Domingo 30 de setiembre de 2001 | ||
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El cruce entre la plástica y la simbología americana |
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Acercarse al arte rupestre americano cambió notablemente la propuesta de la artista plástica Liz Marich, que hasta hoy expone sus últimos trabajos en la galería Elhojo de Viedma. |
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VIEDMA (AV).- La artista plástica Liz Marich presentó una nueva muestra individual en la Galería Elhojo, en una conjunción de obras de contenido místico y simbólico.
Con un predominio sustancial de los tonos terrosos y ocres, más la constante utilización de diferentes texturas, la plástica comarcana sumó en una decena de obras grabados, gofrados y distintas técnicas pictóricas. La profusión de referencias simbólicas que hoy atraviesan sus cuadros comenzó a introducirse a partir de la última etapa del profesorado en la Escuela Alcides Biagetti, cuando empezó a trabajar sobre las experiencias de un viaje a la zona de Pilcaniyeu para visitar un abrigo y sus pinturas rupestres. A partir de eso sobrevino una etapa de estudio junto a otros estudiantes en la que se buscó datos y materiales, se remitió a antropólogos, y "luego de ver todo lo que venía de occidente, comenzamos a ver pinturas rupestres americanas, y eso marcó un antes y un después". Al terminar la carrera siguió estudiando todo lo relacionado con la temática, y profundizó sobre las primeras escrituras jeroglíficas de América, que marcaron fuertemente sus obras actuales. Así fue internándose en la diferencia entre signos y símbolos, en el significado que tenían para los nativos más allá de lo que estaba escrito y luego finalmente comenzó a trabajar toda esta información en pintura y grabados. La artista y docente explica que sin desdeñar los cánones indiscutibles de la estética mundial, se propuso mirar muy atentamente lo nuestro. Hasta ese momento sus cuadros se movían en un universo de cotidiana realidad devastada, poblada de miradas y rostros golpeados, vertidos en forma de collage que incluía chapas derruidas, alambres y mallas oxidados. Tomando como puntos de partida discos de lectura jeroglífica circular y algunas transcripciones de los rezos católicos como "El padrenuestro" o los diez mandamientos, sus realizaciones de los últimos años apuntan a una apuesta diferente. Liz Marich expone que este trabajo la remite a "las preguntas básicas que nos llevan a buscar de dónde venimos, por que más allá de los lazos sanguíneos de muchos de nosotros, en definitiva somos de esta tierra". Así, explica que en este "buscar qué pasó acá", se interna en "un juego de placer, una necesidad vital" que se traduce en una obra particular y definida. |
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