Martes 4 de setiembre de 2001

 

La cumbre contra el racismo está al borde del fracaso

 

Israel y EE. UU. se retiraron por acusaciones árabes.

  Durban, Sudáfrica (EFE).- La Cumbre Mundial contra el Racismo (CMCR) se encaminaba ayer al fracaso después de que EE. UU. e Israel anunciaran su retirada de la reunión, líderes indígenas amenazaran con igual medida y se ahondará la brecha entre los países europeos que practicaron la esclavitud y los que la sufrieron.
Los tres factores vienen a confirmar los peores presagios sobre una cita que, desde sus trabajos preparatorios, estuvo envuelta en las polémicas y los enfrentamientos, pese a que la ONU pretendiera con su convocatoria reanudar una dinámica de encuentros que tuvo que suspender hace casi dos décadas por su falta de resultados.
Después de que el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, desistiera de acudir a Durban por temor a que la conferencia se convirtiera en un foro antiisraelí, el abandono de la reunión por parte de la delegación de Washington era un "secreto a voces".
Según fuentes cercanas a la conferencia, la retirada estadounidense fue propiciada por la declaración del domingo de las Organizaciones No Guberna- mentales (ONG) que participan en el encuentro y en la que acusaban a Israel de "genocidio" y de haber instaurado un régimen de "apartheid" o segregación racial.
Aunque fue adoptado con el rechazo de algunas de las ONG más conocidas y respetadas -como Amnistía Internacional , el documento dio renovados argumentos a los países musulmanes para defender la posición palestina en la conferencia.
Fuentes de la delegación israelí dijeron que la decisión de Washington y Jerusalén se produjo después de que Egipto se negara a aceptar que en la resolución final no se calificara al Estado judío de "racista", e Irán rechazara aludir en la declaración al "anti-semitismo", por considerarlo un fenómeno del "pasado".
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shimon Peres dijo que "lo que se suponía fuera una conferencia por los derechos humanos resultó ser un festival de desprecio y gritos de guerra", dijo Peres a la televisión israelí.
Powell, el primer secretario de Estado negro en la historia de Estados Unidos, tuvo que decirle que no a la Conferencia y lo hizo "lamentándolo" y con un lenguaje atento a no herir la susceptibilidad de la ONU y los responsables sudafricanos .
Powell subrayó que "la lucha internacional contra el racismo es importante" y que "la conferencia hubiera podido dar una contribución". Pero agrega que "no se combate el racismo con conferencias que producen declaraciones que inducen al ocio", que igualan sionismo y racismo.
En las primeras reacciones a las retiradas -a las que podría añadirse la de Canadá-, Sudáfrica las calificaba de "innecesarias", mientras que la alta comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, Mary Robinson, hacía votos por la continuación con normalidad de la conferencia.
El foro, que a pesar de haber estado dominado desde su inicio por el conflicto palestino-israelí, ha motivado muchas otras controversias.
Poco antes del anuncio del abandono de EEUU e Israel, la Premio Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchu, amenazó con una retirada de los líderes indígenas que participan en la reunión, si en el borrador de la declaración final no se suprimen pasajes que, según la activista, "niegan los derechos" de las minorías étnicas. (ver aparte)
Las perspectivas de alcanzar un acuerdo en otro aspecto -el resarcimiento a los países africanos por la esclavitud-, se veían entretanto ensombrecidas por un nuevo distanciamiento entre las naciones que se beneficiaron y las fueron víctimas de la "trata de negros".
En respuesta a una propuesta de la Unión Europea (UE) para que la conferencia pidiera excusas por ese trafico inhumano, los países africanos presentaban un texto en el que se piden compensaciones "de estado a estado" y reparaciones retroactivas a los descendientes de esclavos. Los europeas calificaron esa contra- propuesta de "inaceptable".

Menchú pide por derechos indígenas

Durban (Sudáfrica) (EFE).- La premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú amenazó ayer con una retirada de los dirigentes indígenas de la Conferencia Mundial Contra el Racismo (CMCR) que se celebra en esta ciudad del este sudafricano.
Menchú advirtió de que si en el borrador de la declaración final de la reunión no se suprime lo que calificó de "la negación de los derechos" de los pueblos indígenas, "nosotros abandonaremos el encuentro antes de su fin".
La líder guatemalteca aludió a los párrafos 26 y 27 del proyecto de resolución, en los que "se precisa que los únicos que pueden tener acceso a la soberanía y la libertad son los Estados, lo que vulnera nuestros derechos como pueblos".
La activista consideró que esas partes del texto otorgan "además" a los gobiernos "el papel de tutores y protectores de los indígenas", y que suponen "una flagrante violación de las convenciones internacionales".
"Lo que subsiste en esa actitud es un miedo a la "balcanización", que es un residuo de la Guerra Fría", precisó, y acusó a las administraciones gubernamentales de "sufrir un retroceso, un proceso de aislamiento. Es como si de repente se hubieran puesto a la defensiva".
Denunció que "ya desde el principio nos quisieron quitar la voz y cerrarnos las puertas. Muchos dirigentes indígenas tienen que participar en la conferencia como miembros de las ONG" (Organizaciones No Gubernamentales).
     
     
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