Lunes 10 de setiembre de 2001

 

Mangini ni se despeinó en el "Mosconi"

 

El piloto del Valiant consiguió un impecable triunfo. Saladino fue tercero, hizo negocio y se acerca al título.

  En esta nueva presentación que el TC Neuquino cumplió en el autódromo allense "General Enrique Mosconi" esta vez hubo dos ganadores. Uno que recibió primero la bandera a cuadros y fue Ricardo Mangini, quien logró una impecable victoria después de quedarse con todo lo que se disputó. El otro resultó Pablo Saladino, quien sumó bastante y su escolta en el certamen Emilio Cimolai le descontó apenas un punto, cuando restan apenas tres fechas para el final.
Y fue así nomás. Hubo dos pruebas en una. Mangini, con un Valiant que asombró con su rendimiento, se convirtió en el gran protagonista de la séptima fecha del certamen y no hubo forma de doblegarlo. Hizo todo bien y el triunfo fue incuestionable.
Arrasó en la clasificación, ganó la serie de ordenamiento más rápida y en la final se impuso de punta a punta, no complicándose siquiera con el ingreso del auto de seguridad por un toque múltiple en la curva de "Catriel", ni por el permanente acecho de Cimolai, quien necesitaba de un triunfo para seguir prendido en la lucha por el título.
Hubo otra prueba. Y precisamente fue la que disputaron el citado Cimolai y Saladino. El líder del certamen ganó su serie y en la final corrió con la calculadora en la mano.
Se acomodó tercero en la largada y se dedicó con su rendidor Torino a seguirlo a Mangini y Cimolai, a esperar un error de alguno o un toque para avanzar un poco más.
Ni siquiera en las últimas vueltas, cuando lo tuvo a tiro a Cimolai se exigió para avanzar, porque no tenía sentido arriesgar y demostró que aprendió bien la lección de la primera de las pruebas que se disputaron en este certamen en Centenario, cuando por un toque fue excluido.
Cuando cayó la bandera a cuadros, en una prueba aspera, con muchos roces y trabajos destacados como los de Rubén Cáceres, Eduardo Carbia, Mario Gallego -recuperando mucho-, Eduardo Pino -perdió al final por un recargo- y Eduardo Luqui -perjudicado por un toque-, Mangini gritó victoria y Saladino dio un nuevo paso el busca del título. Para los dos el negocio cerró perfecto.
Ahora quedan tres fechas por delante y la próxima será en el autódromo de Centenario, donde Cimolai jugará como local, pero que es un escenario en el cual Saladino también se siente muy cómodo.
Después de lo que pasó ayer en el "Mosconi", el título parece que se definirá entre estos dos pilotos.

"Apenas me descontó uno"

Una enorme sonrisa se dibujaba en la cara de Pablo Saladino no bien dejó su Torino en la zona del parque cerrado. Encaró a los suyos y comentó que "cerramos otro negocio redondo. Había veintiséis puntos en juego y Emilio (por Cimolai) apenas me descontó uno. Ahora, sólo quedan tres pruebas por delante".
El cómodo líder del certamen señaló que "hice lo que podía. Gané mi serie y en la final no tenía para más, salvo que los de adelante se equivocaran".
Reconoció que "mi auto funcionó bien, pero es evidente que los toques que le hicieron al reglamento los está sintiendo. En las zonas trabadas los seguía sin problemas, pero a la hora de acelerar se escapaban".
Apuntó que "igual no iba a forzar ninguna situación comprometida por avanzar. Sabía que Cimolai apenas me descontaba un punto y a mi me servía para el certamen".
Señaló que "pasó otra prueba y tengo una buena ventaja. Son treinta y nueve puntos de diferencia, que no son decisivos, pero que me permiten estar tranquilo para encarar la definición del certamen. Quedan tres fechas, la última con puntaje y medio a la que habrá que llegar con buena ventaja para no sufrir. Ahora viene Centenario, después vamos con la categoría a Zapala y terminamos acá, en el "Mosconi". En diciembre, seguro que se sentirá el calor, por eso, lo ideal sería asegurar el título mucho antes y para eso estamos trabajando".

"Sabía que tenía resto"

"Este triunfo lo necesitábamos mucho. Es para los que tanto trabajan en el auto. También se lo quiero dedicar a los que me apoyan". Apenas bajó de su Valiant fue lo primero que apuntó Ricardo Mangini, el impecable ganador que tuvo la séptima prueba del certamen anual del TC Neuquino.
Después de un interminable abrazo con sus colaboradores, Mangini comentó que "tuve un gran auto, que fue contundente desde que lo pusimos en pista".
Recordó que "en la clasificación del pasado sábado el auto demostró que andaba muy bien. Tanto en la serie como en la final no tuvimos ninguna clase de problemas. Ni siquiera me preocupó el ingreso del auto de seguridad, porque sabía que tenía resto para volver a acelerar".

   
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