Domingo 9 de setiembre de 2001 | ||
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Zafó de las esposas y escapó del hospital cipoleño |
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Se trata de un peligroso delincuente que se había tiroteado con la policía. Se encontraba internado y aprovechó un descuido del guardia para escapar. Hasta anoche no había sido detenido. |
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CIPOLLETTI (AC).- Esperó el momento justo, preparó un vaso con gaseosa y jabón, se untó el líquido en una de sus muñecas para liberarse las esposas que lo unían a la cama del hospital de Cipolletti, y escapó. El ingenioso truco, ayudado por un presunto "descuido" de un custodio policial, permitió que el detenido Alejandro Forno, que permanecía internado en el nosocomio de esta ciudad, lograra zafar de todo tipo de ataduras, y en cuestión de segundos concretara un fugaz escape. Durante la noche del viernes, alrededor de las 22 y vestido con una bata blanca Forno, caminó hasta una sala contigua donde pidió permiso para ir al baño. Una vez allí, rompió un vidrio de la ventana superior y logró escabullirse en la noche. Minutos después cuando fueron advertidos sus movimientos, las corridas policiales de agentes que se movilizaron desde todas las unidades locales, se multiplicaron y hasta se escucharon disparos en el sector aledaño a las vías del ferrocarril. Sin embargo anoche se continuaba en la búsqueda, pero el delincuente seguía sin aparecer. El joven, de 26 años, es un peligroso delincuente que durante el pasado fin de semana se tiroteó con la policía en horas de la mañana, tras haber sido sindicado como autor del robo en una tienda. En esta oportunidad resultó herido con un disparo de arma de fuego en la zona de la ingle, por lo cual fue internado en el nosocomio local. Allí sus familiares intentaron rescatarlo a punta de cuchillo (ver aparte). Desde hace varios días el ahora prófugo se encontraba en una de las salas del área de Clínica Médica. Pasadas las 22 del viernes, utilizando un líquido jabonoso, según se indicó desde la comisaría Cuarta, logró sacarse las esposas. Aparentemente tuvo que realizar algunos forcejeos en la maniobra, ya que quedaron rastros de sangre. Un uniformado de la subcomisaría 69 estaba a cargo de su vigilancia, aunque según pudo saberse, éste no se encontraba en la habitación y tampoco en el pasillo en ese momento. El evadido, logró atravesar la puerta de la sala en la que se encontraba, y cruzó por el pasillo hacia la habitación contigua. Una vez allí, solicitó permiso para ingresar al baño y, en cuestión de minutos, los restantes pacientes escucharon la rotura de vidrios. Se acercaron a ver qué pasaba, pero Fornos ya había logrado su cometido. Recién a las 22.30 el oficial tomó conocimiento de la evasión y dio aviso pidiendo apoyo de todas las unidades policiales, que montaron un operativo en la zona aledaña a las vías del ferrocarril y en los alrededores del hospital. Si bien hasta ayer se desconocían algunos pormenores, como por ejemplo si éste tuvo apoyo desde el exterior, una ocasional testigo que aguardaba la llegada del transporte urbano en la esquina de Sáenz Peña y Fernández Oro, lo habría visto perderse en la zona del ferrocarril. El malviviente, quien ya estuvo tras las rejas purgando una condena anterior, tenía orden de captura, según se informó. Además de iniciarse una causa penal por evasión en el Juzgado de Instrucción NÂș 6, se hará un sumario administrativo al policía que oficiaba de custodio en el hospital. Este habría efectuado su descargo, aunque podría sufrir algún tipo de sanción por su posible responsabilidad en el hecho. Habían querido rescatarlo La detención de Forno se produjo en medio de un verdadero escándalo en Cipolletti. El detenido fue acusado de robar un comercio ubicado en cercanías de las calles Falucho y Esmeralda. |
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