Miércoles 26 de setiembre de 2001 | ||
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Dos grandes del mejor humor |
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A punto de partir hacia uno de los puntos de esta gira, Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle dejaron de lado el nerviosismo de los aviones y del equipaje que no llega, para prestarse con toda calidez a una entrevista con "Río Negro" en pleno Aeroparque. El dúo presentará su espectáculo "La leyenda continúa" hoy y mañana en el hotel Edelweiss de Bariloche y el viernes a las 22 y sábado a las 21 en el cine Español de Neuquén. |
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Mientras Antonio Gasalla ansioso espera un equipaje que no llega, vestuario, micrófonos y toda la parafernalia que hace un espectáculo, Carlos Perciavalle mira el entorno con cara de no estar, pero al final deciden ir a la confitería del aeroparque para comer pebetes con jamón, queso y tomate con gaseosas y agua mineral.
"Llega un momento en que no sabemos dónde estamos" dice Gasalla bastante cansado de estos viajes por el país, aunque se ilumina cuando tiene que hablar de lo que hace, entonces, él, como Perciavalle no necesitan máscaras para decir sus verdades sobre una profesión y una relación que los tiene juntos, como dos niños jugando a personajes desmesurados o como dos grandes artistas que siguen haciendo malabares con el humor. Es su profesión y su vida, a la que se suma la admiración de la gente que los rodea y ellos reconocen como únicos destinatarios de su arte. -¿Cómo sienten esto de actuar en tantas ciudades del interior? - Perciavalle: Yo ya he actuado en Neuquén varias veces en un cine enorme que está cerca de un hotel muy lindo, paquetísimo. A mi me encanta estar con el público y hacer la función, el contacto directo con la gente para mi es divino. Cada lugar es casi mejor que el anterior, encuentro que en el interior la gente está más sana, mejor de la cabeza, las ciudades están más limpias y organizadas, hay mucha menos locura. Y si bien tenemos dificultades con los aviones, las valijas, las neblinas y las llegadas, una vez que se levanta el telón es un placer. - Gasalla: Yo hacía rato que no hacía ciudades del interior, es una experiencia muy interesante, incluso a algunos lugares no había ido nunca, como Bahía Blanca, Villa María o Neuquén. Es como una cosa muy fervorosa del público con los artistas, este país quiere mucho a los actores y en el interior, que desgraciadamente tiene una gran desconexión con Buenos Aires, no nos ven seguido, están acostumbrados a escuchar cosas de los actores y cuando uno va se arma una cosa muy linda. Antes de la función y obviamente durante la misma, pero después de la función o en el hotel siempre espera gente, quieren hablarte, quieren comunicarse, es muy gratificante. -¿Cómo han implementado el espectáculo? -Perciavalle: Tiene una base muy lejana del que hicimos este verano en Punta del Este en el hotel Conrad. Digo lejana, porque, primero, todo lo referente a la actualidad ha cambiado mucho, incluso hemos cambiado algunos números dentro del espectáculo. Hay de todo, diálogos, escenas de teatro, cosas que hacemos Antonio y yo solos, cantamos canciones... creo que permanentemente intentamos cortar y siempre duramos una hora y cincuenta. El festejo de la gente nos lleva siempre a esa duración del espectáculo. -¿La actualidad es un detonante que el público reconoce? -Gasalla: Nosotros hablamos un poco de nuestro comienzo y de ésta época, también hacemos un segmento del espectáculo donde hablamos concretamente de política y de la realidad, hablamos de gente, obviamente de la política o personalidades del país. Eso es lo que de alguna manera puede cambiar un poco, de acuerdo a lo que viene pasando. - Ustedes dicen hablamos, ¿cómo ven en general el lenguaje del humor, es agresivo o grosero? -Gasalla: Mirá, yo creo que en la Argentina hay una manera particular de manifestarse a través del lenguaje. Acá hay varios idiomas, hay un idioma culto, uno popular, un idioma que hablan los hombres y otro que hablan las mujeres, también hay otro idioma que hablamos los cómicos (se ríe). En España hay un solo idioma, por ejemplo. Entonces, cuando nosotros decimos hablamos... lo que ha cambiado en el tema de comunicarse con el público es que se ha ampliado el espectro, antes había un montón de cosas de las que mucha gente no quería oír hablar, y de pronto se abrió como una compuerta en los últimos años, se habla de todo, se dice todo. -¿Está demasiado abierta esa compuerta Antonio? - Gasalla: Comparada con otros países no, acá siempre hay siempre cosas que se bordean, se cuidan, para no decir, no tocar. Vos ves humoristas en otras partes del mundo que hablan con un lenguaje más crudo del que nosotros podemos usar en un teatro donde se sabe que hay señoras grandes que no quieren oír decir tal cosa. Los americanos y los ingleses, aun en sus canciones tienen muchas palabras muy fuertes. Nosotros ya somos exponentes de haber usado palabras fuertes en los finales de los años 60, y me parece que hoy día nos quedamos como bastante atrás en eso. En la televisión se habla de cosas muy fuertes y no necesariamente a través del humor, vos escuchas hoy día "mi papá me violó cuando tenía cinco años y mi mamá sabía todo y no dijo nada". Esas cosas se dicen a las dos de la tarde y lo dice gente normal, no lo dicen ni actores ni humoristas. Julio Pagani "Tenemos una infancia común en la profesión" |
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