Jueves 13 de setiembre de 2001

 

Buena propuesta: música en la Catedral

 

La presencia masiva del público le dio un marco ideal a los dos conciertos que brindaron la Orquesta Provincial de Cámara y el Coro Provincial de Neuquén que presentaron un muy aplaudido programa basado en obras de Mozart.

 
Afortunadamente, el público de Neuquén está apoyando las propuestas que en el plano musical proponen organismos culturales oficiales dedicadas a géneros musicales considerados para cultos o eruditos, que en una lectura rápida de las llamadas leyes del mercado no tendrían demasiada justificación. Las presentaciones que efectuaron en la Catedral la Orquesta Provincial de Cámara y el Coro de la Provincia del Neuquén el viernes y el domingo tuvieron una masiva adhesión.
Tal vez la aparición de Wolfgang Amadeus Mozart como el autor elegido motivó la presencia de tanta gente. El premio fue un recital de valores consistentes, que entusiasmó al público y, presumiblemente, a los intérpretes.
El Coro Provincial actuó, con el marco de las cuerdas de la orquesta, interpretando tres obras religiosas: El Salmo 130 "De Profundis" K. 93, "Ave Verum Corpus" K. 618, y el "Graduale Sancta María" K. 273.
Las versiones fueron correctas en general, pero sin demasiados relieves en el canto, que apareció con cierta timidez en el alto ámbito del templo. La Orquesta de Cámara lució firme y resuelta con la batuta del maestro Daniel Bozzani.
El Andante moderato de la "Serenata K. 203" permitió el lucimiento de la muy joven violinista Clara Isabel Nardozza, que es la guía de los segundos violines del conjunto, que asumió -seguramente con susto- pero con gran enjundia, el papel de solista.
También comenzaron a aparecer los integrantes del sector de vientos, que mucho tendrían que ver en lo que fue el resultado de la prueba más difícil. La "Sinfonía N° 40 K. 550" es la penúltima de las que compuso el genio de Salzburgo y es, por imperio de múltiples versiones de músicos de diversa laya, la más conocida de las obras de Mozart. En rigor, es el primer movimiento el conocido.
Muchos de los asistentes suspiraron con alivio cuando se oyeron los primeros compases al reconocer las notas más familiares del creador. Pero lo que muchos no esperaban fue la tensa, firme versión que entregó la orquesta, que culminó en un cuarto movimiento casi dramático, testimonio de un Mozart sombrío en las desventuras de sus últimos años.
En un rendimiento de toda la orquesta que mereció largos aplausos, se destacó la impecable tarea del sector de vientos.
La Orquesta Provincial está dirigida por los maestros Reinaldo Labrín y Daniel Bozzani, y el Coro de la Provincia por el maestro José Luis Bollea.
Raúl Valladares
   
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