Martes 4 de setiembre de 2001

 

Alicia Bruzzo habla de lo que no se habla

 

Una de las obras más polémicas y aplaudidas de los años últimos en la cartelera porteña se presenta ahora en la Patagonia y se lanza desde San Martín de los Andes, donde Bettiana Blum, Alicia Bruzzo y Andrea Pietra inician su gira regional con "Monólogos de la vagina". Antes de su viaje, "Río Negro" habló sobre la pieza con Bruzzo.

 
Con dirección de Lía Jelín y ambientación de Renata Schussheim, "Monólogos de la vagina " recorre el camino inverso de la represión sexual en el mundo occidental, propone que las mujeres dominen sus genitales para alcanzar su realización plena.
"El sexo es brillante, hermoso, una ruta hacia el esclarecimiento y la espiritualidad", afirma Eve Ensler, en la obra que actualmente está en cartelera en treinta y una ciudades del mundo. En nuestro país ya superó los 43 mil espectadores en la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza Buenos Aires.
El elenco que integran Alicia Bruzzo, Betiana Blum y Andrea Pietra, por su parte, ya pasó los 14 mil, en su gira por veinticinco ciudades argentinas que comenzó el 6 de julio -durante setiembre pisará doce ciudades del sur- y se extenderá hasta noviembre. Antes de su partida hacia la región "Río Negro" dialogó con Alicia Bruzzo sobre su experiencia.
-¿Encuentra diferencia entre éste y otros trabajos suyos?
- Para mí, éste no es diferente a otros trabajos. La autora, en una entrevista que publicó "Clarín", habla del trabajo de las actrices, de la transformación de algunas de ellas a partir de decir su texto, pero no es mi caso. Con el público, sí vemos que ocurre. La gente nos espera a la salida de cada función y las reacciones y comentarios son maravillosos. En general, ellas dicen que están orgullosas de ser mujeres, ergo: no habían entrado con ese orgullo. Es una gran transformación sin duda, la aceptación de la propia sexualidad, de la genitalidad propia. Hace a la esencia femenina. Aceptar esto, agranda.
En cuanto a mí, no hubo cambios. Incluso cuando lo leí, me pareció un texto antiguo, que era algo superado. Pero comencé a charlar con gente en la calle, un taxista, una señora que me paraba y comentaba..., y por sus reacciones descubrí que era un material no sólo vigente, sino que se estaba necesitando. Actoralmente, lo traté como cualquier otro texto que hago, con la particularidad de que son monólogos y proponen una forma distinta de abordar la tarea, es teatro semi leído. Tenemos una dualidad allí; la propuesta de Ensler es hacer personajes y al mismo tiempo lograr la distancia suficiente para comentarlos, entre comillas. 
Ahora, con mis compañeras, Lía Jelín enmarcó los objetivos; ella nos habló de no minimizar los textos que por ahí tenían mucha gracia, porque –casi todos- son reivindicatorios. Por ejemplo, cuando menciono una de las palabras popularmente aceptada como acepción de vagina, se puede tomar con liviandad, sin embargo propongo toda una reivindicación de ese nombre y si se hace pour la galerie, no pasa nada.
- Palabra que también se usa para insultar en verso a los árbitros de fútbol o para mandar a alguien a esa zona de su madre o su hermana...
- Exactamente. En la obra hablamos de lo que significa, de lo que hay detrás de ella. Como insulto está en boca de hombres y mujeres por igual, por eso la necesidad de revalorarla. O sea que la puesta es militante.
- ¿Cómo las afecta la obra?
- Nosotras nos sentimos también conmovidas por hacer esta obra, porque vamos descubriendo la transformación de la gente. Muchos vienen a reír, muchos no saben de qué se trata y se van enterando a medida que sucede y conmueve ver cómo entran y salen de las partes dramáticas. Hay pasajes humorísticos y segundos después saltamos de la risa a la conmoción o al llanto, incluso, tras escuchar el testimonio -es nuestra voz- de una mujer ultrajada reiteradamente en Bosnia. Yo hablo por una muchacha de extracción socio-cultural-económica pobre; sabemos que en Argentina, en ese nivel, muchas padecen violaciones, abusos muy comunes entre familiares. Las violan padres, tíos o padrastros....
Con temas de mujeres golpeadas, los espectadores también tienen posibilidad de modificar su mirada, su opinión, de verlos por lo menos. Ese es el valor de esta obra, que desde un escenario habla de algo que no se habla. De las violaciones, ni las víctimas se animan a hablar y la sociedad oculta esos vejámenes. No sólo las oculta sino que condena a la mujer, la acusa de provocar al violador. Me parece una cretinada cuando se sugiere que la víctima ha tenido responsabilidad en semejante y doloroso hecho.

En gira

Desde julio BlumBuzzo-Pietra estuvieron en Rosario, Rafaela, Santa Fe, Paraná, Zárate, Chivilcoy, Luján y Mar del Plata, donde abrieron agosto; pasaron luego por Córdoba, Tandil, Azul, Lomas de Zamora y La Plata.
Setiembre empezó en Mendoza y hoy llegarán a la región, a San Martín de los Andes, donde actuarán en el Hotel Sol de los Andes, a las 22. Mañana y el jueves estarán en Bariloche, en el hotel Edelweis, en Neuquén se prsentarán el 7, a las 22, y el 8 y 9, a las 21 en el Cine Español; en Cipolletti el 10, en el Centro Cultural a las 21.30 y el 12 en el Centro Cultural de Viedma. Del 13 al 23, pasarán por Madryn, Trelew, Comodoro, Caleta Olivia, Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia. En octubre, esperan Salta, Tucumán, Rosario, Bahía Blanca y Montevideo.

La palabra de los hombres

"Monólogos..." y el Consejo Nacional de la Mujer (CNM) organizaron un ciclo de debates sobre los valores y temas tratados, coordinados por el psicólogo Luis Aller Atucha y Silvia Chejter, directora del Centro de Encuentros Cultura y Mujer, junto a Carmen Storani, Bet Gerber, Luisa Lerer y Leonor Vain del CNM. En Mar del Plata el 27 de julio y el 3 de agosto se realizaron dos, junto con la Subsecretaría de la Mujer y el Centro de Apoyo a la Mujer Maltratada; el 6 de julio hubo otro en Rosario, gestado juntamente con el Área de la Mujer de la Municipalidad de Rosario.
Según Alicia Bruzzo en estos encuentros "la gente, en general, se muestra muy inquieta. Están también los que dan clase, algún médico por ejemplo. Hay un hecho curioso, la asistencia es mayoritariamente femenina y los hombres son los primeros y los que más hablan; consecuentemente, a ellos también los moviliza. Recuerdo testimonios muy conmovedores. Una vez, un señor dijo que ellos también tenían pudores, que aparentemente hablaban de sexualidad con mucha libertad, pero en el fondo esa libertad escondía un gran temor hacia el amor y el compromiso. Fue una bella afirmación. El varón que se acerca y se anima a hablar en un lugar casi lleno de mujeres, es un tipo especial, interesante y sensible. Sin duda, tiene que ser una persona sensitiva". (E. R.)

Eduardo Rouillet

   
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