Sobre el espinoso tema de inmigración, Powell dijo que ha habido un "enorme progreso" respecto a los "principios" que regirán un futuro acuerdo migratorio entre ambos países, pero advirtió nuevamente que las negociaciones sobre un paquete de alivio migratorio deben "hacerse bien" y "sin prisa".
El gobierno de México, que en un principio había sondeado la idea de una amnistía para los trabajadores indocumentados en este país, prefiere ahora un acuerdo más sustancial.
     
     
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