Viernes 21 de setiembre de 2001

 

Maniataron a un comerciante y se llevaron $ 4.000

 

Ocurrió en una casa particular de Cinco Saltos. Dos encapuchados lo esperaban dentro de su casa.

  CINCO SALTOS (ACS).- Dos encapuchados esperaron que un comerciante llegara a su casa para llevarse todo el dinero que llevaba encima y que guardaba en la vivienda, en su mayoría destinado a sueldos y a compras de mercadería. Lo conocían, lo llamaron por su apellido y se llevaron 4.000 pesos después de dejarlo encerrado en el baño.
El martes por la noche Diego Capria llegó a su vivienda pasadas las 21. En la calle Backhouse -casi esquina Fortín Vidal- se encontró con una vecinita que le pidió algunas monedas para comprar unos dulces "y para evitar cualquier mal entendido, le pedí que se quedara afuera, que yo le iba a dar para unos caramelos", dijo el comerciante.
Pero cuando entró, se encontró con dos encapuchados que, arma en mano, lo esperaban para asaltarlo. Como Capria no salía, la niña se asomó por la puerta abierta y al ver que dos personas con los rostros cubiertos le apuntaban con armas, huyó espantada y pidió ayuda.
Sin embargo, los delincuentes fueron más rápidos que el arribo de la patrulla policial. "Me llamaban Capri, como dice mi tienda de ropa, y me advirtieron que no me hiciera el boludo, que no me hiciera matar por unos pesos", dijo el comerciante.
Pero ese día el dueño de la tienda de ropa ubicada sobre la calle Roca -a pocos metros de la General Paz y en pleno sector comercial- llevaba consigo los sueldos de los empleados y en la casa había un remanente de efectivo para hacer unas compras de mercadería. En total, fueron casi 4.000 pesos lo que se llevaron los encapuchados.
"No revolvieron toda la casa como me pasó otras dos veces. Ahora me estaban esperando", dijo Capria, quien con desazón e impotencia destacó que este es su tercer robo en lo que va del año.
El hombre acató manso todas las directivas. "Con 59 años no me voy a hacer el supermacho, así es que agarraron todo y se fueron", dijo. Los delincuentes ingresaron por la puerta de atrás de la vivienda familiar, que fue forzada con barretas.
Capria vive solo, y pese a que sus hijas le insisten que se vaya del lugar, el dueño de la tienda no quiere cambiar de morada ni de ciudad. "Yo a este pueblo lo quiero. Estoy acá desde hace 30 años y esa fue siempre mi casa, fue la casa que compré con esfuerzo cuando dejé de alquilar y ahí quiero quedarme", dijo.
El robo pudo haber derivado en una tragedia. Cuando la policía arribó al lugar debió trasladar de urgencia al comerciante al hospital, ya que sufre de problemas de corazón, y la situación sufrida lo alteró al punto de la descompostura.
Tras llevarse el botín, los ladrones lo dejaron atado en el baño, donde lo encontró el personal policial en medio de forcejeos para intentar liberarse.
En la casa había una moto y una bicicleta que no pareció importale a los delincuentes. A Capria le dio la impresión que lo estaban "campaneando" y conocían de sus movimientos.
   
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