Gabriel Michi: "Hay que hablar más de Cabezas"

El periodista que trabajaba junto al reportero gráfico asesinado en enero de 1997 estuvo en Luis Beltrán para dictar un curso. Piensa que aún falta mucho por investigar en el caso, pero los medios ya no acompañan la lucha de los familiares. También habló sobre la desaparición de Alfredo Yabrán y las sospechas sobre su entorno. El recuerdo de la última noche en Pinamar, el reconocimiento del cadáver y sus miedos tras el asesinato del fotógrafo.

LUIS BELTRAN (AVM).- El periodista Gabriel Michi, compañero de José Luis Cabezas en el fatídico verano de 1997, cree que los resultados del primer juicio fueron buenos, pero aún quedan en libertad personas que tuvieron que ver con el asesinato del reportero gráfico. Y también que la lucha para llevarlos ante la Justicia ahora es en silencio.
Michi visitó Luis Beltrán para dictar un curso sobre periodismo. No evitó en ningún momento hablar del crimen de su compañero en la revista "Noticias".
Piensa que el crimen cambió la visión del poder hacia el periodismo y el mismo periodismo dejo de lado, por un tiempo, los intereses particulares para luchar por el esclarecimiento del caso. Sin embargo, cuando han pasado más de cuatro años y ya no hay flashes al aire, marchas, ni recordatorios, Michi sostiene que aún falta mucho por esclarecer. Más aún cuando Alfredo Yabrán ya no está, pero "gran parte de su ejército de custodios -muchos de ellos ex represores- sigue en libertad".
- El poder que mató a Cabezas ¿ quedó intacto?
- Intacto no está. La desaparición o la muerte de Yabrán sentó un precedente. A mi me hubiese encantado que Yabrán declare ante la Justicia como lo debería haber hecho, explicando qué fue lo que pasó, pero pasó lo del 20 de mayo, donde ya tenía el pedido de captura que lo acusaba de ser el autor intelectual del crimen. Desde ese punto de vista, sumado a la venta de algunas de sus empresas, creo que el caso cambió también a los principales sospechosos.
- ¿De qué manera?
- La detención de otros sospechosos generó un miedo en los sectores que participaron de este crimen y creo que se dieron cuenta que ya no se podía matar a un periodista por el simple hecho de informar. Más allá de eso es muy iluso pensar que esas mafias desaparecieron. Hay grupos que siguen funcionando. Ex represores de la Esma que siguen trabajando para el grupo Yabrán, personajes que tuvieron un pasado bastante negro y hay que estar alertas ante eso.
- ¿Quiénes deben estar alertas?
- Nosotros los periodistas, la sociedad, porque ese riesgo está latente. No llega el juicio contra el comisario de Pinamar, y gente que está sospechada estar relacionada con el crimen y está libre. Entonces tenemos que estar atentos y presionar, para que eso se capitalice en favor de la Justicia.
- ¿ Cómo recuerda la noche que mataron a José Luis?
- En cuanto a lo que me pasó a mí en particular, obviamente es una pesadilla. Son esos episodios que te cambian la visión filosófica de la vida. Yo tuve que descubrir que a mi compañero lo habían asesinado. Había un cuerpo que no se sabía de quién era. Yo tenía un compañero que me faltaba, entonces hubo como una especie de reconstrucción macabra de ese rompecabezas. Obviamente estar ahí, en la cava, fue uno de los impactos más duros que sufrí en la vida. Son cosas que no le deseo a nadie, más por la forma, por lo sanguinario, lo mafioso. Y obviamente estas cosas me generan miedo.
- ¿Cómo convive con ese miedo?
- Si el miedo te paraliza es el triunfo de la gente que hizo esto. Ahora, si podés hacer que se transforme en ganas de pelear, a buscar la verdad, es quizá el antídoto contra los culpables.

El crimen y la continuidad en el periodismo

Gabriel Michi asegura que luego del crimen de Cabezas se planteó muchas veces si se justificaba seguir adelante como periodista.
"Cuando uno pone en riesgo su vida y tantas otras cosas, a veces es difícil", comentó durante la charla con "Río Negro".
- ¿Qué fue lo que lo motivó para seguir?
- Me di cuenta de que no es normal que se llegue a un hecho de estas características y segundo que amo esta profesión, y es lo mejor que sé hacer. Seguí porque creo que se pueden hacer cosas muy positivas. Yo creo todavía en la función social y de servicio. El periodismo, sin hacer panfletos y nada por el estilo, puede ayudar a mejorar la sociedad.
- ¿Cree que el caso Cabezas se deshumanizó?
- Sí. A mi me cuesta hablar del "caso Cabezas" porque me afecta humanamente. Entiendo que por una cuestión mediática se lo llame así, pero en algunos momentos fue muy duro porque se dijeron barbaridades sobre José Luis, su familia y mías. Después se comprobó que todo eso era falso y en realidad estaba siendo impulsado desde los sectores sospechosos.
- ¿Qué sectores?
- La policía, el poder y el yabranismo. Hicieron de todo por embarrar la cancha. Por eso se trató de cerrar todo con una banda de delincuentes menores, como era la de "Pepita la pistolera", porque cuando empezó a sonar el nombre de Yabrán se dieron cuenta que al tirar de la soga se ponía en evidencia toda una trama de poder.

"Los medios no deben abandonar el caso"

- ¿Hasta dónde afectó la desaparición del tema en los medios?
- La desaparición del tema en los medios es un golpe muy duro, porque la presencia hizo que la Justicia tenga que actuar. Que hoy no haya nada publicado de lo que pasa con el caso es duro y no ayuda al esclarecimiento total. Creo que el periodismo debería tener en cuenta que en este crimen hubo un primer juicio y está bien la condena a la que se llegó, pero todavía queda mucho por recorrer.
- ¿ Por qué piensa que la lucha ahora es en silencio?
- Hace poco estuvimos con los padres de José Luis en unas jornadas y ellos comentaban eso del dolor que sienten al no ver que su lucha por la verdad sea acompañada. Entonces termina siendo una lucha muy silenciosa de grupos quizá más relacionados con José Luis. Creo que el periodismo tuvo una doble función: informar, con objetividad y compromiso, pero también generar una movilización social en contra del olvido.
- ¿ Le duele ver a periodistas que hicieron lobby para Yabrán en los medios?
- Seguro. Y esos periodistas no tomaron conciencia sobre la amenaza que significaba Yabrán contra el periodismo.

Foto: Gabriel Michi estuvo en Luis Beltrán para dictar un curso de periodismo y no esquivó las preguntas sobre el asesinato de su compañero.