Lunes 3 de setiembre de 2001

 

Será el momento de la revancha

 

Bielsa ya tiene decidido cuál será el equipo. Aimar como enganche y casi seguro que el "Burrito" irá de entrada.

  Se viene el partido que hay que ganar, el del miércoles a las 20 en el "Monumental".
Por todo. Porque es el clásico. Porque se trata de Brasil. Porque Argentina tiene la excelente oportunidad de ratificar por qué es el mejor de la Eliminatoria Sudamericana.
Y, fundamentalmente, porque es la ansiada revancha, ya que el seleccionado nacional sufrió su única derrota en esta etapa frente a los brasileños, en el encuentro de ida que ellos ganaron 3 a 1.
Ayer, los jugadores argentinos realizaron un entrenamiento de fútbol en el predio que la AFA posee en Ezeiza del que participó Juan Pablo Sorín, quien llegó antenoche proveniente de Brasil, y con la colaboración de un equipo juvenil.
Con las ausencias de los jugadores que aún no se sumaron al plantel nacional, Bielsa paró un equipo que se asemejará mucho al que saldrá el miércoles a la cancha a jugar ante los brasileños, en el estadio Monumental.
La primera formación fue con el juvenil Abete en el arco; Ayala, Samuel y Vivas; Zanetti, Simeone, Sorín y Aimar; Claudio López, Crespo y Cristian González.
A esa alineación, se sumarán Germán Burgos y Ariel Ortega en el ataque, quien luego del partido que ayer jugó Ríver con Estudiantes fue convocado anoche para actuar en reemplazo del "Piojo" López, quien irá al banco de suplentes.
Para el equipo de juveniles jugaron el arquero Pablo Cavallero -quien será el golero suplente- y el mediocampista Juan Sebastián Verón, que está concentrado con el plantel pese a que no jugará porque debe cumplir una fecha de suspensión.
En la segunda parte de la práctica, que se extendió por una hora, Bielsa dispuso una nueva formación para enfrentar a los juveniles: Abete; Pochettino, Samuel y Placente; Zanetti, Almeyda, González y Gallardo; Aimar, Cruz y Gustavo López.
El partido con los brasileños ha despertado gran expectación y las casi 50.000 entradas puestas a la venta se agotaron el viernes con una recaudación récord de casi un millón y medio de pesos.
Tras los entrenamientos que se extendieron hasta pasado el mediodía de ayer, los jugadores argentinos gozaron de unas pocas horas para estar con sus familiares y amigos, pues por la noche tuvieron que regresar a la concentración en un complejo a las afueras de Buenos Aires.
La selección de Argentina lidera con comodidad las eliminatorias y ya tiene en su poder el primero de los cuatro pasaportes directos de la región para el Mundial de Corea del Sur-Japón 2002, mientras Brasil necesita de triunfos para clasificar.
La actividad del seleccionado continuará hoy con la práctica vespertina que dispondrá Bielsa, con la totalidad de los jugadores convocados para la disputa del clásico sudamericano.
Antes del entrenamiento, los futbolistas y el propio entrenador atenderán a la prensa, a partir de las 12.15, en el predio de Ezeiza.

Rivales en todos lados

La rivalidad entre Argentina y Brasil en las canchas tiene dimensiones más alla del deporte y abarca aspectos sociológicos, económicos y políticos que a veces tienen resonancias hasta humorísticas.
Así lo destacó ayer en varias páginas un suplemento del diario "Lance" de Brasil, apoyado en una caricatura de un argentino de camiseta azul celeste y blanca y un brasileño de camiseta amarilla yendo a un partido pero ambos portando detrás, escondido, un palo atravesado por un clavo para agredir al adversario.
El diario deportivo llega a la conclusión de que los brasileños piensan que los argentinos son: arrogantes, cultos, prepotentes, elegantes, italianos que hablan español y piensan que son ingleses, con mujeres "rubias" y cabelludos.
A su vez, que los argentinos creen que los brasileños son: de buen humor, ruidosos, negros, que todo lo que tienen son lo mayor del mundo (mayor estadio, mejores jugadores, mejores equipos), pero que en verdad sólo tienen banana y ananá y son indolentes y malandrines.
Los argentinos creen que los brasileños gustan de: churrasco clavado en espeto, chopp, playa, short bermuda, camiseta y zapatilla de tenis, samba, Miami y Nueva York y fútbol.
Los brasileños creen que los argentinos gustan de: asado en la parrilla, vino, café, blazer y camisa con zapato, tango, Madrid y Barcelona y fútbol.
La "intensa rivalidad" es no sólo en las canchas de fútbol sino en las de voleibol, básquetbol, piscinas, pistas de atletismo y automovilismo de todo el mundo.
"Brasil y Argentina -resalta Lance- también luchan ahora en los alfombrados gabinetes del Mercosur, donde los dos países responden por 85 por ciento del total de los negocios".
Cita que Diego Maradona dijo al diario La Prensa que "lo lindo es ganar al Brasil y eliminarlo de una Copa del Mundo, como hicimos en el "90". También dice que Javier Saviola, le dijo a "El Gráfico" que "desde niño muero de rabia contra los brasileños".
Luego de citar que debido a la crisis financiera el pueblo argentino está con el "orgullo nacional herido", Lance acota que para la hinchada argentina "nada mejor que ganar en el fútbol ante el más tradicional adversario, para recuperar la autoestima".
Con todo, Lance hace notar que "a pesar de la rivalidad, los argentinos tienen gran respeto por algunos de nuestros atletas (caso del tenista "Guga" Kuerten) y que "hinchan por nuestra selección cuando Argentina queda desclasificada, prefiriendo un país sudamericano al de otro continente".
También dice que los argentinos hinchan para que Brasil se clasifique, porque creen que un mundial sin Brasil no tiene la misma importancia. Menos si existe la chance de ganarle.
   
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