Jueves 20 de setiembre de 2001

 

El incendio en Sapere fue un doble homicidio

 

Ocurrió el día 9 y ahora se conocieron las pericias.Investigan a los allegados de una de las víctimas.

  NEUQUEN (AN).- Fue intencional el incendio en el que murieron dos personas en el barrio Sapere hace diez días.
Las pericias determinaron que la precaria casilla en la que dormían Diego Alberto Lucumán (28) y Silvia Vanesa Retamal (15) fue rociada con combustible y prendida fuego, y que sus ocupantes quedaron atrapados en una trampa de la que no pudieron salir. Los investigadores ya tienen sospechas sobre quién o quiénes pudieron ser los autores del doble homicidio.
Ayer a la mañana un numeroso grupo de investigadores realizó una inspección ocular en la casilla ubicada al final de la calle Islas Malvinas, que quedó reducida a cenizas la madrugada del domingo 9.
Participaron de la diligencia el fiscal de Homicidios, Mario Rodríguez Gómez, expertos de Criminalística, un licenciado en siniestros de Bomberos, e investigadores del departamento Delitos.
Después de la recorrida, Rodríguez Gómez confirmó a "Río Negro" que "estamos investigando un doble homicidio".
La fiscalía ya recibió un adelanto del resultado de las pericias, que indican que en los restos de madera de la casilla se detectó la presencia de un elemento volátil y altamente combustible, que podría ser nafta o querosene.
Según pudo saber este diario, la pesquisa está orientada hacia el círculo de relaciones de Lucumán. En ese ambiente se movería el principal sospechoso de haber cometido los crímenes.
Como informó este diario, Lucumán y Retamal murieron calcinados por el incendio que se desató pasadas las 5.30 del domingo 9. La noche anterior habían compartido una reunión con amigos y familiares en el barrio.
Apenas ocurrido el hecho un rumor recorrió el barrio Sapere: se decía que los cuerpos estaban apuñalados.
La autopsia no encontró en los cuerpos otras lesiones más que las propias sufridas por haber estado en contacto con las llamas, pero una fuente de la investigación explicó que "los cadáveres estaban calcinados y en algunas partes directamente desintegrados. No podemos descartar que tuvieran alguna herida de arma blanca o golpes que no fue posible detectar".
Ese domingo 9, pero a la tarde, se produjo otro incidente. Familiares o allegados a Lucumán balearon en la cancha de Sapere a un joven porque creían que era el autor de los crímenes. Los incidentes fueron de tal proporción que obligaron a suspender el partido que estaban jugando el local contra Don Bosco, por la liga oficial de fútbol.
Las fuentes consultadas ayer dijeron que el joven baleado en la cancha no está considerado sospechoso de los homicidios.
Mientras la investigación del incendio daba sus primeros pasos, se realizó un juicio oral en el que un primo de Lucumán, Cristian Campos Lucumán, estaba acusado de asesinar a una hermanastra de Retamal, Silvia Villagra.
Ese caso se cerró con la absolución de Campos Lucumán por falta de pruebas. Los investigadores no conectan ambos hechos entre sí aunque hay dos datos llamativos: el homicidio de Villagra ocurrió en noviembre del 99 al lado de la casilla quemada el domingo pasado; y esa vivienda pertenecía en realidad a Ema Retamal, quien tuvo una feroz pelea con Villagra (de la que también era hermanastra, así como de Silvia) instantes antes de que cayera muerta de un balazo.
Ema Retamal fue testigo en el juicio, no imputada. El domingo 9 no estuvo en su casa por simple casualidad, de lo contrario podría haberse convertido en la tercera víctima.

Hipótesis y presunciones

NEUQUEN (AN)- Los investigadores recién han comenzado a desbrozar la espinosa trama que se oculta tras el doble homicidio del barrio Sapere. Pueden entrever historias de rencores, peleas y amenazas, pero no tienen claro los actores ni motivaciones. De todos modos, alimentan serias sospechas sobre algunos personajes cuyos nombres mantienen celosamente en reserva.
Según explicaron fuentes con acceso a la causa, el o los autores del incendio pertenecerían al círculo de allegados a Diego Lucumán, cuyas actividades están ahora bajo exhaustiva investigación.
La línea se sigue en esa dirección porque la otra víctima, Silvia Retamal, era una jovencita que residía en Cinco Saltos y se encontraba circunstancialmente en Neuquén.
Al parecer las horas previas al incendio, Lucumán y Retamal compartieron una fiesta familiar o con familiares.
Hacia las tres de la madrugada se habrían ido a dormir a la casilla aprovechando que no estaba su dueña, Ema Retamal (hermanastra de Silvia).
Apenas dos horas y media después la vivienda de madera se convertía en una trampa de fuego de la que no escaparían con vida. Los vecinos que aceptaron hablar con "Río Negro" dijeron que no habían escuchado nada, y que recién se despertaron con el ruido de las maderas quebrándose por las llamas.

   
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