Lunes 24 de setiembre de 2001 | ||
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Bánfield perseveró y tuvo su premio |
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Ríver lo ganaba bien, pero después especuló mucho y el "Taladro" lo aprovechó. |
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BUENOS AIRES (DyN) - Ríver Plate lo madrugó ayer a Bánfield en el escenario de los sureños, pero después especuló demasiado, desperdició un penal y al final padeció el 1-1 que lo retrasa a cinco puntos del único líder del Apertura, el Rácing Club. El gol de la ventaja lo elaboró Ariel Ortega por la derecha y lo concretó el juvenil Fernando Cavenaghi, de cabeza, a los 7 minutos del primer tiempo. La garantía la desaprovechó Ortega, porque el "Burrito" ejecutó con debilidad un penal y se lo atajó Cristian Luchetti sin necesidad de adelantarse, a los 20 minutos del segundo período. El tanto de la perseverancia lo obtuvo Pablo Del Río, a la salida de un tiro libre y con la fortuna de un desvió en el pie derecho del colombiano Mario Yepes, a 10 minutos del desenlace. El equipo de Ramón Díaz de este modo sólo logró 2 unidades en sus tres últimos partidos por la competencia doméstica, ya que venía de perder con Nueva Chicago, en Liniers, y de igualar el superclásico, en el "Monumental", aunque con el desagradable sabor a derrota. El primer tiempo fue otro más, otro de los tantos que pululan en el fútbol argentino. El equipo dirigido interinamente por Gustavo Barreiro había arrancado bien parado en defensa y dispuesto a presionar a su adversario sin darle tregua. Eso sí, Bánfield insistió, se esforzó, pero careció de claridad, tal como le suele ocurrir cuando falta su talentoso armador, el lesionado José Luis Garrafa Sánchez. La diferencia en el parcial la marcó Ríver de mitad de cancha hacia adelante, fundamentalmente porque Ortega se impuso cada vez que encaró a Wálter Fonseca. En la retaguardia de Ríver también se mostró firme Ariel Garcé, quien da la impresión de consolidarse en el puesto de lateral derecho que inicialmente Ramón Díaz le había asignado a Gustavo Lombardi. En el segundo tiempo, 20 mil personas vieron como Bánfield perseveró en procura de nivelar el marcador y Ríver se conformó demasiado con la ventaja pequeña. Ni Ortega como armador ni Esteban Cambiasso como mediocampista capacitado para crear juego fueron los abastecedores que Ríver precisaba y los delanteros también se movieron bastante menos de lo recomendable. Con todo, Ríver tuvo la chance del penal que sancionó Héctor Baldassi porque un envío de Ortega rebotó en un brazo de Javier Sanguinetti. El dos veces mundialista frente a Luchetti careció de la chispa y potencia aconsejables para una ocasión así, de tan corto y crucial recorrido, y a Ríver se le empezó a escapar la victoria. Después de la atajada de Luchetti fue Bánfield el que renovó u fe y de un disparo de Del Río surgió la paridad que por entonces ya resultaba previsible. ¡Esos malditos penales! |
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